Capítulo 1: DAENERYS

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Pon otro tronco en la chimenea-


Enseguida, mi señora- Dijo el joven paje mientras se apresuraba a cumplir con su labor.


Hace demasiado frío- Pensó la joven de pelo plateado. Se acercó al gran ventanal de su dormitorio.El día había amanecido fresco y despejado, con un frío intenso que indicaba el final del verano. Dirigió su mirada al patio del castillo, repleto de personas acarreando cestas de un lado a otro,carretas que entraban y salían y soldados corriendo de un lado a otro. Sin duda la noticia de la visita real había provocado un gran ajetreo. Se fijó entonces en los hijos de Eddard Stark, que jugaban con los lobos huargo que adoptaron pocos días antes.

¿Puedo pasar?- Dijo una voz al otro lado de la puerta.


Claro- Respondió la joven dulcemente, sabiendo que quien llamaba era el Señor de Invernalia.


La puerta se abrió, y por ella entró Lord Eddard Stark, imponente con su abrigo de piel de lobo. Daenerys, Daenerys Nieve sonrió al ver el rostro del hombre, que era casi como un padre para ella. La madre de Dany había muerto al dar a luz, por lo que Ned Stark se hizo cargo de ella y la cuidó como si fuese su hija. Gracias a esto creció a salvo en Invernalia, criándose con el resto de los hijos de Eddard.

Si bien Lord Stark siempre la trató como a una hija, sentía no poder decir lo mismo de Lady Catelyn. La señora de Invernalia siempre se mostró fría y distante con ella. Cuando Ned regresó de la guerra con dos recién nacidos, uno de ellos hijo del propio Ned, Lady Catelyn perdió la sonrisa. Quizá con los años fue capaz de asumirlo y de perdonar a su marido, pero nunca se mostró cercana con Dany.

Quizá cuando era más jóven se sentía insegura por crecer sin la figura de una madre, pero habían pasado dieciséis años, ya no era una niña y comenzaba a madurar.Además, Dany comenzó a hacerse preguntas. Era una joven inteligente, y no se le escapaba que era distinta al resto.

- Tenemos algo de lo que hablar- La voz de Ned le sacó de sus pensamientos.

- ¿Y de qué se trata?- Respondió Daenerys.

- A nadie se le escapa que ya no eres una niña- Dijo mirándola de arriba a abajo- tienes edad para saber quien eres-

- A Daenerys le pilló por sorpresa. Llevaba mucho tiempo preguntando por su padre, pero la respuesta siempre era que lo hablarían cuando fuese mayor. Y ese momento había llegado...

- ¿Vas... Vas a hablarme de mis padres?-

Así es, pero antes quiero que me prometas que no se lo contarás a nadie- Dijo Ned, con el tono autoritario que usaba cuando ejercía como Señor de Invernalia-

- Te lo prometo- Dijo Daenerys al momento.

Dany clavó sus ojos violetas en los fríos ojos de Ned que, pese al frío, parecía estar sudando.

- Bien... Imagino que te habrás dado cuenta de que no eres como los demás... Quiero decir, tu pelo, tus ojos...- Ned era hábil con la espada, hábil comandando ejércitos, pero las palabras no eran su fuerte.

- Sí... Sé que no soy como los demás- Danerys notó como un escalofrío le subía por la espalda-

- Sí, pelo plateado, ojos violetas...- Eddard tragó saliva- No eres Nieve, eres Daenerys Targaryen, hija legítima de Aerys Targaryen.

El silenció llenó la habitación, se apoderó de cada uno de los rincones. Dany buscaba las palabras para expresar como se sentía,pero no era capaz de encontrarlas. Estaba enfadada... No, estaba feliz... No, triste... No sabía como se sentía.

- Yo... Pero, entonces... ¿Por qué no... Por qué no me lo habías dicho antes?- Acertó a decir al fin-

- Porque desde este momento estás en peligro- Ned recuperó su entereza- Hasta este momento he podido ocultarte, pero como ya he dicho no eres una niña, y si Robert te ve, puede que descubra quien eres, y entonces nadie podrá protegerte-

- ¿Por qué querría hacerme daño?- Dijo Dany. Yo no he hecho nada-

- Eres una Targaryen, la hija de Aerys Targaryen, podrías reclamar su trono-

- Pero yo no quiero hacerlo- Daenerys empezó a notar que le dolía la cabeza.

- Eso no tiene importancia- Ned cogió su mano- No tienes por qué tener miedo, Robert no estará aquí más de una semana, solo tienes que ocultarte hasta entonces y podrás seguir adelante-

Daenerys notó que las lágrimas comenzaron a resbalar por su rostro. En el fondo siempre sospechó que había muchas cosas que no sabía... Pero esto era demasiado.

Prométeme que no contarás esto a nadie. Prométeme que no dejarás que Robert te vea- Ned alzó la barbilla de la joven para que esta le mirase a los ojos- Prométemelo.

La joven Targaryen asintió. Trataba de evitarlo, pero sentía como se desmoronaban sus cimientos... Ned sonrió y alborotó levemente sus cabellos dorados, antes de levantarse y salir de la habitación,dejándola sola con sus pensamientos.

Daenerys se acurrucó en una esquina de la cama y, mirando al fuego, comenzó a divagar. Soy la hija del Rey Loco- Pensó. Aerys Targaryen, famoso por quemar con fuego valyrio a todo aquel que le desafiaba. Pero era mi padre, no podía ser tan malo... ¿Y mis hermanos? Rhaegar fue asesinado por Robert en la batalla del Tridente porque había secuestrado a Lyanna Stark, su prometida... ¿Es que todos mis familiares eran monstruosos? O quizá es lo que Robert quiere que todo el mundo piense. El sonido de un cuerno en el exterior puso fin a su reflexión

Juego de Tronos.- El despertar del dragónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora