Bulma
- Iré con usted. – Sentenció Piccolo a mi lado mientras nos dirigíamos al hangar. Asentí ahogando las ganas de querer preguntar más, no teníamos tiempo para eso.
- ¿A dónde van, hija? – Preguntó papá cuando llegamos al lugar mientras atornillaba la compuerta de la Capsula en la que había trabajado por meses.
- Al parecer algo le ocurrió a Vegeta, Gohan lo encontró cerca a su casa y quiere que nos lo llevemos antes de que Milk vuelva a casa. – Respondí mientras presionaba el botón para abrir el techo.
- ¡Oh, no! ¿El guapo de Vegeta está en peligro? – Gritó mi madre apareciendo a mi lado estrepitosamente. – Tendré que ir a revisar que esté bien.
- Está bien, señora. – Replicó Piccolo exasperado antes de entrar a la nave. – Lo tenemos.
- Tengan cuidado, Bulma. – Gritó mi papá a la distancia y asentí con una última sonrisa antes de ingresar a la nave. Me senté en el asiento del piloto y, tras colocarme el cinturón, despegué a toda velocidad por el nublado cielo.
- Está inusualmente callada ¿Hay algo que le haya dicho Gohan que yo no sepa? – Preguntó Piccolo con los brazos cruzados.
- No, no, en absoluto. – Respondí rápidamente. En realidad, me sentía algo preocupada por Vegeta. Sé que le había dicho que podía enfermarse y me moría de ganas de ver su cara cuando supiera que tenía razón. Pero, antes que eso, quería asegurarme de que estuviera bien. Resoplé ¿Qué demonios pasaba conmigo? ¿Por qué me preocupaba tanto por él? Era un grosero la mayor parte del tiempo...
La cabina permaneció en un tenso silencio hasta que al fin divisamos la pequeña casa en el monte Paozu. Gohan se encontraba frente a ella mientras nos saludaba desde el suelo al aterrizar. Apagué como pude el motor y salí detrás de Piccolo a su encuentro. El pequeño lucía una armadura Saiyajin muy parecida a la de Vegeta, y estaba segura de que Milk se molestaría si lo viera así.
- ¡Señor Piccolo! – Gritó Gohan mientras corría hacia nosotros. Piccolo revolvió el cabello del niño juguetonamente y puedo jurar que casi lo vi sonreír.
- ¿Cómo estás Gohan? – Preguntó el Namekusei.
- ¿Dónde está él? – Pregunte con una sonrisa que Gohan me devolvió sin dudar. Era muy buen niño.
- Lo dejé en mi habitación, vengan conmigo. – Contestó mientras nos guiaba dentro de la diminuta casa. Y debo admitir de que la visión Piccolo allí, con su seria expresión, era algo graciosa. – No tenemos mucho tiempo, mamá ya debe estar de vuelta de la ciudad.
Subimos las escaleras y allí estaba Vegeta acostado en una pequeña litera con los ojos apretados y la frente empapada. Me acerqué a él y toqué su ardiente rostro, lo que lo hizo sobresaltar levemente. Parecía un resfriado, pero la fiebre era muy alta y necesitábamos bajarla de inmediato. Gohan anunció que iría por algunas toallas húmedas, mientras que Piccolo y yo esperábamos en su cuarto. Recorrí con mis ojos la habitación de Gohan y observé un gran agujero en su suelo ¿Había sido Vegeta? ¿Habían peleado? Piccolo frunció el ceño al ver el pequeño cráter y luego dirigió una asesina mirada en nuestra dirección.
- Hazte a un lado, Bulma. – Dijo mientras apuntaba con dos de sus dedos en nuestra dirección y un pequeño centello se empezaba a formar en ellos.
- ¿Qué? ¿Qué estás haciendo? – Pregunté asustada mientras ponía a la defensiva frente a Vegeta.
- Lo que debí haber hace mucho tiempo atrás. Voy a exterminar a Vegeta. – Palidecí instantáneamente.
- Pero... usted no puede hacer eso. – Balbuceé. – Goku no hubiera estado de acuerdo con algo así.
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El Orgullo del Príncipe Saiyajin (CANCELADA)
Hayran KurguTras la batalla con Freezer en el planeta Namek, Vegeta se ve obligado a vivir en la Tierra a espera de Goku. Es allí donde conoce a Bulma, una ingeniosa terrícola que no parece temerle ni odiarle a pesar de su turbulento pasado. Bulma le ofrecerá a...