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JungKook.
     
       
     
       
   

Sigo mordiendo mi labio mientras aguanto el quejido que de mi boca quiere salir. Siento un par de lágrimas rodar por mi mejilla, lágrimas que de inmediato son borradas bruscamente con mis dedos.

Cuánto dolor sentía yo ahora mismo.

Al llegar al hospital, el doctor Lee me pidió hablar seriamente. Confundido, observé la manera tan molesta en la que me contaba una historia; un hombre se había enamorado incondicionalmente del mejor amigo de su compañero de trabajo.

Eventualmente, el hombre supo que aquellos dos comenzaban a formar una relación. Él y su amigo se alejaron, sin embargo, aún sabiendo que lastimaba a quien él más amaba, nunca dijo nada.

Y esa era la culpa con la que siempre cargaba.

Pues, por su inacción, el chico del que se enamoró se quitó la vida por aquel hombre que nunca supo amarlo. Lee sonreía, pero cuando mencionó el nombre de aquel chico, algo no cuadró para mí.

Park Jimin, dijo el doctor Lee. Mi gran amigo y colega, finalizó.

Estuve a punto de irme al no saber cómo reaccionar ante lo que decía. Y cuando dijo que esto lo hacía para que la historia no se volviese a repetir; Lee me dio un par de fotografías.

Mi corazón se oprimió cuando en la primera imagen observé a Kim TaeHyung besando a un chico... un chico idéntico a mí.

Jeon JungKook, firmaba al final.

No recuerdo cómo fue que llegué al parque después de salir corriendo del hospital. En el camino, solamente pensaba en la manera tan terrible en que mi alma se sentía vacía.

¿Qué había sido yo todo este tiempo?.

Yo no era Wang JungKook; un médico de urgencias que vivía con su madre. No... yo era el vivo recuerdo de Jeon JungKook; el chico al que Kim TaeHyung no lograba dejar.

Todo había pasado tan rápido, incluso antes de subir al autobús, mis sentimientos por poco me traicionaron al tener el impulso de correr hasta Kim TaeHyung y lanzarme hacia sus brazos.

Decirle que lo amaba, y que no importaba si me veía como Jeon.

Gracias al cielo que no fue así.

La historia no tendría porqué repetirse porque yo no era Jeon JungKook.

—¿Hijo?

Levanto la vista saliendo de mis pensamientos. Mi cuerpo tiembla de frío al estar totalmente empapado a causa de la lluvia que había comenzado minutos atrás.

Cierro la puerta y observo a mi madre de pie en la sala, con una expresión de angustia al verme en este estado.

¿Tan mal estaba?.

—¡JungKook!

—Mamá...

Corro hasta ella sin pensarlo demasiado, vuelvo a llorar a pesar del picor que siento por haberlo hecho minutos atrás. Ella, me recibe con un cálido abrazo, dejándome sin fuerzas mientras me toma para no dejarme caer.

—Oh, cariño... ¿qué sucedió?

Cierro mis ojos y suelto mi llanto en su hombro. Hipando, jadeando, tosiendo de vez en cuando por no poder parar este mar de lágrimas que desahogan mi dolor.

Mi madre soba gentilmente mi espalda, dando ligeras palmadas.

¿Qué sería de mí en estos momentos sin mi madre?.

El amor es para los cuentos  [к.т.н + ʝ.ʝ.к]  •(Segundo Libro)•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora