Si no es luego, ¿Cuándo?

¿Es Mejor Hablar O Morir?

Narra: Elio

Me despierto, por suerte sin sentir nada fuera de lo normal. La pastilla de anoche me ayudo mucho con ese dolor tan fuerte de cabeza que tenía. Me levante de la cama y busco algo de ropa para darme una ducha. Una vez termino bajo las escaleras y veo a mi madre, me acerco a ella mientras le sonrío, le doy un beso en su mejilla.

—Buongiorno —saludo.

—me toca el pelo mientras me sonríe— ¿Cómo te sientes cariño?

—Estoy bien, solo fue un momento —digo sin importancia—. ya se me paso el dolor de cabeza —comento para no preocuparla.

—Oh que bueno cielo que te sientas mejor —dice mientras me sonríe—. vamos a desayunar porque tu padre y Oliver no están —la escucho decir mientras entra a la cocina.

¿No están? ¿A dónde se fueron? -Pensé.

Camino hacía la cocina y entro, la veo que esta preparando las cosas para el desayuno.

—Así que salieron

—Así parece, yo no estaba enterada —me alcanza dos taza—. Mafalda me dijo que se habían ido temprano

—¿Y no sabes a dónde? —pregunto con curiosidad mientras salgo hacía en patio y dejo las tazas sobre en la mesa.

Veo que mi madre sale con su diario y niega:

—No sabemos a donde se fueron, pero seguro que volverán para el almuerzo

—asiento— Eso espero —comento bajo y me siento a su lado.

—Espero que te gusten las hice temprano —dice mientras me acerca un plato con galletas de chocolate.

—Gracias —agarro una y la mojo en mi café—. Bettina y Romano se quedaron por mucho ayer

—se ríe— Oh no, se fueron al rato que te fuiste a dormir

—Ah... que bueno —como de la galleta y como era de esperarse cada cosa que hacía mi madre con ganas le salia riquísimo—. están deliciosas

—Que bueno que te gustaron —toma un poco de su taza—. ayer los que se quedaron hablando por un rato, fue tu padre y Oliver, no se que veían por la televisión pero no me dejaban dormir con sus risas —comenta con una risita.

Me rió mientras continuo disfrutando de mi desayuno.

Estuvimos hablando un rato, y me contó lo que hoy me tocaba hacer.

—

Hoy me tocaba hacer las compras a mí y bueno una vez que me desocupe lo hice. Tuve la suerte que llegue temprano y no había mucha gente, eran solo tres delante de mí.

Después de volver a mi casa, la ayude a mi madre en la cocina y le dimos a Mafalda un poco de ropa para lavar.

—¿Hoy, qué quieres comer? —pregunta curiosa mi madre mientras guarda unas bolsas.

—sonrió— Fideos con albóndigas —comento mientras veo la aprobación de mi madre y busco algunos ingredientes.

Estuve entretenido cortando varios vegetales por un largo tiempo y después me retire en de la cocina, cuando solo quedaba cocinar y de eso se encargaba mi madre.

Subí a mi cuarto y me puse a transcribir un poco de música, hasta que escucho el motor de un auto. Sonrió al saber que era mi padre, guardo todas mis hojas y me levanto de mi cama.

Mientras bajo las escaleras, escucho el comentario de mi padre desde la cocina:

—¿Qué es eso que huele tan rico?