El Orgullo del Príncipe Saiyajin (CANCELADA)

Prólogo: S.O.S

Bulma

Bitácora de viaje 00152, Planeta Namek

¡Mamáaaaa! ¡Papáaaaa! ¡Auxiliooo! ¡No quiero morir en este olvidado planeta! Aún soy demasiado joven y hermosa como para terminar así ¿Por qué demonios permitieron que viniera a esta misión tan peligrosa? Una dama no debería estar haciendo el trabajo sucio de la Tierra ¡Ah! ¿Por qué Yamcha tuvo que morir? ¡Esto es su culpa! Por dejar a una joven tan delicada como yo sola...

- ¿Qué estás viendo hija? - Preguntó mi papá con curiosidad mientras se acercaba a la pantalla junto a su pequeño gato negro y un cigarrillo a medio consumir en su boca. Como siempre, traía su característica bata con el emblema de la Corporación Capsula y su cabello lila en corte recto. - Oh, pero si es... ¿No es esa la nave que utilizaste para ir al planeta Namek con Gohan y Krilin? No pensé que quedara nada de ella.

- ¡Debería darte pena papá! - exclamé señalando el mensaje en la pantalla. - Las últimas palabras de tu hermosa hija olvidadas en una de tus viejas consolas ¡Es una suerte que los Namekusei nos hubieran prestado sus esferas del dragón! Me pregunto qué estarán haciendo ahora...

- Creo que tu madre les mandó pastelillos hace tiempo ¿Sabías que tienen un club de Golf?

- ¡Bulma, ven pronto! - Grito mi mamá sorprendiéndonos a mi padre y a mí a través de la pantalla. - He ordenado unas bebidas deliciosas del restaurante que te conté. - Terminó de decir mientras levantaba una bandeja plateada con bebidas de colores para que la viéramos en la cámara. Me acerqué al ordenador para ver mejor la imagen.

- ¿Qué están haciendo? - Preguntó una tercera y grave voz mientras entraba al taller. Caí de la silla sobre mi trasero de la emoción y sentí mis mejillas calentarse. Al levantar la vista, Vegeta y Trunks me observaban fijamente. Ambos estaban sudorosos y parte de la armadura de Vegeta estaba rota. Hice una mueca.

- ¿Mamá? - Preguntó Trunks confundido mientras me ayudaba a levantar. Me arreglé el corto cabello azul y me sacudí mi overol. Vegeta se paró frente a mí con los brazos cruzados y me miró fijamente con el ceño fruncido por un momento.

- Necesito robots nuevos para la cabina de entrenamiento y que cambien el medidor de gravedad artificial cuanto antes.

- ¡¿Y tú con quién crees que estás hablando grosero?! - Grité irritada. Lo que lo hizo dar un paso hacia atrás asombrado. - Ni siquiera tienes la decencia de preguntarle a tu esposa cómo está después de haberla hecho caer al suelo.

- ¡¿Qué?! Yo no hice nada. - Se defendió perplejo. - ¡Yo...! Como sea, aún no he terminado de entrenar. - Se quejó antes de salir por la puerta. Reí levemente mientras lo veía partir. Él simplemente era...

- ¿Qué estás haciendo viejo? - Le preguntó Trunks a su abuelo.

- Estábamos viendo con tu madre la última grabación de la nave que la llevó al Planeta Namek antes de que fuera destruido.

- ¡Sí, sí! Gohan nos contó a Goten y a mí la historia el otro día ¿Es cierto que viajaste con él y Krilin al planeta de los Namekusei?

- Así es. - Pronuncié mientras me forzaba a recordar todo lo que había pasado una década atrás. - Antes de que ese malévolo de Freezer lo destruyera.

- Fue ahí cuando conociste a mi papá ¿Cierto mamá?

- ¡Oh, claro que sí! - Respondió su abuela desde el otro lado de la consola. - Bulma trajo al apuesto de Vegeta y nos lo presentó como su nuevo novio. Era encantador.

- ¡Eso no es cierto! - Me quejé. - Además, por ese tiempo, yo seguía estando con Yamcha.

- ¡Oh, escuchen todos! -Gritó mamá emocionada y pude ver como el líquido de su vaso saltaba lejos. - Bulma al fin nos va a contar la historia de cómo Vegeta se enamoró de ella.

- ¿Qué? Yo no... - Repliqué confundida. Oolong y Puar desplazaron a mi madre y aparecieron demasiado cerca en la pantalla.

- ¡Ya era hora! - Gritó el pequeño cerdo. - Todos queremos saber cómo le hiciste para atrapar a alguien con un peor genio que el tuyo.

- ¡Ya verás cuando...! - refuté molesta.

- ¿Lo harás, mamá? - Preguntó Trunks ilusionado. Suspiré.

- Está bien. - Respondí con una sonrisa. - Pero primero tendrás que darte una ducha, no querrás parecerte a tu padre.

- Prepararé las palomitas. - Anunció mi madre.