+
Se adentró a su casa sin decir absolutamente nada y lo primero que sus ojos vieron fue a su pequeño hijo jugar. Enternecido, se acercó hasta él y comenzó a jugar, al ver a su padre, este sonrió, Sehun provocaba eso en él, el pequeño Soobin siempre se emocionaba al verlo.
Su pequeña risita lo hizo temblar por dentro removiendo su corazón, adoraba pasar tiempo con él, no importaba la hora, Sehun se podía develar y no se molestaba en lo más mínimo si el pequeño Soobin lo mantenía despierto.
Tenía la nariz de Tzuyu, muchas de sus facciones eran de la castaña, no podía resentirlo, los varones siempre terminan pareciéndose a sus madres, pero algo que había sacado de su Sehun, eran sus ojos, oscuros, su cabello negro y su piel era tan blanca como la porcelana que fácilmente podía apreciarse cuando se molestaba. Soobin era inquieto, y según el pediatra que visitaban cada tres meses, él era más alto para solo tener futuros seis meses. Soobin tenía un futuro brillante, Sehun lo podía ver y no podía evitar sentirse nostálgico con solo imaginárselo mayor, no quería, no quería que su hijo creciera.
— No escuché cuando llegaste— Sehun expulsó todo el aire de sus pulmones mientras evitaba girarse a verla. Su voz, su voz lo ponía mal.
— Lo lamento
Fue lo único que dijo mientras se concentraba a Soobin y cargó al pequeño al darse cuenta que era hora de cenar.
Tzuyu miró a Sehun extrañada, este se encontraba extrañamente frio pero al contrario de su antiguo yo, su mirada no era fría, ni oscura, simplemente se encontraba triste.
— Yo lo duermo— Pidió el pelinegro y sin protestar Tzuyu asintió.
Tomó al pequeño y lo colocó en su pecho para que este eructara antes de mandarlo a dormir. Así estuvo por diez dando suaves palmaditas en su espalda antes de poder escucharlo. Quien imaginaría que ese sería el mejor sonido de todos.
Después de media hora de arrullar al pequeño, este por fin se durmió en los brazos de su padre quien lo seguía mesando unos minutos más antes de poder acostarlo en la cuna.
Al dejarlo, encendió el comunicador y las cámaras quienes les avisaban a sus padres el estado de su pequeño en todo momento.
Al bajar, Sehun sintió un nudo en su estómago y como de arte de magia, el enojo se apoderó de él. Tzuyu lo miró de reojo mientras esta comía y esperaba a que Sehun se sentara frente a ella.
Este, remangó su camisa y decidió comer en silencio, tratando de ahogar el enojo con comida. Todo era raro, Tzuyu sentía algo extraño en el pelinegro pero no lograba descifrarlo. Cuando ambos terminaron de comer, Tzuyu comenzó a lavar los trastes mientras Sehun se recargaba a un costado observando la nevera, sin decir absolutamente
— Sé lo del divorcio — Soltó con calma.
Tzuyu dejó caer el plato que enjaguaba un tanto impactada. Entonces, lo miró. Ahora comprendía la tristeza en su mirada y un remolino en su interior provocó que esta se sintiera culpable. A lo contrario de lo que ella esperaba, Sehun estaba tranquilo, no se encontraba alterado. Suspiró antes de poder decir algo, secó sus manos con su ropa para luego cruzar sus brazos.
ESTÁS LEYENDO
Empire ››oh sehun‹‹
Acak𝐄𝐌𝐏𝐈𝐑𝐄 | Cuando la esposa de Oh Sehun le pide tener un hijo. Tiene que escoger entre su imperio o ella. "El único amor que vas a sentir es para la corporación" - Esas fueron las palabras del señor Oh antes de que Sehun se casara. Y lo único...