u n o.

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10 de Diciembre, 2014.

La cola alta apretaba latosamente el cabello de Yoojin, así que, al recién poner un pie dentro de su pequeño departamento, la deshizo de golpe con su mano izquierda y se quitó los zapatos con desgano, lanzándolos en alguna parte de la diminuta sala de estar. Sus manos estaban heladas hasta el punto en donde las puntas de sus dedos dolían, lo que le recordó que debía comprar unos guantes nuevos para así enfrentar de manera correcta el invierno.

Yoojin estaba cansada. Sus ojos pesaban muchísimo. Más que estar agotada de manera física, tan sólo deseaba tener un día libre para poder respirar con paz. En la pared el reloj mostraba la hora. 1:37a.m. Un suspiro angustiado se escapó de sus labios, y lanzó su bufanda con rabia al suelo mientras caminaba a la habitación.

Había sido un día pésimo. Realmente, casi todos los días lo eran. Mas Yoojin no quería aceptar que todo ese mal humor era producto del agotamiento causado por su apretada agenda. No quería aceptarlo, porque no había mucho que pudiese hacer para cambiar la situación. Pasaba toda la mañana en la universidad, cuando se hacía un poco más de mediodía se dirigía a la Academia de Artes—siendo esta su parte favorita de la tarde—, luego, al terminar allí, comenzaba su aburrida jornada laboral en un restaurante, y al cabo de la madrugada ya estaba en el departamento, a veces llegando un poco antes de la una, sólo cuando su jefe se sentía muy bondadoso.

En ocasiones, se preguntaba si realmente valía demasiado la pena lo que sus padres pensaran. Tener que estudiar una carrera que ni siquiera le gustaba tan sólo para que ellos estuviesen bien le hacía sentir estúpida, como una tonta. Sus padres no aceptaban que el arte era a lo que ella quería dedicarse. ¿Cómo piensas sobrevivir y tener una buena vida? Morirás de hambre así, Yoojin. Era lo único que repetían, así que al terminar el instituto comenzó la universidad y la carrera de Medicina, pero Yoojin apenas terminaba con el primer semestre y ya sentía que no aguantaba. Al menos encontraba un poco de consuelo entre los pinceles y el óleo.

Porque si había algo que le ocultaba a sus padres, era que aún seguía estudiando en la Academia de Artes en Seúl, la misma en la que llevaba asistiendo desde que tenía trece años. Sin embargo, aún si hacerlo era como su sueño en sí, también era su peor pesadilla por lo costosa que era. Por eso mismo necesitaba su trabajo, porque debía pagarla bajo toda costa. Porque, aunque nadie la apoyase en lo que quería, no podía dejar su pasión a un lado.

No se preocupó en quitarse la ropa que tenía puesta. Sus ojos pesaban como si llevase días sin dormir, así que apenas se acercó a su cama se lanzó en ella, y hundió su cuerpo entre las sábanas, deseando poder descansar completamente. Al apenas cerrar los párpados sintió cómo poco a poco su cuerpo se relajaba.

Yoojin no era alguien que tuviese sueños, sin embargo, esa misma noche tuvo uno por primera vez en mucho tiempo.

No podía ver muy bien el lugar en donde estaba. Todo estaba muy oscuro y había un ambiente extraño, muy raro, sin embargo, lo que podía ver con claridad, como si estuviese destinada a verlo, era un chico. Él parecía hacer lo mismo que Yoojin, tratar de ver a su alrededor y ver en dónde estaban. Tenía el cabello castaño que parecía sedoso, piel tersa que le recordaba al trigo algo tostado, una nariz respingada que parecía embelesar y unos ojos cautivadores. Su cara era delicada. Pero, por más de que lo estudió, no lo podía reconocer de ningún lugar, ese rostro ni siquiera resonaba en algún recuerdo que tuviese, sin embargo, al observarlo, no paraba de sentir un sentimiento de familiaridad, aprecio y calma crecer dentro de sí. Como si conectase con él de alguna manera. Como si fuese alguien importante, aún sin saber el porqué. Y no dudó en admirar aquellas preciosas facciones durante todo el sueño sin un ápice de vergüenza, pues él era sólo producto de su imaginación. No hablaron, de hecho, él ni siquiera la miró. Sólo se trataba de Yoojin observándolo.

Era un sueño extraño, sin embargo, esa noche descansó completamente.

Crystal dreams↠ j. hoseok.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora