Con Severus mirando (Drarry)

20-La carta

La pareja más famosa de Hogwarts estaba disfrutando de un rato agradable junto al lago.

Draco estaba sentado bajo un árbol, leyendo un libro recopilatorio de cuentos cortos titulado "El gato negro y otros cuentos de horror" de Edgar Allan Poe, un escritor muggle americano.

Acostado con la cabeza en su regazo estaba Harry, que lo observaba leer esperanzado de que el libro le gustase.

Tras unos minutos de lectura, el rubio por fin habló.

"Vale...¿Cómo demonios estaba el gato vivo, después de haberle sacado un ojo y enterrado dentro de una pared?"

"Es la gracia de los cuentos de Poe, Draco, que son irreales y escalofriantes."

"No sé cómo te gusta tanto este escritor, Harry, a mí se me abren las carnes"

"Eso es porque tú eres un principito"

Draco lo miró mal y le dió un golpe moderado en la cara con el libro. Harry se quejó y luego se empezó a reír. El rubio enarcó una ceja para luego empezar a reír también, contagiado por la risa de su novio.

Sus risas se apagaron lentamente. Se miraron a los ojos  y sonrieron, cada uno a su encantador modo de hacerlo. La sonrisa de Harry era ancha y dulce, mientras que la de Draco era ladina pero de igual sinceridad.

Harry se incorporó de dónde estaba y se sentó a su lado, para luego acercarse y besar al chico que amaba. Este correspondió de inmediato, poniéndole una mano entre el cuello y la oreja, palpando con las yemas de los dedos la mandíbula cuadrada y masculina de su novio.

Se adoraban tanto, se amaban tanto...

Ninguno de los dos sabía que estaban siendo observados.

...

Vincent entró a su habitación rojo como un tomate, cerró la puerta de manera brusca y se sentó en su cama.

Lo que acababa de ver lo había llenado de cólera. ¿Como era posible que Malfoy lo hubiese traicionado de esa manera? Y no solo a él, sino también a Goyle.

Pudo aguantar que el príncipe de Slytherin empezara a ir más con Zabini y Parkinson que con él, como siempre había sido, ¿Pero que empezara a... eso, con Potter? Eso era repulsivo, inconcebible, indigno de un Malfoy.

Le daba lastima que un hombre tan bueno y elegante como el Señor Malfoy tuviera que quedar en ridículo de esa manera delante del mundo mágico sin siquiera saberlo, así que se decidió a escribirle una carta.

Se levantó de su cama y se volvió a sentar, pero esta vez en la mesa de su escritorio.

Sacó pluma, un tintero y un trozo de pergamino y empezó a escribir.

"Exzelentisimo señor Malfoy

Lamento tener ke informarle de esto pero su ijo a desarollado un comportamiento totalmente repulsibo ke cave correjir.

Esta mañana lo e visto teniendo un contacto inapropiado con el joben Poter: Un beso en la boca, para ser ecsactos.

Me imagino que se sentira usted avoxornado al respecto. Lamento mucho que su hijo sea así.

Cordialmente
V. Crabbe"

Le echó una mirada y puso una mueca: El hombre se iba a sentir muy disgustado, pero tenía que saberlo.

Llamó a su lechuza y esta entró por la ventana, cogió el pergamino y se fue volando lo más rápido que pudo.