Mis ojos pesaban, nunca me había costado tanto abrirlos. Sentía como si fuera imposible lo que me proponía, como si nunca hubieran estado abiertos. Cuando por fin lo conseguí, la claridad del cuarto me cegó, seguramente sería tarde, había demasiada luz. Intenté girarme para ver la hora en el móvil y un gran dolor me taladró la cabeza.
―Maldita sea...
Tras unos largos minutos, conseguí levantarme de la cama, la cabeza me daba vueltas. ''Creo que me pasé un poco anoche''. Pero solo de pensar que el sábado tendría que beber el doble me quería morir. Noté que había algo distinto sobre mi escritorio, al acercarme, vi un papel y al lado una pequeña cápsula envuelta. En el papel había un número de teléfono y abajo ponía: ''Mándame un mensaje cuando despiertes y tómate la pastilla, a mí siempre me viene genial para la resaca.
YS''
Sonreí. Se preocupaba por mí y, por si fuera poco, ahora tenía su número. Aunque...espera un momento, ¿ella había estado en mi cuarto? Los recuerdos que tenía tras irnos del bar eran muy confusos, no sabía cuáles eran reales y cuales habían sido un sueño. Tenía una vaga imagen de ella aquí, tapándome con la manta, pero estaba convencida de que eso en concreto no había sido real.
Tenía muchas ganas de mandarle algún mensaje, pero me estaba poniendo nerviosa pensando en qué escribirle exactamente, así que decidí primero ir al baño y así despejarme. Dios, por qué me estaba haciendo tanto pis.
―Buenos días, Byul.
―Buenos días, mamá.
Mi madre había pasado de largo mientras tecleaba en el móvil, posiblemente contestando a sus clientes, como siempre. Pero pude ver por el rabillo del ojo, que se había girado y me estaba mirando. Ay señor, ¿se había dado cuenta de que tenía resaca? No podía ser, no se dio cuenta de los años en los que sufría bullying iba a darse cuenta de eso.
―Vaya, me alegro de que por fin uses el pijama que te regaló la abuela.
Y continuó con su camino.
¿El pijama qué? Miré hacia abajo confundida. No podía ser. Odiaba este pijama, ni siquiera borracha me lo habría puesto. No podía ser, a no ser que...ay no. Tenía sentido, era obvio que había estado en mi cuarto. Me estaba haciendo mucho pis, pero en esos momentos la vergüenza que estaba sintiendo era más fuerte. Si ya de por sí era patético que tuviera que ayudarme a meterme en la cama, que también me hubiera ayudado a cambiarme era...demasiado.
''Seguramente solo piense que soy una cría''.
Ahora estaba aún más nerviosa para hablarle. Venga, Byulie, tienes que ser fuerte, puedes hacerlo, es ella la que te lo ha pedido.
Tú
Hola, he visto tu mensaje. Gracias por la pastilla, creo que me está empezando a hacer efecto.
Creo que lo que estaba mitigando los dolores de cabeza eran mis propios nervios.
Tú
Bueno, gracias en general. Por todo.
Aaaaaggg. Bloqueé el móvil y lo lancé sobre la cama, por qué se me tenía que dar tan mal hablar con ella. Quizás todos esos años aislándome socialmente tenían bastante que ver con mi pésima habilidad comunicativa, pero. Aun así, tenía las manos sudando.
El móvil entonces vibró y básicamente me abalancé sobre él para desbloquearlo, esperaba que fuera el grupo de clase o Sandeul, porque sinceramente, no estaba preparada para ver su respuesta. Pero no, era ella.
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You're my doom [MOONSUN]
Fiksi PenggemarMoonbyul siente que no encaja con el resto de chicos de su edad. Se siente rara, como si hubiera algo mal en ella y esa confusión y el querer descubrir quién es le llevan a contratar a una chica para acostarse con ella.