Sus oídos se inundaron del bullicio de la gente, insoportable para ellos.Ante la iluminación repentina, sus ojos se cegaron sin tan siquiera abrirlos. Un dolor agudo logró colarse en su cabeza.
Con su rostro ya enojado por el repentino ambiente, sus ojos se abrieron de golpe, su vista borrosa tratando de adaptarse. Sin embargo, cuando su visión se hizo más clara, no vió los interiores de la Torre JinLin, y su cuerpo estaba tendido sobre el frío pavimento.
Al ver como la gente pasaba y pasaba, pudo entender que no estaba donde tendría que estar.
¡Estaba en la calle! Y Su She o Jin GuanYao no se encontraban junto a él.
Su cuerpo entró en alerta, levantándose del suelo lo más rápido que pudo. Un mareo instantáneo lo golpeó, y sus pies involuntariamente se movieron, dejando golpear su cuerpo con brusquedad en una pared. Soltó un gemido lastimero.
De pronto, un pensamiento lo golpeó.
Empezó a examinar su cuerpo, viendo como su brazo cercenado seguía unido a su hombro. No había una sola herida en su cuerpo, ni siquiera una pequeña. Pero, ¿como era esto posible? Recordaba perfectamente los ataques imparables de Lan WangJi, las heridas que le causó, el brazo que mutiló; sin embargo, parecía que nada de eso hubiese pasado, como si todo hubiese sido un mal sueño.
– "Pero... Como..." —Cada vez lo entendía menos.
Primero que nada, ¿como diablos había llegado hasta acá? Se supone que Su She se lo había llevado. ¿en donde diablos estaba ese imbécil?
- "Tengo que... Tengo que". —repitió mientras comenzaba a caminar a pasos acelerados, tratando de salir de ese callejón.
Pero no sabía lo que le esperaba al salir de ese callejón. Cuando por fin salió, todo su cuerpo se paralizó.
Edificios se elevaban como montañas, su vista apenas resistía todos esos colores llamativos, cientos de personas y... Lo que sea que eran esas cosas que tenían ruedas y generaban ruidos estrepitosos.
La gente era demasiada, el ruido era ensordecedor a sus oídos.
¡¿En donde diablos estaba?!
Su corazón comenzó a alarmarse más de lo que ya estaba. Salió corriendo, tratando de encontrar algo mínimo, cualquier cosa que pudiera decirle en donde estaba... Y como podía regresar a la Torre JinLin.
Corriendo en un lugar repleto de gente, era imposible no empujar y tirar al suelo a unas cuantas; todas quejandose, tirando maldiciones, pero poco le podían importar esas personas, tenía otras cosas en mente, y esos miserables no eran nada con lo que estaba atravesando.
Mientras más avanzaba, más sentía su corazón desbordarse. Era la primera vez en su vida que sentía un miedo en su corazón.... Bueno, la segunda vez podría decirse, pero no era momento para estar recordando, ahora corría quien sabe porqué.
No muy poco de correr como un completo loco, varias personas vestidas de la misma manera corrían tras de él gritando "Alto ahí, policía" Pero nada podía pararlo y solo gritó "pierdanse". Este lugar hacía que su temperamento fuera peor de lo que en sí ya era. Si, ya estaba acostumbrado a escenarios malos... ¡¿Pero este?!
Después de aligerar sus pasos y hacer unas cuantas maniobras, logró perder a esos tipos. Su cuerpo estaba exhausto, pero su corazón aún no se controlaba, y no tenía nada que ver con haber corrido quién sabe cuanto. Decidido, comenzó a caminar. Sus pasos seguían siendo acelerados, mirando a su alrededor desconocido.
¿A donde debería ir? ¿Qué es lo que debería hacer? ¿A quién podría acudir?
Centrado en sus pensamientos, sus pies se movían por si solos, sin rumbo. Cuando volvió en si, todo tipo de gente estaba frente a él, mirandolo de manera extraña, lo cual despertó su furia.– "¿Y ustedes que ven, eh?". —Al escuchar la actitud poco amable, muchos desviaron la mirada. De repente toda esa gente comenzó a caminar en grupo, lejos de él. En su cabeza imaginó que la gente le había temido, pero poco sabía que en realidad solo lo miraron como un total loco. Sintiéndose orgulloso, quiso seguir a ese grupo de personas, pero esos carruajes obstruian su paso.
¿Como era eso posible? Claramente había visto como ese grupo había pasado sin ningún problema.
Una señora y dos pequeños pararon frente a Xue Yang, pero él estaba concentrado en cosas más importantes como para prestarle atención a la gente de su alrededor.
— Ge Mao, ¿sabes lo aprendí en la escuela?
— Dime, ¿Qué aprendió Didi?
— Aprendí que los semáforos. —señaló aquellas cajas con diferentes luces—. cuando brille la luz verde, es el turno de los carros. Cuando la luz naranja brille, informa de que los carros deben bajar la velocidad porque se acerca la luz roja, y eso nos indica que es nuestro turno. Y si no sabes como funcionan los semáforos, entonces puedes cruzar con la demás gente que está esperando y sabe cómo cruzarse.
— Vaya. —acarició la cabeza del menor—. Didi aprendió bastante en la escuela.
El pequeño solo sonrió, pero de repente sintieron que una mirada se posaba en ellos. Al girarse, vieron a un tipo vestido de negro, tenía una herida muy notoria en su mejilla y con grandes ojos los observaba. Al verlo, los niños sintieron miedo, tanto, que terminaron aferrandose con firmeza de la chaqueta de su madre.
Xue Yang se caracterizaba por aprenderse hasta el más mínimo detalle, y, al escuchar la conversación de esos niños pudo entender acerca del porqué esas cosas llamadas carros no se detenían, así que esperó a que esos semáforos le dijeran cuando cruzar. El semáforo cambió y Xue Yang comenzó a caminar con discreción, alerta por si las dudas; era un terreno nuevo y cualquier cosa podía pasar. Y como si la calle fue eterna, después de un rato al fin sus pies habían cruzado esa interminable calle y los carros volvieron a avanzar. Se sintió un experto y siguió caminando a paso acelerado.
En realidad no sabía hacia dónde se dirigía, ni que camino tomar o alguna pista que le indicara a dónde tenía que ir o cómo regresar.
Absolutamente nada.
Podría decirse que Xue Yang caminaba solo por hacerlo.
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.Después de caminar sin rumbo y haber robado dos manzana y unos cuantos dulces, se encontró nuevamente con otra calle con semáforo. Los había estado evitando, tratando de caminar alrededor, pero siempre terminaba en lugares extraños, así que decidió cambiar su ruta y dirigirse a otro lugar; Aunque claro, todo su entorno ahora era raro. Al llegar al montón de gente sacó una manzana y dió un mordisco mientras miraba al semáforo con atención para el momento en el que cambiara.
"Hola, ¿como está? Soy una persona ciega ¿podría ayudarme a cruzar la calle, por favor?".
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Yyyyy así llegamos al primer capítulo.Disculpen los errores.
Espero que lo hayáis disfrutado tanto como yo disfruté el escribirlo.
Los quiere: "Migui30"
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Solo Un Instante - [XueXiao]
Fanfiction- solo un instante. Dejame demostrarte lo que puedo ser si estás a mi lado. Se que no puedo cambiar el pasado, pero el futuro será distinto, porque te haré vivir un presente lleno de vida, de felicidad. Y así... Sabrás que mi decisión no es algo lig...