𝐄𝐌𝐏𝐈𝐑𝐄 | Cuando la esposa de Oh Sehun le pide tener un hijo. Tiene que escoger entre su imperio o ella.
"El único amor que vas a sentir es para la corporación" - Esas fueron las palabras del señor Oh antes de que Sehun se casara.
Y lo único...
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Te amo
Sehun se miró al espejo un largo rato mientras trataba de arreglar su corbata. No le gustaba su aspecto, creo que de todos los trajes que pudo escoger, ese era el peor. No se encontraba del mejor ánimo para ir a esa fiesta "familiar" donde sabría que no sería bienvenido, siempre era así, de todos los miserables Oh, él era el único que tenía éxito a nivel nacional y nadie soportaba que el menor de la familia fuera quien tuviera la atención de los medios.
Frunció el ceño y en una oleada de desespero golpeó la pared al darse cuenta que no podía acomodar su corbata como le gustaba. Pasó sus dedos por su despeinado cabello de forma frustrada. Faltaba ya una hora para el evento y no se encontraba listo. Sehun se encontraba frustrado y molesto, cosa que ya no era extraño con él.
Dio un enorme suspiró tomó la corbata y con mucha vergüenza comenzó a caminar hacía la habitación de la castaña.
«Solo es pedirle su ayuda. No creo que se pueda negar» Pensó mientras se acercaba de forma cautelosa a su habitación
Llamó un par de veces a la puerta pero no hubo ningún tipo de respuesta, así que abrió la habitación y se sintió terriblemente nostálgico. El tan característico aroma de la castaña invadió sus fosas nasales provocándole un extraño escalofrió en todo su cuerpo
« ¿Dónde demonios estas? » Frunció el ceño al encontrar la habitación vacía.
Bajó las escaleras de forma rápida, pero al ver la silueta de Tzuyu en el patio trasero descansando, sonrió.
La observó en el jardín por un largo rato, aún con la corbata en la mano suspiró. Se acercó hasta ella sintiendo un hueco en su estómago. Se veía tan preciosa. Las ondas de su larga a cabellera castaña caían sobre su pecho, el vestido dorado que traía puesto y las piedras en la parte superior la hacían lucir glamorosa y no importaba que estuviera embarazada aquella pancita la hacían lucir divina. Su corazón comenzó a salir de forma repentina y su respiración cada vez era más pesada. Tenía muchas ganas de tocarla, de abrazarla y nunca soltarla. Y de pronto, sus ojos comenzaron a llenarse de lágrimas de forma extraña, si le hubieran advertido que aquel abrazo iba a ser el último, jamás la hubiera soltado. Tanto era su necesidad de tenerla cerca de nuevo, que no le importaba en lo más mínimo encontrarse de pie mientras ella dormía...
Tzuyu abrió los ojos, parecía que había despertado de un sueño profundo, se notaba en sus ojos, el cansancio en su cuerpo era cada vez más notorio. Sehun de forma rápida limpió su rostro.
— ¿Es tarde?— Preguntó poniéndose pie.
— Aún es temprano— Susurró. Tzuyu lo observó examinando su perfecto atuendo. No era extraño para Sehun lucir tan bien.
Ninguno de los dos dijo nada al respecto, Tzuyu solo lo veía frente a él.
— ¿Quieres que te ayude con eso?— Señaló la corbata en sus manos.
