26-El cementerio

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Harry se cayó a causa de su pierna herida nada más sentir el suelo bajo sus pies.

Cedric le tendió una mano y este la agarró, levantándose.

"¿Donde estamos?"

Ambos muchachos miraron alrededor. Se hallaban en un cementerio oscuro y descuidado de una pequeña iglesia.

Cedric miró a la copa y luego a Harry.

"¿Te dijo alguien que la copa fuera un traslador?"
"Nadie. ¿Será esto parte de la prueba?"
"Ni idea. ¿No deberíamos sacar la varita?"
"Sí"

La sacaron.

"Alguien viene"

Un hombrecillo encapuchado se acercó a ellos y la cicatriz empezó a dolerle a Harry con tanta fuerza que este se cayó al suelo y se le resbaló la varita de las manos.

De repente, un bulto que llevaba el hombrecillo en las manos habló:

"Mata al otro"
Avada kedavra!"

A través de los párpados cerrados, Harry percibió una luz verde.

Aterrorizado por lo que iba a ver, abrió los ojos vió a Cedric, tendido a su lado con la boca y los ojos abiertos, los brazos y piernas extendidos.

Durante un segundo, Harry observó a su compañero sin vida y entonces lo supo. Supo que había sido su amigo, pero ya era tarde para decírselo.

El hombrecillo levantó al moreno hacia una lápida que tenía el nombre de Tom Riddle escrito en ella.

El hombrecillo ató a Harry y entonces vió que le faltaba un dedo. El muy desgraciado...

"¡Tú!"

Una vez comprobó que estaba bien atado, se alejó a toda prisa de él. Harry miró el bulto que antes había ordenado matar a Cedric y supo que no quería saber que o quién era.

Una gran serpiente se deslizó hacia la lápida donde estaba atado Harry y luego se alejó, desapareciendo en la oscuridad.

Harry se percató en que había un caldero frente a él cuando Colagusano comenzó a manipularlo con la varita y a echarle un líquido.

La voz aguda del bulto se estaba impacientando:

"¡Date prisa!"
"Ya está listo, amo"
"Ahora..."

El animago cogió el bulto de ropa y reveló lo que había dentro: Parecía un niño agachado, pero no tenía pelo y la piel parecía la de una serpiente, color roja oscura, como en carne viva, brazos y piernas finas y débiles, la cara era plana y tenía unos ojos brillantes.

Pettigrew echó a la criatura al caldero. Luego echó un hueso robado de la tumba del Sr Riddle y, para sorpresa y espantó de Harry, se cortó su propia mano y la echó también al caldero. El hombre gritó y sollozó mientras el liquido del caldero adquiría un color rojo sangre.

Peter se acercó a Harry y le hizo un corte en el brazo con la misma daga con la que se había cortado la mano. Echó su sangre al caldero.

Al instante, el líquido se volvió de un blanco resplandeciente y empezó a hervir.

Una gran cantidad de vapor blanco lo envolvió todo, de forma que a Harry se le empañaron las gafas y perdió la capacidad de ver que estaba pasando.

Por las luces vió una silueta de un hombre, alto y delgado como un esqueleto saliendo del caldero.

La misma voz que había ordenado matar a Cedric habló de nuevo.

"Vísteme"

Colagusano, tembloroso, se acercó a él y le colocó la túnica que llevaba puesta encima de su ropa.

Con Severus mirando (Drarry)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora