5. NON, JE NE REGRETTE RIEN.

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Han

Abro la puerta de mi apartamento y dejo pasar primero a Lucia, le sigue Andrew que lleva a Ros abrazada por la cintura del dolor de los cólicos. Camina lento y tiene la mano derecha sobre su abdomen mientras su nariz se contrae en gesto de dolor, su piel morena no está, ese color de piel que la caracteriza tanto entre nosotros se ha ido por lo pálida que se ve, sus labios ni se diga, parecen un nevado, sin nada de color.

Febe se despidió de nosotros en el aeropuerto, pues tenía un vuelo a la isla Jeju para cerrar un negocio con no sé quién, o eso nos dijo. Antes de irse mi prima hizo algo que ninguno de nosotros había visto nunca en ella excepto con su esposo. Se le acercara a Ros y le rodea el cuerpo con sus brazos, la presione contra ella y le de unas palmaditas en la espalda, fue como ver esos fenómenos naturales que solo tienes oportunidad de contemplarlos una vez en la vida. Febe dando un abrazo.

Andrew se lleva a Ros a la habitación de Haru y yo sigo derecho para tumbarme en el sofá y acostarme en él, poniéndome lo más cómodo posible, cerrando los ojos e intentando descansar un poco. Mi cuerpo lo siento pesado, como si hubiera hecho ejercicio toda la mañana, mi cuello me duele y mis ojos me arden, estoy muriendo de sueño y todo por esperar a Haru hasta altas horas de la noche. Últimamente no mantiene en el apartamento, no dice dónde está ni con quién y me preocupa. Si le pregunto me esquiva y si lo detengo se pone agresivo o esquivo.

Ha estado así desde hace una semana, desde que le di ese beso, también creo que el hecho de querer decirle a su hermano que Haru estaba llegando con golpes en la cara no le gusto en lo absoluto y ahora me ha puesto en una situación difícil, porque no quiere que le diga nada a su hermano, pero tampoco quiere dejarse ayudar.

Alguien aparta mis piernas del sofá y siento como en el otro extremo del mueble se hunde ante el peso de alguien. Aparto mi mano de mi cabeza que protegía mi sueño de los últimos rayos de sol y veo a Lucia sentada, comiéndose las uñas, mirando hacia la pared pero sumergida en sus pensamientos.

Estoy a punto de preguntarle si todo está bien pero Andrew entra en la sala y acapara mi atención.

–¿Te importa si enciendo el Xbox?–pregunta encendiéndolo sin esperar mi respuesta.

Suelto un quejido y vuelvo a tapar mis ojos para seguir durmiendo, pero siento dos toques de algo duro sobre este.

–¡¿Qué?!–exclamo enojado, aburrido de que me interrumpan cada vez que quiero dormir.

Andrew me extiende uno de los controles, proceso sus intenciones por unos segundos y luego lo recibo. Agarro el control con fuerza, sintiendo emoción dentro de mí; volver a jugar con él después de tanto tiempo me provoca una extraña sensación de alegría y viene a mi mente los cientos de recuerdos de cuando estábamos un poco más jóvenes y competíamos para ganarle al otro en cualquier juego nuevo que tuviéramos.

Recuerdo las risas, las bromas, los chistes, los insultos a la pantalla; incluso a mi nariz viene el recuerdo del olor de la pizza de pepperoni extra grande que siempre comprábamos para comerla en una sola noche mientras nos desvelábamos intentando pasar el juego.

Sonrío sin darme cuenta, relajo mis manos y suelto aire, nostálgico. Miro a Andrew con emoción, no me había dado cuenta de lo rápido que pasa el tiempo, ya no es un joven chico delgado y perdido intentando averiguar qué clase de persona se convertirá.

En mi boca se encierra las ganas de preguntarle si quiere que pidamos pizza y si aparte le gustaría quedarse a dormir, como antes, ambos dormiríamos en la misma cama y nos pelearemos por las almohadas y la cobija. Probablemente uno despierte en el piso, y otro encima de él, pero recuerdo que Lucia está aquí, y que últimamente duerme conmigo por problemas que no me ha contado que tiene con el dueño del edificio en donde vive, y no creo que a Andrew le haga gracia dormir a menos de dos metros de las personas que provocó discordia en su relación y a su novia.

DOS CONTRA UNO [UPLD #2] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora