3. LA PRESA DE TODOS.

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Haru

Levanto la mirada con los ojos cerrados, pidiendo a la nada que por favor me desaparezca de aquí. Libero mis pulmones del aire contenido, soltando la frustración de no saber qué hacer o pensar ahora mismo.

El cielo se alza ante mí como un lienzo, y parece tener tinta derramada de diferentes colores: Azul oscuro, azul ártico, rojo, naranja, rosado pálido, todos parecen colisionar entre sí. Es hermoso, ver esa extensión de arte mientras me pregunto: ¿Cómo rayos sucede este tipo de cosas? Sin explicación, sin ninguna pista.

Un beso significa mucho y nada a la vez, depende de la persona, del momento, el lugar y las intenciones... ¡Pero que Han me bese no tiene ningún sentido!

Si llegué a sentir mucha vergüenza hacia él por esa vez en la que me pilló haciendo de las mías en su sofá, temí por mi bien, no sabía si Han le iba a contar a mi hermano o no, porque si lo hacía, me iba a ganar el regaño más grande de mi vida. La cultura de mi país se basa en el respeto hacia la otra persona, y no es que yo no muestre respeto nunca, pero mi hermano se pasa, y más cuando he cometido un "error" con alguien que nos está ayudando.

Donde se entere, lo seguro es que me reprenda con un sermón intentando hacerme sentir culpable, diciéndome que soy un mal agradecido, un desconsiderado y que debo pedir disculpa a Han ya que fue muy generoso y amable al dejarme quedar con él -una persona de confianza-, y no cobrarnos nada a comparación de otros lugares. En resumen, su voz suele ser tan fuerte y su regaño tan extenso que cansa y mucho.

Ahora qué hago exactamente, ¿Pretender que nada sucedió como la otra vez? Este juego ya me está aburriendo, y más cuando tengo esas miradas raras por parte de Han, porque claro que me he dado cuenta de que últimamente me mira más de lo normal, y no solo la cara.

¿Por qué me besó? No lo vi venir, ni por asomo, pero será mejor dejarlo pasar por ahora, porque si sigo pensando en eso me pasaré toda la clase despistado y el maestro de esta noche es difícil de trata a veces, no le gusta que nadie interrumpa su clase o haga preguntas acerca de algo que "ya explico".

Retomo mi camino para entrar a la universidad, giro mi cabeza a todas partes sintiendo la mirada de muchas personas, pero la realidad es que nadie se ha enterado de aquel fugaz beso. Todos los estudiantes, maestros o personas que andan por ahí están centrados en sus asuntos.

Las farolas aún no se encienden y la noche ha consumido la luz del día casi por completo, los árboles en febrero están desnudos, sin hojas. A medida que me acerco al edificio de mi facultad noto un ambiente siniestro y solitario a excepción de las dos personas apoyadas en el muro de la entrada del edificio.

Las lucen se encienden de golpe quitando el filtro terrorífico y logro distinguir a las dos personas a escasos metros de mí. Adriel habla con su amigo animadamente, mostrando esa sonrisa amable e inocente que siempre parece tener, pero al notar mi presencia se le deforma y se convierte en una expresión de asco.

Intento pasar por su lado para entrar al edificio conteniendo el aire, tensando mis músculos esperando que no me haga nada, no me llame o me retenga, y así hace, solo me da miradas desagradables y me deja pasar sin ningún inconveniente, de seguro es porque hay alguien a su lado como para mostrar su verdadera personalidad.

Suelto el aire y me relajo, pues hoy no tengo ganas de aguantarlo. Subo tres pisos y me dirijo al baño antes de ir a clase, faltan cinco minutos para que empiece, pero si no libero mi vejiga ahora, tendré que aguantarme dos horas porque ni de chiste pienso perderme un solo minuto de la clase de ese profesor, en cualquier momento puede decir algo importante que va en el parcial, algo insignificante o poco importante, pero sin aviso o advertencia, aparece.

DOS CONTRA UNO [UPLD #2] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora