Escalón 2: El reencuentro de dos almas perdidas.

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dos semanas después del encuentro, los viajeros no se reencontraron. El primer viajero vivía con la incertidumbre sobre si podría volverle a ver de nuevo, como el segundo viajero a veces en su mente pasaban vagos pensamientos sobre si podría volverse a encontrar con su compañero, porque eso sería imposible, las diferencias sociales y enconómicas no coincidían. 

Pero lo que ellos no sabían es que el cielo no tiene ni estratos, ni asuntos económicos. El cielo mantenía una sóla política: Amor y paz.

Sábado, 9:30 pm. 

Robert se lesionó tras su primer partido con el BVB. No podía aguantar los abucheos, ni las burlas por parte de su antigua hinchada. Él no era un traidor, él fue regalado. Estaba totalmente desconcentrado y al llegar al territorio enemigo, Durm le impidió seguir más, lesionándolo en su tobillo derecho de una forma letal. Rápidamente, fue llevado a las urgencias del estadio, pero tal fue la lesión, que tuvieron que llevarle a un hospital. El dolor era impresionante, tanto que no podía mover ni un poco su pie derecho.

Ya en el hospital, fue internado para hacerle una revisión a Robert. Se temía que fuese una fractura, y si era una fractura podría joder la carrera del delantero por siempre. Robert no quería eso, nadie quería eso para Robert. Después que una larga revisón, fue declarado una lesión a segundo grado, pero robert ya sentía su pie caerse completamente. Después de otra larga y muy dolorosa sesión de tratamiento y enyesada, El doctor declaró a Robert que tenía que dejar el campo por un mes y medio completo.

y sí, una parte de su mente le dice que estuviese feliz, por que no jugaría con tal equipo en el que está, pero el problema es que Robert ha comenzado a encariñarse con su nuevo equipo. Tal vez no era tan incómodo y pesado internamente como él lo pensaba, tal vez era una idea que su mente le había jugado para que odiara a su nuevo equipo. 

Finalmente él fue dejado en paz, le dijeron que tenía que descansar el pie un rato, y que si quería dar un paseo o algo, debería avisarle a una de las enfermeras para que le acompañase en una silla de ruedas. Se permitió pensar por un momento que era una estupidez, hasta que movió solo un poco su pie derecho, y sintió morir.

Una hora, una hora ha pasado, ¿habrá ganado el Bayern o el BVB? su incertidumbre le acosaba una y otra vez. Tal vez hayan ganado, o tal vez no gracias al monstruo de Marco Reus. Inconscientemente rezó porque hubiese ganado su equipo actual y no su antiguo. 

El descanso se estaba haciendo aburrido y él simplemente no podía permanecer quieto así doliera demasiado su pierna. Él necesitaba salir y dar un buen respiro. Una figura femenina estaba en frente de su habitación, no dudó en llamarle, de seguro era una enfermera. Él siguió llamando y llamando con un "HEY!" sin embargo, la mujer que estaba al otro lado no abría la puerta. No hbía de otra, Robert hizo un gran esfuerzo por sentarse en su camilla, y estiró todo lo que pudo para tomar sus muletas.

Inhala, exhala.

Estaba a punto de tomar la peor desición de su vida, o estaba a punto de lograr su objetivo para poder llegar a la silla de ruedas que estaba a un costado de la puerta. 1, 2, 3, tomo el airse que pudo y se paró. Robert nunca pudo aprender a andar sobre muletas, así que casi pierde al completo el equilibrio.

La puerta se abre en un segundo. A la hora que se dignan a corresponder mi llamada, pensó. Pero se llevó una gran sorpresa al saber que no era ninguna enfermera la que estaba al frente de la puerta.

Era ella. Melina. Ella.

su sonrisa se había formado al verle, pero no llevó ni un segundo borrarla al verle parado, casi para llegar al piso. Correr al rescate, al parecer esa era la ocupación que tenía Melina para Robert Lewandowski. Melina le ayuda a volver a su sitio.

- Hola Mel. - el hombre la mira maravillado.

- Hola Lewa. - Corresponde su saludo.

- Espera, ¿me has dicho Lewa? - Pregunta el delantero. Robert desde hace tiempo no había escuchado ese sobrenombre. Solo amigos más íntimos le decían de esta forma, esos amigos que se quedaron en Polonia, o se han ido lejos porque le han fichado equipos de otros países. En todo caso, le hacía sentir en casa.

La chica sonríe, pero se sonroja a la vez. Robert no puede sentir más ternura.

- Espera, ¿Me has dicho Mel? - pregunta ella, evadiendo su pregunta. Los dos ríen con nerviosismo.

- Al parecer. - responde Robert. - Me encantó volverte a ver de nuevo.

- Es una linda casualidad. - sus mejillas se enrojecen más, liberando en Robert un ligero cosquilleo por todo su cuerpo acompañado de una rara sensación que le llegaba por dentro, desde su corazón hasta su estomago. 

Segundo escalón: El reencuentro. Es algo que va más allá de la realidad. Muchos le llaman coincidencia o casualidad, pero su verdadero nombre es Destino. Sin embargo, el destino debe ser escrito por los dos viajeros. No hay libro que se escriba solo, todo libro tiene un autor. El destino es escrito inconscientemente, es escrito con el corazón. Los dos viajeros anteponían cosas que para su mente resultaban más importantes, pero no se daban cuenta que el corazón es más grande que ello, y podía entrometerse en todos sus planes. Este es el segundo escalón, el reencuentro de los viajeros sin destino alguno.

Escaleras al cielo. {Robert Lewandowski}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora