Con Severus mirando (Drarry)

15-Justo como Lily

"Porque ya no soy el único que sabe que ustedes dos están saliendo"

Tras un momento de silencio abrumador, Snape se dió cuenta de que los dos chicos no estaban oficialmente saliendo. Puso una mueca, pero Harry intervino antes de que el profesor pudiera replicar.

"Hermione es de confianza"

Snape lo miró desafiante. Cuando se trataba de su ahijado sacaba uñas y dientes.

"No dudo que confíes plenamente en tu amiguita, Potter" Se burló "Pero no creo que Malfoy piense igual, ni Granger de él."

Harry miró a Draco de reojo. El chico estaba pálido (más de lo habitual) y apretaba su mandíbula que, aunque lo hacía lucir más sexy y masculino, dejaba ver su tensión.

"Tiene razón, no tengo buena relación con la sangre...." Se detuvo ante la mirada asesina de Harry "con Granger, pero Harry confía en ella, y yo en él"

Ni el mismo podía creer que hubiera dicho lo que pensaba. Hacía mucho tiempo que no lo hacía.

Harry cambió su semblante a uno más feliz y lleno de ternura por el rubio mientras que Snape ponía cara de asco. Amor adolescente, repugnante.

"Agh, bueno, retirense antes de que me dé una sobredosis de estupidez mezclada con hormonas adolescentes"

Los dos chicos salieron del salón y, después de revisar que el pasillo estuviera vacío, Harry se lanzó en los brazos de Draco y lo besó con pasión. El rubio correspondió casi de inmediato. El moreno lo agarró de la cintura y lo pegó a él, mientras que el Slytherin lo empujó por el pecho pegándolo a la pared con lujuria.

Cuando les faltó el aire, se separaron.

"...¿Y.... esto...?"

"Has...dicho que...confías...en mi"

"¿...Y?"

"Me ha gustado"

Draco se sorprendió un poco. El Gryffindor se le hacía impredecible.

"Oh"

Oyeron pasos y Draco se separó de inmediato, dejando de Harry se incorporara de la pared.

Aparecieron Blaise y Pansy por el pasillo, conversando animadamente aún vestidos de gala. Detrás de ellos habían unos cuantos Slytherin más, que volvían del baile.

Todos se quedaron mirando a Harry. Blaise fue el primero en reaccionar.

"¿Que haces aquí, Potter? ¿Y tú, Malfoy, has dejado a Parkinson para venir a molestar al tramposo? Podríamos haberte ayudado."

Una sonrisa malévola se formó tanto en su rostro como en el de la chica que lo acompañaba.

"Ya me apaño solo, Zabini. Potter ya se iba a su sala común. ¿Verdad?"

Harry asintió. Estaba rodeado de serpientes, lo último que le convenía era plantarles cara. Todas eran una piña asesina.

Se deslizó entre los Slytherin, que se cuchicheaban, se burlaban de él o se reían de las burlas de sus compañeros. Cuando pasó por delante de Nott, este le puso la zancadilla. Harry tropezó y se tambaleó, pero logró no caer al suelo.

"¿Que pasa, campeón, no sabes andar?"

"Nott, no seas tonto, ¿no ves que su mami, la sangre sucia, no pudo enseñarle?"

"Es verdad, Parkinson, no me acordaba"

Draco iba a intervenir, porque sentía que sus amigos se estaban pasando, pero no hizo falta.

Harry se giró y encaró a las dos serpientes. Estaba rojo de la rabia y decidió soltarles en ese momento, que estaban todos los de esa casa presentes, lo que pensaba de ellos. O al menos del grupito de los abusones.

"¿Vosotros habláis de mi madre, malditos reptiles, que no tenéis ni una pizca de honradez en vuestro corazón y que no serías capaces de hacer la mitad de sacrificios que hizo ella? Sois unos sucios, cobardes, arrogantes y sin corazón, así que no os atrevais a hablar de mi madre como si fuerais mejores que ella solo por ser hijos de magos. Lo único que demostrais al creeros superiores de esa manera tan estúpida es la poca sesera que tenéis."

Todos los que habían hablado anteriormente se quedaron callados. El único que habló fue Snape, que se encontraba apoyado en el marco de la puerta de su clase.

"Todos los Slytherin a la sala común, ya."

Ninguno tardó en obedecer, ni tan solo Draco. Una vez estuvieron solos, Snape miró a Potter a los ojos. Verdes. Como los de Lily. Había escuchado como se había enfrentado de manera tan valiente y a la vez tan astuta a los miembros de su amada casa, justo como Lily hubiese hecho. Tal vez, y solo tal vez, no se parecía tanto a James.

"Potter, váyase a la cama."

El chico se fue, confuso por el extraño comportamiento en ese profesor que tanto le odiaba.

El hombre hizo algo que nunca pensó que haría.

"10 puntos para Gryffindor."