El aullido de un lobo hizo que Jon levantase la cabeza de los libros. El maestre Luwin le había dicho que un buen caballero debe ser una persona cultivada, por lo que Jon pasaba una buena cantidad de horas al día leyendo. No podía quejarse. La gran biblioteca de Invernalia era cálida y acogedora.
El lobo aulló de nuevo, y Jon cerró el pesado libro que había estado leyendo, que hablaba de los grandes reyes Targaryen del pasado. Targaryen... Como Dany- Se agachó bajo la mesa para ver a Fantasma. El animal le miraba con esos ojos rojos rebosantes de inteligencia. Tú estas aquí, así que los aullidos deben ser de Verano- Se dijo.
Se puso en pie y cogió el farolillo, que ya parpadeaba indicando que se estaba quedando sin aceite, mientras que las primeras luces del amanecer comenzaban a colarse por las ventanas. Jon había cogido la costumbre de levantarse horas antes del amanecer para subir a la biblioteca a leer. Era el momento más tranquilo del día, a esas horas nadie podía molestarle.
Una vez fuera, Jon inspiró una profunda bocanada del fresco aire matutino e inició el laborioso descenso por los empinados peldaños de la escalera de piedra exterior de la biblioteca. El Sol naciente aún no había despejado las sombras de Invernalia, pero en el castillo ya habían muchos hombres trabajando. Cruzó el patio para entrar en el Gran Salón, donde se servía el desayuno. Jon se sirvió un par de huevos fritos, una cuña de queso y unas tiras de panceta tostada, junto con una jarra de cerveza. Su hermano Bran, el señor de Invernalia, aún no había despertado, pero el maestre Luwin ya le esperaba en la mesa.
- Buenos días, maestre- Dijo Jon mientras se sentaba en el banco.
- Ah, Jon, me preguntaba cuando llegarías-
- ¿Por qué?- Preguntó- ¿Ha ocurrido algo?-
- Más bien va a ocurrir- Respondió el maestre- Uno de nuestros hombres ha llegado al galope esta mañana, decía haber visto un pequeño destacamento de los Lannister-
- ¿Lannister?- Preguntó Jon alarmando- ¿Vienen a atacar Invernalia?-
- No, nada de eso- Luwin sonrió- Es una escolta. Vienen acompañando a nuestra Daenerys-
- ¿Daenerys?- Jon se puso en pie- ¿Cuándo llegarán?-
- Los vio acampando anoche a pocas leguas de aquí... No deben demorarse más de unas horas-
Jon salió corriendo del salón. Dany... Creía que había muerto- Pensó. ¿Y por qué viene escoltada por los Lannister? ¿Es que ha sido secuestrada?. El joven se dirigió a los establos, ensilló su caballo y salió al galope por las grandes puertas de Invernalia. Cabalgó durante algo más de una hora, hasta que al fin, al subir a una colina, divisó el destacamento del que le habían hablado.
Estaba formado por una docena desoldados que vestían el escarlata de los Lannister. Uno de ellos portaba un estandarte con el león rampante que tanto miedo infligía en combate. Y entre ellos, pudo ver la inconfundible melena plateada de su medio hermana. Es ella- Se dijo emocionado. Llevaba meses echando de menos sus largas conversaciones. No había nadie que le entendiese tan bien como la joven Targaryen. Jon picó espuelas y bajó la colina.
Al verle, Dany detuvo el caballo en seco y, tras mirarle un momento,desmontó y corrió a abrazarle. Jon cerró los ojos al sentir el calor de su cuerpo y la abrazó aun más fuerte.
- Creí... Creí que no volvería a verte- Dijo él.
Se quedaron así unos segundos hasta que al fin se separaron. Dany le miró a los ojos antes de sonreír.
- Estás... Cambiado... Te has dejado crecer la barba-
- Ahora tengo más responsabilidades... No puedo parecer un niño-
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Juego de Tronos.- El despertar del dragón
RomanceEn esta versión de la historia Daenerys no abandona Los Siete Reinos tras la Rebelión de Robert. Ned Stark la encontró en Desembarco del Rey y se la llevó como pupila a Invernalia para evitar que Robert la encontrase.