Sexto escalón: Seguridad

278 26 5
                                    

¿A dónde fue Melina? ella hace un momento estaba sentada en la silla de la esquina. La buscaba rápidamente con la mirada, sus futuros amigos le obstaculizaban su búsqueda. Maldita la hora en la que la perdió de su vista.

 

Sus ojos abren de a poco, ella estaba conectada a unas maquinas, normalmente ella tenía inyectado suero, ahora le estaban transfiriendo sangre desde su muñeca. Cierra los ojos de nuevo, tratando de volver a dormir. Ella quería dormir y luego despertar y encontrarse en su habitación, mirar el reloj y levantarse al instante porque ella iba a llegar tarde a la universidad. se pondría algo rápido y comería el desayuno que su madre le prepararía, rico en proteínas y calcio. Comería rápido y se despediría de ella, en la salida de su casa se encontraría a su padre llegando después de una larga jornada en la estación de la policía, a ese también le daría un beso de despedida y tomaría un bus que la llevaría a la Universidad de Münich, entonces miraría de nuevo su hora y se le iría el alma del cuerpo al saber que llegaría tarde y que Mr. Köhler le regañaría y se la montaría hasta el fin de su clase de Antropología.

Pero no sería así. Su Madre está muerta, su padre huyó dejándola sola, ella acabó sus estudios y la acabaron de echar de su trabajo. Ella no tendría tiempo para buscar uno nuevo, se sustenta de la ayuda del hospital y la pensión de su madre, también de la poca plata que deja su padre en la cuenta unas veces. Su vida es una mierda. Ella se levantaría y se encontraría de nuevo en el hospital enfrentando un infierno del que nunca podría salir.

- Mel, Mel... - Sus ojos se abren de golpe. - Mel, ¿estás bien? Dime que lo estás, por favor.

No miró al dueño de la voz, pero lo reconoció de inmediato.

Era Robert.

- Sí. - No.., no realmente. - Sí, estoy bien. solo fue un pequeño desmayo.

- ¿pequeño desmayo? - su voz estaba alterada. - Dios mío Mel, Vi los malditos escalones, parecía que habían matado una persona allí mismo. - él se quería levantar, lo podía escuchar, pero otras voces se sintieron y lo volvieron a su sitio. Melina voltea. Robert no estaba solo. Detrás de él estaba El capitán Lahm, el portero Manuel y el centrocampista Müller. Una chica normal e hincha se moriría de la emoción, pero ella no era normal. Era hincha, pero no era normal.

- Fue un pequeño desliz ¿listo? - articula la chica, para luego sentarse en su camilla. - Desde antes me sentía algo mal, se supone que en vez de estar contigo debería de tomarme unos medicamentos para evadir la leucemia, pero creo que soy...

- ¿leucemia? ¿no tenías anemía? - me quedo callada. Los tres hombres carraspean y luego posan su mano en el hombro del delantero, ellos no tenían por qué escuchar la conversación y coincidieron al pensar en salir, y se van. - ¿no tenías anemia? - vuelve a repetir, pero con miedo.

- Tengo. - afirma. En sus ojos notaba la angustia y el miedo que sentía el delantero. Él nunca antes se había sentido de esta manera: con miedo. Aunque fuera muy poco lo que llevaban de conocidos, ella se convirtió en una persona importante para él. Era asombroso. La gente normal y llena de realidad pensaría que sería imposible, pero no era así, ellos se olvidan de que nada en este mundo es imposible. Él la comenzó a admirar desde que, por casualidades del destino, la conoció; Empezó a quererla desde que ella entró por esa puerta hoy. - Hace unos días atrás me pronosticaron Leucemia, Robert. 

Fue automático: La mano de Robert comenzó a acariciar la de Melina, provocando algo inexplicable dentro de ellos.

- Yo estaré ahí para ti. - dice sin más ni más. - Te ayudaré a salir de esto. Te lo prometo.

- Es Leucemia, Robert. - ella ríe ante su comentario.- No sabes si mañana puede agravar, o tal vez matarte.

- Oye, te vas a curar. ¿estamos? - dice ignorando sus palabras. Ella asiente radiante, provocándole una sonrisa a Robert. 

Ella se siente que su ilusión va creciendo cada vez más creándole una estabilidad mental, generándole seguridad ante aquellas palabras.

Sexto escalón: seguridad.

No, no es la seguridad que sientes cuando sabes que esa persona sí te quiere, o cosas como esas por el estilo, que las etiquetas nos implantaron poco a poco, que la seguridad es cuando sabes que los dos se aman y  están seguros de que podrían comenzar una relación. No, eso no. Era la seguridad que Robert le provocaba a Melina, era como volver a nacer de nuevo. Era como si tuviese una esperanza para vivir, eso era seguridad. Era seguridad, cuando ella pensaba sobre su destino que lo mejor sería morir, él detenía ese deseo, dándo una nueva esperanza, una ilusión, una confianza, una seguridad.

Resiste viajera, las escaleras son demasiadas y el viajero tiene las buenas intenciones de ayudarte a dar los próximos pasos. Tal vez, quien quita, podría anchar las escaleras solo por subir a tu lado.

HOLA! he vuelto <3 

¿cómo la pasaron sin mi? okno. las extrañé mucho. se supone que no utilizaría wattpad pero es que algunas han subido unos caps que me matan por completo y pues.

en todo caso <3 hola.

Escaleras al cielo. {Robert Lewandowski}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora