Capítulo 16: ¿No lo recuerdas?

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Como una mañana normal en la que la bulla de la ciudad se colaba por la ventana, lo finos y escurridizos rayos de sol asomándose a un lado de la cortina que se miraba totalmente iluminada.

A pesar de estar de vacaciones /y de haber bebido de manera exagerada/, Xiao XingChen no pudo evitar levantarse temprano. Era más que obvio que su cabeza doliera, queriendo apretarla en un intento de calmar tan agudo dolor.

Se estiró y cambio de posición para querer seguir durmiendo, pero no podía evitar sentir que algo le hacía falta, que algo no cuadaraba.

¿Pero qué?

A los segundos de haber encontrado comodidad en la posición que estaba, un pensamiento lo golpeó. Abrió sus ojos y sus manos vagaron por la cama encontrando nada más que una sabana. Ahora entendía porque algo no cuadraba del todo.

La cama se sentía demasiado sola.

Pensó que quizá se había vuelto a caer de la cama, así que se aseguró buscando con su mano, sin embargo el suelo también se encontraba vacío.

Xiao XingChen se sentó, frotó sus ojos y se levantó dirigiéndose a la puerta del baño, la cual tocó.

"¿A-Lian?".

No había respuesta.

Abrió la puerta y el silencio reinaba dentro del cubículo.

Una de sus manos sobaba sus sentidos. No iba a negar que recordaba haber bebido, pero si era sincero no recordaba absolutamente nada de lo que había pasado después, haciéndolo sentir tanto avergonzado como en duda.

¿Y si hizo algo vergonzoso? ¿O había dicho algo que no debía? No lo sabía, o mejor dicho, no lo recordaba.

Bueno, no era tiempo de pensar en eso. Por ahora tenía que encontrar al menor.

Salió de la habitación un poco desorientado, pues la resaca no lo estaba ayudando en nada más que volver las cosas más complicadas para él. El frío del suelo se colaba por la delgada piel de sus pies, enviando de vez en cuando oleadas a todo su cuerpo que cesaron hasta que se acostumbró a la temperatura. Al llegar a la cocina el escenario seguía siendo el mismo, total y completo silencio.

¿Habrá salido? Pero para qué.

En ese momento, Xiao XingChen se sintió tonto.

"¿Cómo que para qué, Xiao XingChen?. No controlas su vida, claro que puede ir donde quiera a la hora que lo desee".

Sin embargo, desde que el menor llegó a la casa no salía sin antes avisar dónde y por cuanto tiempo estaría fuera. Xiao XingChen insistió en que no era necesario avisarle, que respetaba su espacio personal, pero el menor negó diciendo que sin importar donde fuera, siempre le avisaria, por lo que a Xiao XingChen se le hizo raro que el chico no estuviera.

Decidió no darle tanta vuelta al asunto, después de todo no era su hermano, mucho menos su padre para rastrear cada uno de los movimientos del menor. Con pasos pesados llegó hasta la alacena, tomando una taza de vidrio y sirviéndose un poco de agua.

De alguna manera ya estaba acostumbrado a su parloteo, las preguntas sin fin y las ocurrencias que lo hacían reír.

Suspiró. Si, estaba acostumbrado al menor.

Ahora que todo estaba tranquilo y sin un solo ruido, de alguna manera lo hizo recordar cuando se encontraba solo, todos los días sintiendo la casa demasiado grande, demasiado solitaria.

Ahora esos días habían cambiado, aunque no podía evitar sentir que había una balanza, inclinándose cada vez más a la soledad. Por un momento su cabeza quedó en blanco, la taza a centímetros de su boca sin haber tomado un sorbo. Algo, y no sabía qué, lo hizo volver en sí.

Solo Un Instante - [XueXiao]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora