Capítulo 1: El comienzo

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Al final había terminado cediendo. No era ninguna sorpresa. Desde el primer momento en el que Jungkook dejó en claro que tenía un favor que pedirle, el mayor supo que se lo concedería.. No solo porque fuera su mejor amigo, sino porque el pelinegro era demasiado tierno como para poder negarle nada.

El encanto de Jungkook era el punto fuerte de este, y a la vez el débil de Jimin.

Por ese motivo se encontraban caminando por la acera, Jungkook unos pasos delante aunque fuera su amigo quien marcara el rumbo. Si él pudiera, tomaría las riendas, pero por desgracia no tenía ni la menor idea de donde se encontraba el paradero del misterioso tatuador al que Jimin iba a llevarle.

- ¿Tú crees que hará descuento por ser menor de edad? —pregunta risueño el menor, caminando ágilmente sobre un bordillo. Un pie tras otro. De vez en cuando se tambalea, más incluso en esos momentos parece tener el control absoluto de sus pies.— No me vendría mal ahorrar un poco.

- Ahorrar dinero para gastártelo en videojuegos no es ahorrar —Jimin observa con ligera preocupación a su amigo. No porque esté caminando tranquilamente por el estrecho tramo de acera, sino por lo que se dirigen a hacer.— Y da gracias que va a tomarte consulta. Precisamente por ser menor no deberías ni poder entrar.

- ¿Entrar? ¿No me dijiste que el chico trabajaba en su casa?

- Es una forma de hablar —rueda los ojos y acelera el paso para alcanzar al menor. — te recuerdo que puedes echarte atrás siempre que quieras —ahora es el ajeno quien rueda los ojos. En consecuencia, apoya mal un pie y tropieza, casi cayendo al suelo. El más bajo de ambos actúa rápido y le sujeta de la cintura, suspirando disimuladamente con alivio.— Solo te lo recordaba.

- Tengo pensado lo que quiero hacerme desde hace un año, hyung.

- Deberías pensarlo más —frunce el ceño — un tatuaje es para toda la vida.

- Ya lo sé —responde ofuscado el menor. En ese momento Jimin gira la esquina y Jungkook, con un saltito, baja del peldaño y se coloca al lado del mayor. — Me lo has dicho mil setecientas veces.

- ¿Y te sigues queriendo tatuar a la máquina esa?

- Se llama Iron Man.

- ¿Te la sigues queriendo tatuar? —pregunta de nuevo, sabiendo de antemano la respuesta. Escucha un cansado 'son mis gustos, hyung...' y Jimin suspira sonoramente.— Definitivamente mil setecientas veces no son suficientes.

- Te lo agradeceré toda la vida, hyung —sonríe y el mayor no tiene otra opción que sonreír en respuesta. Es un acto reflejo a la ternura de Jungkook.

- Me arrepentiré toda la vida. Estoy seguro.


Y como suele pasar, ninguno sabía la verdad que contenían ambas frases cuando las pronunciaron.

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Buenaaaaas

.

.

¡Ya sé, ya sé! 

Pasaron mil años y más... sorry... 

Aún así volví a escribir y espero que os guste. No tengo ni idea de que va a salir de aquí pero estoy en cuarentena y no puedo salir de casa :(  ¿Antes salía de casa? Tampoco. Pero ahora TODA mi familia está en casa y uf. UF. Es medio divertido (de verdad es surrealista jamás te imaginas vivir algo así. QUE ESTÁN PONIENDO MULTAS POR SALIR A LA CALLE OSEA) pero un poco agobiante. 

No quiero ni imaginar la gente que esté en peor situación que yo. Tipo viviendo con sus maltratadores o los familiares drogadictos... 

BUENO. Que estoy escribiendo de nuevo y espero que os guste. 

¡SALUDOS! <3 

Un tatuaje es para toda la vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora