La Vía De B

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Me desperté por el ruido de la campaña. Siempre a la hora del desayuno, almuerzo, la merienda y la cena. Mafalda se encargaba de sonar una campaña, la cual es pequeña y se encontra en la cocina, pero su ponencia al retumbar alcanza cada rincón de la gran casa y hace que en donde estés la escuches con mucha claridad.

Me levante vagamente de la cama para buscar algo que ponerme. 

Bajo al living y noto como esta vacío, eso quiere decir que estaban en el patio. Me dirijo hacia allá, veo a mi padre y Oliver.

¿Habrá dormido acá?

Buongiorno —saludo mientras me siento en mi lugar y escucho a mi padre.

—Buen día hijo —dice mi padre mientras se hace una tostada.

Oliver me mira y solo me regala una sonrisa para continuar comiendo una tostada.

Ecco qui —dice Mafalfa mientras me entrega mi desayuno.

Grazie —comento y empiezo a prepararme una tostada—. ¿Y mamá?

—Fue a buscar un poco de azúcar para el señor —dice divertido mientras le da una palmada a Oliver.

Veo como al americano le sale una risita nerviosa, le sonrió y tomo de mi café

—Acá esta —veo salir de la casa a mi madre y al verme me sonríe—. hola cariño 

—Gracias Anabella —dice amable Oliver.

Le sonrió a mi madre en forma de saludo

—Hoy está lindo el día, por que no te distraes un poco de los libros y sales un poco Oliver —propone mi padre.

Para mí, ya se distrajo mucho anoche y quien sabe con que o quién

—asiente—. Me parece bien —me mira—. me gustaría que me acompañes un rato al pueblo, ¿Si podes? 

—Eh... —siento las miradas sobre mí. Me pone nervioso el simple hecho de que mis padres puedan notar mi interés hacia el americano. Aun no entiendo por que aparento delante de ellos que me cae mal, la noche anterior hable mal de él y su manera fría de despedirse. De alguna forma no les mentí, nunca conocí a alguien que tenga esa manera al despedirse, lo hace ver como si no le importara volver a verte, y en gran parte eso me molesta—. podíamos ir un rato —trato de no darle mucha importancia al asunto.

 —Perfecto, entonces después que termines el desayuno vamos —dice mientras se levanta de la mesa. 

Veo que entra a la casa, noto aun las miradas de mis padres

—Parece que esta apurado por salir —digo con una risita algo nerviosa.

—Trata de ser amable con Oliver —comenta mi madre mientras se pone a leer su diario.

¿Ahora que hice?

—Bueno disfruta el día hijo, yo me retiro que tengo que hacer unas llamadas —comenta para luego darle un beso a mi madre e irse.

Después de desayunar me encuentro con Oliver y me dice curioso:

—Ya sabes para donde vamos a ir 

Me subo a mi bicicleta y lo espero mientras respondo su pregunta:

—Realmente no tengo nada planeado —noto su cara de sorpresa al escucharme.

—Bueno, algo haremos —dice mientras empieza a andar.

Luego de un rato arriba de la bicicleta, llegamos a Piazza Vittorio Emanuele. Nos bajamos y empezamos a caminar.

Si no es luego, ¿Cuándo? Donde viven las historias. Descúbrelo ahora