Solo Un Instante - [XueXiao]

Capítulo 8: El mundo de Xiao XingChen Parte I

Era la primera vez que entraría a los interiores del lugar donde Xiao XingChen estudiaba, así que se aseguraba de observar hasta el más mínimo detalle. El chico solo lo observaba de reojo, curioso de saber porque estaba tan concentrado en aprenderse el lugar.

_ Es aquí. —contestó de mala gana- puedes dejarme aquí y...

– "Olvidalo. Acabo de acompañarte hasta acá, así que quiero entrar".

_ ¿Para qué?

– "Tu solo has de cuenta que es tu forma de pagar mi gratitud".

_ Como si la hubiera pedido. —murmuró entre dientes.

– "¿Que has dicho?".

_ Por favor, pasa. —mostró una falsa sonrisa.

Y así Xue Yang se adentró al lugar junto con el chico. El lugar era grande y habían muchos estantes con objetos en las repisas. Le recordaba mucho a Lanlin, donde Jin GuangYao guardaba... Ciertas cosas.

Esperó a sentar al chico en una silla cercana, para comenzar a cureosear el lugar. Al ver esta acción, el chico advirtió: _ Puedes ver, pero tocalo... Y no esperes compasión de mi parte.

– "Estoy ansioso de ver como te defiendes con una pierna mala".

_ Tsk.

Xue Yang veía cosa por cosa, aunque en realidad, estaba más interesado en el objeto que el chico había dejado caer.

Había un sin fin de cosas como tazas antiguas, telas, libros, entre otros. Xue Yang sentía más familiares estas cosas, pero trataba de recordar en donde las había visto. Después de ver cacharros aburridos, Xue Yang finalmente encontró el objeto que buscaba. Aunque la primera advertencia fue "no toques nada" A Xue Yang no le interesó, tomando el objeto, escuchando a lo lejos como el chico lo regañaba. Una pequeña bolsa con unos patrones dibujados al inicio de ella, algo borrosos, pero eran notables. Podría ser...

¡¿Es una bolsa atrapa espíritus?!

– "¿Que haces con algo como esto? ¿Donde lo conseguiste?" Preguntó curioso.

El chico trató de arrebatarle el objeto, pero Xue Yang fue más rapido.

_ Te dije que no tocaras nada.

– "Calmate, no voy a romperlo ni a dañarlo, muchos menos robarlo, solo quiero darle un vistazo".

_ ¿Que acaso esas cosas te importan?.

– "Tal vez".

El chico no encontró más palabras, así que soltó un suspiro volviendo a su asiento.

_ De un amigo.

– "¿Eh?"

_ Me preguntaste de dónde lo conseguí. Un amigo sabe mi afición por las antigüedades y me entregó esta bolsa asegurandome que era antigua, aunque siento que lo que me dijo fue una total mentira, una broma nomás.

– "En realidad no fue ninguna broma".

_ ¿A que te refieres?

– "En realidad, es viejo".

_ ¿En serio?. —una sonrisa apareció en el rostro del chico, pero en el instante cambió—.¿Como puedes estar tan seguro? Podría ser una simple tela y...

– "Porque yo también se acerca de las antigüedades". —Técnicamente decía la verdad, es decir, provenía de esa época, así que no le veía nada de raro, simplemente no le diría de donde provenía ese conocimiento. Afortunadamente el chico no hizo más preguntas, quedándose satisfecho con la respuesta.