Muerte, no había ido a ver a Isla desde el día que su padre los había interrumpido, era año nuevo, todos los países celebraban de formas diferentes, en su mente pasaba la mirada de su papá cuando se iban, estaba consiente que algo del castigo no le habían contado, ni Vida, ni su madre.
Pensó en Vida, tal vez si iba donde ella podría averiguar por completo el castigo, había pasado tanto tiempo sin verla que no sabía dónde podría estar, intentó concentrarse, pero todo estaba nublado, no podía hallarla.
Comenzó a viajar por los hospitales, las salas de parto estaban repletas pero Vida no estaba ahí. Comenzó a desesperarse, se había acostumbrado a las emociones, podía identificarlas con facilidad, sin embargo, no podía controlarlas.
***
—Padre ¿Cuánto tiempo estará Muerte así? — Tiempo miró a su hija que tenía el rostro preocupado.
—No mucho tiempo — Susurró el anciano — hace poco vi a Isla, estaban los dos riendo y jugando como si fuera natural — Vida miró a su padre.
—¿Cómo es que se pueden llevar tan bien si ella no puede tocarlo? – Preguntó frunciendo sus cejas, formando una pequeña "V" entre ellas.
—Creo que debo explicarte cómo funcionan los humanos en este punto — Tiempo sonrió de lado — Cuando alguien les gusta, simplemente no pueden evitarlo, dejando de lado lo fisiológico — El anciano comenzó a caminar por su pequeño espacio — cuando dos almas se rozan, es más difícil poder separarlas — Dijo mientras acariciaba su barba — no importa la distancia, o el espacio en el que estén... Solamente sienten.
—Pero Muerte, no es humano, él no puede sentir — Tiempo la observó.
—Justamente por eso le dimos sentimientos — El padre de todos suspiró — en el alma radican los sentimientos, Muerte tiene un alma por el momento, algo que permite que Isla y él congenien con facilidad — Vida meditaba las palabras de su papá — el problema es que sentimientos y emociones, hay <<buenas>> y <<malas>> — Tiempo se detuvo para ver a su hija — Arum, aún no experimenta dolor... Cómo crees que terminará su castigo.
Un silencio se hizo, era uno de esos en los que los pensamientos suenan fuerte, Vida sabía lo que significaba, entonces se marchó, dejando solo a su padre admirando al paisaje.
***
—Aquí estás — Dijo Muerte mientras dejaba su forma etérea — te he buscado casi en todos lados, nunca creí hallarte frente a la carretera — Susurró mientras los ojos de su hermana se posaban en él. Arum vio los orbes azules de ella, parecían tristes — ¿Qué tienes?
—Nada — Respondió intentando parecer lo más normal posible — ¿Ese milagro que me buscas? Tenías casi un año sin hablarme.
—No empieces — Dijo el azabache mientras rodaba los ojos — papá y mamá estaban igual hace unos días.
— ¿Dónde está Isla? — La voz de su hermana era suave.
—No lo sé, no la he visto – Muerte miraba hacia el frente — ¿Por qué lo preguntas?
—Pregunta, nada más — Arum frunció su ceño, Vida sabía que su hermano no era ningún estúpido.
—De acuerdo — Susurró — yo también tengo una pregunta.
—Los ojos azules de Vida se enfocaron en el perfil de su hermanito — ¿El castigo es solo tener sentimientos o hay algo que no me han dicho? — Arum miró a su hermana, su rostro era inmutable, sus labios formaban una línea recta.
—El castigo debe terminar en algún momento — Habló suave.
— ¿Cómo terminará? — Muerte comenzó a imaginarse un millón de escenarios — ¿Cómo me quitaran los sentimientos?
—Vida apartó la mirada — No lo sé.
—Sí lo sabes — Respondió el azabache mientras fruncía sus labios — pero no quieres decirme — Vida se levantó hasta que sintió la mano de su hermano deteniéndola.
—Muerte suéltame — El suelo comenzó a temblar, mientras los ojos de Vida miraban con nerviosismo a su alrededor.
Arum se levantó, sintiendo como le ardía la mano, una grieta se hizo debajo de ellos dos, la única regla que no debían romper, era lo único que separaba a ambos del caos. Ambos respiraron profundo antes de que la grieta se ensanchara, el cielo se nubló, un rayo cayó tan cerca de ellos que sus cabellos se levantaron con la estática que provocaban.
—Muerte – Los ojos que en ese momento se tornaron grises, la observaron — suéltame — Se sentía enojado, no entendía por qué le darían algo que lo hacía sentir bien como castigo — ¡Basta! — La voz de Vida sonó fuerte clara, con propiedad, entonces jaló su brazo.
—Dime ¡¿qué van a hacer?! — Apretó el agarré mientras — porque pase lo que pase también será tú culpa — Vida puso su mano en el hombro de Muerte y comenzó a apretar como él su brazo.
—Pierdes tiempo preguntándome a mí — Muerte rio sarcástico — yo no sé nada.
—Eres la preferida de papá, siempre sabes algo más — Respondió, escupiendo odio — nunca eres la mala, en cambio qué más puedo perder yo... Siempre hago catástrofes.
—Perderás lo único que has llegado a amar en esta época — Rezongó, abrió los ojos dándose cuenta de lo que acababa de hablar.
Muerte se separó de golpe, rompiendo el pequeño limbo que habían creado, algunas aves y cervatillos cayeron muertos sobre el pasto, mientras flores y árboles crecían sin control. Vida miró hacia todos lados, deteniéndose en su hermano, que chasqueo los dedos con odio.
En segundos estaba frente a ella, Vida nunca había visto así a su hermano, se sentía sorprendida, del odio que emanaba.
—Toquen a Isla — Susurró, mientras acariciaba con el filo de su guadaña el cuello de Vida — y no tendrán paz los humanos de aquí en adelante... Los amas ¿verdad? — Sonrió de lado — protégelos entonces.
Muerte miró un autobús que venía en la carretera, se movió con rapidez al lado del bus, y con un golpe zafó una de las llantas, haciendo que el transporte comenzará a fallar.
Vida corrió, nadie debía morir, no aún, se paró al lado del autobús para intentar controlarlo, las personas gritaban dentro, la lluvia había vuelto resbalosa la carretera, impidiendo que el autobús pudiera retomar el control. Vida comenzó a detenerlo como podía, como si el tiempo pasara más lento vio a su hermano sonreír al lado de ella, antes de cortar las ruedas traseras.
— ¡Muerte no! — Gritó justo cuando, el brillo de la hoz aparecía en sus ojos.
—Solo es el inicio — Susurró para después reír silenciosamente, desapareciendo.
Vida no pudo controlar el autobús, cayó a la calle rodando por ella varias veces hasta que la fricción la detuvo, la grieta que habían formado, se terminó de hundir con el peso del autobús haciendo que el bus quedara boca abajo.
Vida corrió, quería intentar ayudarlos, hasta que observó como el gas comenzaba a salir del autobús, les dio la espalda resignada... Iban a morir.
—Muerte — Susurró mirando el suelo mientras apretaba las manos convirtiéndolas en puños — Te va a doler más de lo que pensé.
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Muerte viva
Fanfiction¿Qué ocurre cuando la muerte, se enamora de la vida? ¿Puede acaso correr de ella? En dado caso, la muerte no debería sentir, ni siquiera pudiera darse el lujo de pensarlo. Sin embargo, nadie está excento de que afloren sentimientos, y hasta a la mue...