|Final|

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28 de diciembre

El amor es la pasión por dicha del otro, es lo que mueve el sol, la luna y las estrellas, después de germinar, empiezan a echar unas raíces que nunca dejan de crecer y si tú lo permites podía ser para siempre. El amor no se preocupa por recibir, sino de dar. El amor impuro pone al hombre hambriento, porque sólo quiere poseer más, el amor purificado lo alimenta, porque solo pretender dar más y para amar a un ser infinito a pesar de su nada, para amarlo por encima de sus límites, es necesario amarlo como mensaje de una realidad que lo desborda.

Podré decir con seguridad que bien mi madre tenía razón, una mujer inteligente que sabe lo que quiere tiene el poder de cambiar a un hombre, Sehun cambió.

De ser un hombre increíblemente necio, con falta de empatía, cuyo poder y dinero era lo único que le importaba, paso a ser el hombre que ahora es, la tolerancia se volvió su mejor amigo, se volvió un ser mucho más humilde.
Tzuyu cambió, también lo hizo. No había duda alguna.
Ahora era una mujer mucho más segura de sí misma, ya no era esa mujer que se cuestionaba si estaba haciendo lo correcto o no, ahora sabía lo que ella quería y lo que necesitaba.

Esa tarde, las maletas se encontraban frente a la puerta principal, el avión salía en un par de horas, los tres iban a viajar a China a la gran boda de Yixing, Sehun se preguntó de ¿quién había sido la gran idea de hacer una boda en año nuevo? Al final ya no se cuestionó absolutamente nada, era un pretexto perfecto para cancelar nuevamente esa reunión familiar.

Y mientras Tzuyu acomodaba algunas cosas de Soobin distribuyendo correctamente el peso, Sehun se encontraba jugando con su hijo en el piso de la cocina con bastante emoción.

Tzuyu, al verlos, se enterneció. Era una imagen perfecta, Oh Sehun, el gran Oh Sehun jugaba y agudizaba su voz para hacer reír a su hijo.
El pelinegro observó a su esposa con una cálida sonrisa para luego dirigir toda su atención a su hijo.

—Estoy embarazada—

Soltó de repente.

Sehun ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar, se congeló terriblemente impactado por la noticia.
Sus manos comenzaron a temblar, su expresión era graciosa, en realidad era una joya perfecta para una foto, alzó ambas cejas y su boca se abrió queriendo decir algo, pero las palabras no fluían ni se formulaban, ni un solo sonido podía emitir.

¡Demonios Oh Sehun!

Miles de pensamientos lo bombardearon, cambiar pañales de nuevo, desvelarse, comprar fórmulas para bebé, llanto, preocupaciones, visitas al médico, vacunas, todo, todo, todo iba a cambiar de nuevo.

La miró notando la enorme sonrisa en su rostro y eso lo hizo temblar.

—¡Feliz día de los inocentes amor!— Gritó soltando una sonora carcajada.

La miró incrédulo pero por fin pudo respirar, ¿Acaso lo había dejado de hacer? Miró a Soobin y luego a Tzuyu quien seguía sonriendo esperando una respuesta o reacción por parte de su esposo que yacía en el suelo aún impactado.

—¿Era una broma?— Tzuyu asintió acercándose a ellos. —¿Enserio lo es?—

—No estoy embarazada Sehun— Admitió tranquilizando al pelinegro quien seguía perdido en sus pensamientos. —Levántate, tenemos que llegar temprano—

—¿Y si lo tenemos?—

Ahora era Tzuyu quien se paralizó.

Frunció el ceño sin poder creer lo que su esposo acababa de decir, para cuando se giró para enfrentarlo, Sehun se encontraba de pie cargando a Soobin en sus brazos, la miraba con una tenue sonrisa en sus labios y eso provocó que su corazón latiera deprisa, nerviosa, sin saber que decir.

—Sehun...

—Lo sé, lo sé— Repitió un par de veces acercándose hasta ella. —Aún no... Quiero disfrutar esta etapa con Soobin antes de tener a otro hijo o hija, de preferencia niña—

Una risita nerviosa se escapó de los labios de su esposa mientras extendía sus brazos para que Soobin se fuera con ella.

—¿Quieres una niña?

—¿Recuerdas el vestido que compré? Quiero que mi niña lo use— Admitió un tanto avergonzado. —Podemos esperar dos años más, sirve que Soobin crece, aprende a caminar y hablar— Se encogió en hombros jugueteando un poco con las caderas de su esposa, estaba avergonzado y no sabía el por qué, pero no tenía el valor de verla a los ojos.

—Sehun— Lo llamó luego de notar su actitud vacilante. —¿Enserio quieres otro hijo?—

—Tzuyu quiero formar una familia contigo, aparte... podré hacer los cosas bien esta vez— Susurró apenado luego de recordar el primer embarazo, donde ni siquiera se dio el tiempo de disfrutarlo a la par con Tzuyu. —No me cierro a la idea de que pueda suceder ahora— Vaciló. — Pero no lo estás ¿cierto?—

—No lo estoy

—Bien— Sonrió

—Bien—

Ambos miraron a Soobin y se dieron cuenta que estaban aterrados de que este creciera, todos los días ambos se preguntaban si estaban listos para eso, para enfrentar todo lo que conllevaba ser padres, pero... Lo harían bien. Y como los seres magnéticos que siempre fueron, sus miradas se unieron.

Ambos crecieron, ambos cambiaron, ambos se volvieron a enamorar y lo volverían hacer las veces que sea necesaria porque de eso se trataba el matrimonio...

A silencios y a perdones
con promesas y sueños
fallándote o haciéndote feliz
te amo de todas las formas
aunque a veces no merezca tu amor.

Fin. 

 

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