Prólogo: Así empieza el verano

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Cuando alguien siente miedo, o se encuentra en una situación de peligro, reaccionará de dos posibles maneras: Huir, o pelear. Mildré Baggot, nuestro protagonista, siempre ha escogido la primera.

Pedaleando con cierta dificultad, tratando de mantener el equilibrio a pesar de las lágrimas que le nublan la vista, Mildré regresa a casa después del último día de clases, a tan sólo unos minutos del inicio del verano. Para él, estas vacaciones que sirven para marcar el inicio al siguiente semestre de su carrera no son más que una bocanada de aire en el mar donde se ahoga, incapaz de nadar por su propia cuenta. Y es que a pesar de los mil ataques que le han dado los depredadores que siempre le acosan, hoy Mildré suspira con alivio, pues al fin ha salido de su tormentosa prisión, y sabe que jamás tendrá que volver a verles la cara otra vez. Pues verán, entre sus planes para estas vacaciones de verano, Mildré se quiere suicidar.

Sí, leyeron bien. Este joven de 23 años ya no tiene los suficientes ánimos como para continuar con su triste vida, y por eso, es mejor que acabe con ella ya. No lo malentiendan, Mildré no es más que un chico genérico entre muchos otros jóvenes depresivos que consideran el suicidio como un escape a todos sus problemas, aún si en el fondo saben que aquello no es la mejor opción. Quizá muchos de ustedes comprenderán que la vida de Mildré no ha sido de lo mejor. Deprimido por la repentina muerte de su padre a sus 18 años, y siendo constantemente hostigado y acosado (¿se le pude seguir diciendo "bullying" si estás en la universidad, o ahora tiene otro nombre?) por sus compañeros de clase debido a su identidad, su carácter introvertido y a su dificultad para hacer amigos, a él ya no le importa si cumple con la promesa que le hizo a su difunto padre de terminar sus estudios, si sus calificaciones son de las mejores o si está en camino a graduarse con honores. Lo único que le importa ahora es llegar a casa, tener una última comida con su familia, e irse para siempre. Ese se ha vuelto su plan definitivo. Y eso es lo que pasa por su cabeza cuando al fin aparca su bicicleta en la entrada de su casa.

Frotándose los ojos, hinchados y rojos, Mildré borra todo rastro del llanto que le asaltaba desde que sonó la campana de salida usando la manga de su sudadera verde militar. Suspira, buscando relajarse, y cuando siente que ha recobrado la compostura, introduce sus llaves en la cerradura. Alzando la mirada, fingiendo que todo está bien, Mildré por fin entra a su hogar.

—¡Ma', ya llegué! —anunció entonces, tirando su mochila a un mueble cercano. Pasos que provenían de la cocina le confirmaron que había sido escuchado.

—¡Ah, bienvenido, cariño! —exclamó una voz femenina, que pronto hizo presencia en la sala de estar para recibir al joven. Se trataba de la madre de Mildré, Matilde Baggot, quien seguramente se hallaba terminando sus labores en la cocina. Limpiándose las manos en su delantal amarillo, recibió a su hijo con un rápido abrazo y un beso en la mejilla—. ¿Qué tal la escuela, eh? ¿Emocionado por las vacaciones?

—Em, sí... Algo así, je, je... —dijo Mildré, mostrándose esquivo al tema, pero manteniendo la compostura frente a su madre para que no sospechara nada sobre sus verdaderas emociones. Buscando una salida rápida, el muchacho expresó—: La verdad estoy algo cansado, ma', quisiera poder irme a dormir lo más pronto posible hoy... ¿No hay problema si tomo una siesta?

—Oh, no, para nada, hijo. Tú descansa todo lo que quieras, al fin y al cabo ya estás de vacaciones —dijo la señora con tono optimista, a lo que Mildré esbozó una sonrisa tenue—. Pero antes siéntate a comer, que no quiero que andes con el estómago vacío. Vamos, quítate la sudadera y ven a la mesa, que se va a enfriar.

—Eh, así estoy bien, ma'. En realidad no tengo tanto calor... —dijo Mildré con tono inseguro, aferrándose a la tela de su sudadera con gesto protector, cosa que por supuesto hizo que su madre se diera cuenta de que algo andaba mal. Por más que quisiera ocultarlo, no podía engañar a su instinto materno.

Booze n' Buzz: Cerveza de Abeja | YA DISPONIBLE EN FÍSICODonde viven las historias. Descúbrelo ahora