Padres primerizos (Rubegetta)

Capítulo 1: La llegada

Marzo 2020, y una niña, castaña de ojos pardos, de baja estatura de no más 4 años, se paseaba solitaria por los parajes de el gran pueblo de Karmaland, nadie sabía de dónde venía y nadie se preocupaba de ella al pasar por las casas del mismo pueblo.

Cerca un pelinegro discutiendo con un castaño, ambos no se percataron de la pequeña que iba en su dirección.

- ¡pero es que tú eres tonto! - gritó el pelinegro – no sé cómo te soporto.

- Vegetta admite que ese creeper salió de nada, ¡qué iba a hacer yo! - decía el castaño defendiéndose de los regaños de su acompañante.

- Rubén, por tu culpa ambos perdimos todos los niveles – dijo luego de empujarlo – menos mal tenía pocos.

- Yo perdí 41 niveles y no te saco nada en...

- Una niña... - dijo interrumpiendo al castaño, mirando como la niña, con la mirada en el suelo se les acercaba.

- Vegetta – sin percatarse de la pequeña - no me vengas a joder con tus...

- ¡no cabezón! - dice moviéndole la cabeza en dirección a la menor – una niña, sola...

- Oh... - ambos se quedan en el lugar mirándola avanzar lentamente, hasta que llega a pararse frente a ambos.

- Con permiso, señores no quiero ser molestia – dijo la pequeña con una voz inocente y con mirada perdida, vegetta conmovido por la pequeña se agacha para quedar a su altura.

- Disculpa pequeña - ella mira al ojimorado de frente con su mirada apagada - ¿dónde están tus padres? - Rubius se agacha al igual que Vegetta, para escuchar mejor a la pequeña.

- no lo sé - los dos mayores se sorprendieron e intercambiaron miradas – me vine caminando desde el orfanato, la verdad es que escapé... - dijo sin emoción en su voz.

- ¿por qué te escapaste? Si se puede saber - preguntó Rubius.

- porque no me gustaba ese lugar y solo me fui – dijo la menor encogiéndose de hombros.

- ¿Cuál es tu nombre, pequeña? - miró con una cálida sonrisa a la castaña.

- me dicen Cam, pero no sé cual es mi verdadero nombre – dijo sin ninguna expresión.

- entonces... ¿no tienes hogar? - preguntó el ojiverde, ella negó con la cabeza y pretendía seguir con su rumbo hacia la nada.

- espera un momento – dijo Vegetta al ver que Cam empezó a rodearlos, ella los miró y asintió, los dos se levantaron y se miraron - ¿qué haremos? No podemos dejarla aquí...

- no lo sé, podríamos darle un poco de comida y ropa para... - el pelinegro se le iluminó la mirada.

- ¡adoptémosla! -interrumpió, Rubius lo miró confundido – sí, Rubén, ¿recuerdas que un día te pregunté para adoptar?

- sí, pero Vege... Ahora tengo a Nieves y... - dijo rascándose la nuca.

- Rubius – lo tomó de los hombros – esta niña nos necesita, ¿y quién mejor para adoptarla que nosotros?

- hay mucha gente mejor – dijo Rubius con indiferencia.

- ¿quién dice que los Dioses no nos dan esta situación por algo? - el castaño dudaba, al pelinegro solo le quedaba una carta para convencer a Rubius – o le diré a Willy, quizás el sí acepté - dijo dándole la espalda y dirigiéndose donde la pequeña, quien jugaba con un palito mientras esperaba.

- nonononononono – indignado – yo soy mejor padre que él.

-¿entonces aceptas? - el castaño sonrió en señal de aprobación - Cam, ven con nosotros, te daremos un hogar.