Llevaban muchas jornadas cabalgando. El Lannister tenía vendadas las muñecas por las heridas que le habían causado los grilletes y estaba cansado y dolorido debido a los meses de encarcelamiento y las largas cabalgadas de las últimas semanas. Pero todo eso daba igual, Jaime disfrutaba de la calidez del Sol, la cota de malla enfundada, la espada a la cintura... Una ráfaga de brisa fresca y fragante como el aliento de una doncella le hizo suspirar.
- Agua- Anunció Jaime- ¿La oléis? Ya debemos estar cerca del Río Aguasnegras
- Hay una posada a unas pocas leguas- Dijo Brienne, que era menos desagradable con Jaime desde el encuentro con la Compañía Audaz- Podemos pasar allí la noche-
Jaime se imaginó degustando un buen plato de asado. Llevaban sin comer nada caliente desde que fueron capturados, viviendo a base de frutos y de tortas de avena ya endurecidas. Se fijó en el trotar elegante de Daenerys, con sus prendas de cuero ajustadas al cuerpo y su plateada melena bailando alson de la marcha. Cersei jamás se vestiría de ese modo- Pensó el Lannister. La joven Targaryen seguía tratando a Jaime de forma distante, pese a que no le miraba con el mismo rencor que cuando la encontraron cerca de Aguasdulces.
En los momentos de silencio, cuando la Luna reinaba en el firmamento, Jaime recordaba una y otra vez el día que se convirtió en Matarreyes. Cuando estaba en la corte, siempre podía refugiarse en Tyrion y Cersei, que no le juzgaban constantemente. Pero llevaba muchos meses rodeado de enemigos, odiado por su mejor acción. Y ahora, por Daenerys.
Divisaron la posada poco antes de que se pusiese el Sol. Era una casa alta, de tablones endurecidos,que se alzaba cerca de un arroyo que desembocaba en el Aguasnegras. La luz cálida y amarillenta se derramaba por las ventanas. Mientras descabalgaban un muchachito de pelo rojizo salió a su encuentro.
- ¿Sois el mozo de cuadra?- Preguntó Brienne.
- Lo soy, mi señora- Parecía un chiquillo avispado- Por tres monedas de cobre cepillaré y alimentare a los tres caballos-
La moza le entregó las tres monedas y una más de propina, lo que hizo que al muchacho se le iluminase el rostro. Entraron en la posada,hambrientos y cansados. A esas horas Jaime esperaba encontrarse el salón lleno, pero estaba medio vacío. Un grupo de campesinos charlaba junto a la barra y dos jóvenes que cenaban en una mesa apartada. Una mujer bajita y de piel lechosa salio de las cocinas.
- Sentaos donde queráis- Dijo- ¿Qué va a ser?-
- Comida y alojamiento- Respondió Brienne.
- Tenemos jabalí- Explicó la mujer- Tierno y sabroso, asado con setas y puré de nabos-
- Tomaremos jabalí pues- Dijo la moza.
- Y vino- Añadió Jaime.
La mujer regordeta asintió y fue de nuevo a las cocinas. Tomaron asiento en una mesa junto a la ventana. El Lannister se sentó y estiró las piernas soltando un suspiro. La mujer volvió con dos jarras de vino. Jaime llenó las copas a sus acompañantes para después hacer lo propio con la suya.
Los campesinos que charlaban en la barra lo hacían en voz muy alta. Entre el murmullo, Jaime pudo escuchar el nombre de Stannis... El Lannister se bebió la copa de un trago y corrió hacia la barra.
- Disculpad- Dijo acercándose a ellos- ¿Tenéis nuevas de Desembarco del Rey?-
- ¿No lo habéis oído?- Dijo uno de los campesinos- El Gnomo prendió fuego al Aguasnegras. Con fuego valyrio. Hizo arder la flota de Stannis-
Fuego valyrio...'- A Jaime letraía malos recuerdos.
- ¿Ganó entonces la batalla?-
- No- Otro campesino intervino- Fue el fantasma de Renly el que llegó después para decidir la batalla y derrotar a Stannis-
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Juego de Tronos.- El despertar del dragón
RomanceEn esta versión de la historia Daenerys no abandona Los Siete Reinos tras la Rebelión de Robert. Ned Stark la encontró en Desembarco del Rey y se la llevó como pupila a Invernalia para evitar que Robert la encontrase.