25-Tercera prueba

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Esa misma noche era la tercera y última prueba del torneo.

Por fin se acababa todo.

Hagrid, Mcgonagall, Moody, Flitwick y Ludo Bagman acompañaron a los alumnos al campo de quidditch.

Donde antes había un estadio en ese momento habían unas gradas y, delante de estas, un seto tan alto y ancho que tapaba la vista.

Mcgonagall se acercó a los campeones y les explicó lo que iban a hacer los profesores en esa prueba:

"Estaremos haciendo una ronda por la parte exterior del laberinto. Si tenéis dificultades y queréis que os rescaten, echad al aire chispas rojas, y uno de nosotros irá a salvaros, ¿entendido?"

Los campeones asintieron con la cabeza.

Bagman hizo una señal a los profesores de guardia y estos se fueron para repartirse por el exterior del laberinto.

Bagman amplificó su voz con el hechizo Sonorus y está retumbó en las tribunas:

"¡Damas y caballeros, va a dar comienzo la tercera y última prueba del Torneo de los Tres Magos! Permítanme que les recuerde el estado de las puntuaciones: empatados en el primer puesto, con ochenta y cinco puntos cada uno...¡El señor Cedric Diggory y el señor Harry Potter, ambos del colegio Hogwarts! En segundo lugar, con ochenta puntos, ¡El señor Viktor Krum, del Instituto Durmstrang! Y, en tercer lugar, ¡La señorita Fleur Delacour, de la Academia Beauxbatons." Se oyeron multitud de aplausos para cada campeón. "¡Entonces...cuando sople el silbato, entrarán Harry y Cedric! Tres...dos...uno..."

Dió un fuerte pitido, y Harry y Cedric penetraron rápidamente en el laberinto.

Tras un minuto, Bagman volvió a soplar su silbato y Krum entró.

Cuando Harry ya estaba bastante adentrado en el laberinto, el tercer pitido sonó y Fleur entró también.

Ya estaban todos.

Harry se enfrentó a multitud de desafíos dentro del laberinto: Un Boggart que se convirtió en un Dementor (lo espantó con un Riddíkulo), una neblina dorada que lo puso boca abajo (tras un momento de temor e indecisión, caminó y el cielo volvió a su sitio), un escreguto de cola explosiva de tres metros de largo (estuvo a punto de morir, pero consiguió bloquearlo cuando el animal ya iba a comérselo),....

De repente oyó a Krum cruciando a Cedric y este empezó a chillar por el dolor. Harry se abrió paso como pudo entre un seto, rasgándose la túnica. Viktor echó a correr, pero Harry lo derribó con el hechizo desmaius.

Harry corrió hacia Cedric, que había dejado de retorcerse y jadeaba con las manos en la cara.

"¿Estás bien?" Le preguntó, cogiéndolo del brazo.

"Si...no puedo creerlo...Venía hacia mí por detrás...Lo he oído, me he vuelto y me ha apuntado con la varita" Se incorporó, sin dejar de temblar. Los dos miraron a Krum.

"Me cuesta creerlo...Pensaba que era un tipo legal"
"Yo también, Harry, yo tambien"
"¿Has oído antes el grito de Fleur?"
"Sí. ¿Crees que Krum la ha alcanzado también a ella?"
"No lo sé"
"¿Lo dejamos aquí?"
"No. Creo que deberíamos lanzar chispas rojas. Alguien vendrá a recogerlo...Si no, lo más fácil es que se lo coma un escreguto"

Antes de levantar la varita y disparar chispas rojas, Cedric musitó: "Es lo que se merece".

Tras unos minutos en la oscuridad, el Hufflepuff rompió el silencio.

"Bueno, supongo que lo mejor es seguir..."
"¿Que? Ah...sí...bien..."

Caminaron juntos por el oscuro camino sin hablar y luego cada uno siguió su camino.

Tras un rato de encontrar puro callejón sin saliva, Harry vio a una criatura que pensaba que nunca en su vida vería: Una esfinge.

El animal era una mezcla entre el cuerpo de un león y la cabeza de una mujer.

La esfinge le bloqueaba el paso y Harry le preguntó que tenía que hacer para pasar.

"Descifrar mi enigma"
"Vale, ¿Puedo oírlo?"

La esfinge se sentó y recitó:

"Si te lo hiciera, te descartaría con mis zarpas, pero eso solo ocurrirá si no lo captas. Y no es fácil la respuesta de esta adivinanza, porque está lejana, en tierras de bonanza, donde empieza la región de las montañas de arena y acaba la de los toros, la sangre, el mar y la verbena. Y ahora contesta tú, que has venido a jugar: ¿A que animal no te gustaría besar?"

Tras unas cuantas repeticiones de la esfinge, Harry finalmente captó que el animal era la araña.

La esfinge dibujó una sonrisa y le dejó pasar. Harry se sorprendió de su propia inteligencia.

"Gracias!" Echó a correr.

Cuando vio la copa sobre un pedestal, vislumbró también a Cedric corriendo hacia ella. Estaba más cerca, era más alto y con las piernas más largas: era imposible adelantarlo.

Cuando se estaba dando por vencido, vió una mancha negra enorme acercándose a su rival.

"¡Cedric! ¡A tu izquierda!"

El Hufflepuff esquivó a la araña gigante, pero tropezó y la varita se le cayó de la mano. La araña se abalanzó sobre él, pero Harry la atacó antes de que pudiera hacerle daño.

"¡Desmaius!"

Al bicho prácticamente no le afecto y, furioso, se abalanzó sobre Harry.

Cedric trató de defenderlo, pero le fue imposible derrotar a la araña.

Como medida desesperada, Harry usó Expelliarmus y el arácnido se desplomó a un lado.

Durante la pelea, la araña le había herido la pierna y Harry no podía levantarse.

El moreno miró a Cedric y vio la copa justo detrás de él.

"Cógela. Vamos, cógela. Ya has llegado."

Cedric se giró y vio la copa. La expresión de anhelo en su rostro no pasó desapercibida para Harry. Se giró de nuevo hacia el moreno, respiró hondo y respondió:

"Cógela tú. Tú mereces ganar: me has salvado la vida dos veces."
"No es así el torneo. El primero que llega a la copa gana. Y el primero has sido tú: yo no puedo ganar ninguna competición con esta pierna."
"No"
"¡Deja de hacer alardes de nobleza! No tienes más que cogerla, y podremos salir de aquí."
"Tú me dijiste lo de los dragones. Yo habría caído en la primera prueba si no me lo hubieras dicho."
"A mí también me lo dijeron. Y luego tú me ayudaste con el huevo: estamos en paz"
"También a mí me ayudaron con el huevo"
"Seguimos estando en paz"
"Te merecías más puntos en la segunda prueba. Te rezagaste porque querías salvar a todos los rehenes. Es lo que tendría que haber hecho yo."
"¡Sólo yo fui lo bastante tonto para tomarme enserio la canción! ¡Coge la copa!"

"No" Cedric era sincero. Quería renunciar a la gloria. "Vamos, cógela tú"

"Vamos los dos"
"¿Que?"
"La cogeremos los dos al mismo tiempo. Será la victoria de Hogwarts. Empataremos."
"¿Es...estás seguro?"
"Sí...Nos hemos ayudado el uno al otro, ¿No? Los dos hemos llegado hasta aquí. Tenemos que cogerla juntos."

Cedric sonrió.

"Adelante, pues. Vamos"

Ayudó a Harry a levantarse y acercarse al pedestal.

"A la de tres, ¿Vale? Uno...dos...tres..."

Los dos chicos agarraron las asas de la copa y desaparecieron.

Con Severus mirando (Drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora