The best day of my life (Bakugou x tú)

X

15 años

La edad de mi primera pelea. Así es, nunca pensé que alguien como yo llegaría a golpear a una persona... pero por más imposible que parezca así fue.

Aún recuerdo el rostro de Kacchan cuando me vio llegar a casa junto a Deku, todo mi ser era un desastre, rodillas raspadas, mi ropa sucia y mi cabello alborotado, sin contar mis ojos rojos e hinchados por el llanto.

Kacchan no preguntó qué había sucedió, el pobre Deku recibió un puñetazo en su rostro, y yo simplemente comencé a llorar de nuevo.

Estaba triste, no por mi, sino por Deku, el me había ayudado sin embargo había salido lastimado por Kacchan.

Kacchan no se separo de mi todo el resto del día, cuido de mi como si su vida se enfocara solo en eso. Me gustó, me gusto demasiado, y eso no era bueno, creo en mi un sentimiento egoísta, pensando que Kacchan debía estar siempre conmigo. Malo... ese sentimiento era malo.

Pensar que sería golpeada por unas chicas de mi propia escuela, sólo por no quererles presentar a Kacchan... yo se que él puede salir con quien quiera, pero soy mujer y se que esas chicas no eran las adecuadas para Kacchan.
Me acosaron diciendo que yo había provocado que mi mejor amigo las odiara... yo no hice nada, Kacchan ya odia a todo el mundo.

Probablemente me hubiera quedado llorando mientras me empujaban y jalaban mi cabello, pero una de ellas dijo algo que realmente me molestó "vamos, Bakugou-Senpai no es la gran cosa"

Y sin darme cuenta la había abofeteado... mala idea... inicie una pelea que obviamente no podía ganar.

Termine aún más golpeada y lastimada de lo que ya estaba. Deku llegó a mi rescate, ¿fue suerte? Probablemente, pero desde entonces veo a Deku cómo mi héroe, por eso cuando Kacchan me prohibió volver a verle me negué.

"Deku es mi héroe" 

A Kacchan no le gustó nada esa respuesta, pues desde entonces cada vez que Deku está conmigo Kacchan no puede evitar mostrar su disgusto y enfado...

Kacchan estaba tratando mis heridas y yo solo estuve todo momemto sentada en la cama de mi habitación frente a él, perdida en todos mis pensamientos.

— Perdón. — Susurró mientras limpia mis rodillas llenas de tierra y un poco de sangre, ya no podré usar vestido por un tiempo... estaban tan raspadas, no se vería lindo, nada lindo.

— ¿Eh? — Fue todo lo que salió de mis labios, su voz sonó tan frustrada y arrepentida.

— Debí estar ahí... — Soltó en un hilo de voz... parecía querer llorar, ¿de rabia? ¿tristeza? ¿Enfado? No lo sé, nunca lo supe. Pero el verlo así me dolió. — Es mi culpa... es mi culpa que estes lastimada. — Tomó una de mis manos y la apretó con delicadeza.

No era su culpa. No lo era en lo absoluto.
Yo tenía la culpa, la culpa era mía por ser tan débil, por hacer que se preocupe por alguien tan torpe cómo yo. Quería decírselo, quería consolarlo... pero solo rompí en llanto... otra vez.
Dioses ¿era la tercera o cuarta vez en el día?

Lloré, lloré como nunca lo había hecho en mi corta vida, Kacchan sostuvo una de mis manos y me dio un pequeño apretón, él quería darme ánimos, él quería darme fuerza. Kacchan es lo mejor que me ha pasado en la vida, él es lo mejor de mi vida, y aquella chica se había atrevido a decir que no era la gran cosa...

—Debí golpearla con más fuerza. — Fue lo único que salió de mis labios, aún me sorprende que Kacchan haya entendido, pues entre mis sollozos debió ser imposible.

Él soltó una pequeña carcajada, una carcajada casi inaudible que provocó que mi corazón latiera a una gran velocidad.
Dioses, como se atrevía a ser tan lindo.

— ____ — Malditasea Kacchan, no susurres mi nombre en este momento ¿acaso quieres que muera? — Sin duda, siempre serás la mejor para mi. — Cállate tonto... — Desde ahora prometo que nunca me separaré de tu lado.

Tú... diciendo cosas como esas... espero que te hagas responsable...

Lo que vino después de eso me sorprendió aún más, nunca imaginé que Kacchan besaría mi frente con tanta dulzura...

Mi sonrojo debió iluminar toda la habitación. Sólo espero que él no lo haya notado.
Quede dormida pocos minutos después, mi cuerpo se sentía tan pesado, en ningún momento solté la mano de Kacchan... incluso al día siguiente él seguía ahí...