Jungkook está convencido de que es una buena idea. Ya se ha quitado de encima ese examen tan difícil que tenía pendiente y ahora reina el fin de semana. Sus padres piensan que está en el cine tragándose la película de superhéroes de última hora. ¿Y está en cine? En absoluto.
Está caminando por la acera. Aunque es de noche se puede distinguir perfectamente los pasos futuros gracias a toda la línea de farolas que iluminan la calle. Aún así el menor va con la capucha de su sudadera puesta y la cabeza gacha. Un par de chicas que vienen de frente se cambian al otro lado de la calzada. Todo está en silencio y Jungkook solo puede escuchar sus pasos.
A medida que avanza la calle se ilumina más y más. Gira una esquina y el ruido aumenta. Hay más gente que hace unos pasos. Sigue caminando cada vez con la cabeza más alta y observando su alrededor. No quiere pasarse el local al que se dirige.
Y no se lo pasa.
Al minuto ya se encuentra frente a un pequeño local de karaoke. Hay un grupo de personas en la entrada y las luces de colores iluminando la entrada. Sonríe al ver el letrero sobre la puerta.
'SUGA'S SONG'
Es ese. Sin lugar a dudas ese es el local al que va Jimin todos los fines de semana. Pertenece a uno de sus amigos del grupo si mal no recuerda y también tiene claro que las peores borracheras de su amigo han sido entre esas cuatro paredes. Jimin nunca le ha invitado y seguro que si por su mejor amigo fuera jamás en su vida pisaría esos suelos. Pero ahora existe una diferencia.
Ahora era mayor de edad.
- ¿Jungkook? —por algún motivo el pelinegro se asusta. Piensa en Jimin por un instante y el corazón le va a mil. Precisamente que piensa darle una sorpresa y se asusta con solo escuchar su nombre.— ¿Eres tú? — el menor se quita la capucha y busca al dueño de esa conocida voz. No tarda en divisarle apoyado en la pared. Su corazón vuelve a ir a mil.— ¿Qué haces por aquí? ¿No tienes clase mañana?
El pelinegro traga saliva. Le cuesta un mundo responder aunque sea la pregunta más sencilla del mundo. Inconscientemente hace amago de llevar la mano a su nuca y tocarse el tatuaje, pero desecha la idea en un segundo al sentir esos ojos castaños clavándose sobre él.
- Venía a ver a Jimin —se quita la capucha y peina nerviosamente el flequillo en un intento de ordenar el alboroto de mechones que cae sobre su frente. Taehyung sonríe.— Y mañana es sábado.
- ¿Mañana es sábado? — el mayor alza una ceja y da una calada larga al cigarro que sostiene ahora entre sus labios. El rojo llameante del extremo consume una buena parte del papel. Jungkook asiente y el contrario se encoge de hombros.
- ¿Está Jimin dentro? —pregunta el pelinegro asomándose por encima del hombro del contrario. Detrás de este hay una ventana empañada por la que a duras penas se puede observar una pequeña parte del vestíbulo.
- Están todos adentro.
- ¿Y qué haces tú aquí entonces?
- ¿Que qué hago yo aquí? —ríe amargamente como si la respuesta fuera obvia. Alza su cigarro casi terminado entre dos dedos y le da una larga calada.— Fumar.
- ¿No se puede fumar dentro?
- A Jin no le gusta el humo —Jungkook ladea la cabeza y Taehyung sonríe — uno de los del grupo. Seguro que tú le caerías bien. —da un último calo al cigarro y lo apaga contra el muro a su espalda antes de tirarlo al suelo.— ¿Jimin nunca te ha presentado al grupo?
- Me habla a veces sobre vosotros, pero supongo que considerará que soy demasiado pequeño.
- Mh... —El castaño le escruta de arriba a abajo y Jungkook no tarda en comenzar a sentirse incómodo. Va cubierto de ropa hasta arriba pero por algún motivo quiere vestirse.— Quizás tenga razón.
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Un tatuaje es para toda la vida
Ficção Adolescente- ¿Sabes qué? Nunca pensé en tatuarme. + Quién lo diría. - Tampoco pensé en enamorarme. + ... - Quién lo diría... ¿eh?