—¡Mildré! ¿Estás bien? ¡N-no te sueltes, aguanta! —gritó Brendon con voz alarmada, mirando a todos lados con tal de hallar algo con lo que pudiera ayudar al rubio. Mildré usó la fuerza de sus amoratados brazos con tal de pegarse más al tronco que le sostenía, pero no hizo ningún otro esfuerzo por subir.
A pesar de sus heridas y el dolor de su breve caída, no parecía débil físicamente, por lo que no debería tener problema alguno en tratar de trepar y salvarse. No obstante, tal parecía que su incapacidad o negación a hacerlo tenía más que ver con una debilidad mental...
—¡No, déjame solo, vete! —pidió Mildré, jadeando con algo de cansancio debido al esfuerzo que hacía al sujetarse—. ¡Aléjate, no te acerques! Si tratas de ayudarme sólo terminarás cayendo aquí tú también... ¡Vete, anda! ¡No vale la pena que lo intentes!
—¿Qué dices? ¡Estás loco si crees que no te ayudaré, no voy a dejarte solo! —replicó el menor, pronto gateando entre los arbustos espinosos para alcanzar una rama gruesa que había divisado y que sería perfecta para jalar a su primo terreno arriba. Apretando los dientes al sentir varias de las espinas clavarse en su piel y ropas, pero decidido a conseguir su herramienta, el pelirrojo buscó distraerse del dolor exclamando en voz alta—: Nunca te dejaría solo, sabes que no lo haría... ¡No me importa si de verdad quieres morirte o no, pero déjame ayudarte por una vez en tu vida antes de que decidas terminar con ella! Puede que no valga la pena para ti, ¡pero saber que puedo salvarte ahora lo es todo para mí!
La madera del tronco del que se sostenía tronó ruidosamente al igual que el corazón de Mildré al oír aquellas palabras tan sinceras y llenas de dolor, conmovido por su cariño pero al mismo tiempo lleno de una tristeza inexplicable, como si las voces en su cabeza le dijeran que no merecía ser amado de esa manera, que se fijara bien en lo que había provocado, a qué situación los había orillado por mero capricho... Sus manos aflojaron su agarre inconscientemente en cuanto estos pensamientos inundaron su mente, y su mirada se perdió por unos segundos en el fondo del barranco, en el péndulo que hacían sus pies al balancearse en el aire mientras esperaba caer...
La voz de Brendon irrumpió aquellos pensamientos suicidas antes de que pudieran invadir por completo la mente de su primo, llamándole con urgencia y logrando que su mirada se fijara en la rama que poco a poco se le acercaba para que la tomara, así como también hizo volver el agarre firme de sus manos rojizas.
—¡Sujétate de esto, trataré de subirte en cuanto lo hagas! —indicó el pelirrojo, inclinándose hacia el vacío y estirando su brazo lo más que su cuerpo se lo permitía, para así lograr que su primo alcanzara la rama. Pero Mildré sabía que aquello podía no funcionar, pues no había forma en la que Brendon pudiese aguantar su peso usando un solo brazo, y aún si usara los dos, seguramente el peso de su cuerpo provocaría un efecto palanca que terminaría por hacer que el menor cayera también, justo como le había advertido anteriormente. Si iba a tomar el riesgo de tomar la rama, debía asegurarse de que Brendon fuera lo suficientemente fuerte para aguantarle, o que al menos tuviera un buen punto de apoyo que pudiera ayudarle.
Brendon jadeaba asustado al igual que el rubio al ver que tardaba en aceptar su ayuda, pues temía que cada segundo que pasara sin que Mildré hiciese un esfuerzo por salvarse fuese un segundo más cerca de la muerte para él.. El miedo a perderle lo obligaba a estirarse más, a gatear lentamente sobre el borde para acercarse todavía más, aunque eso le costara su propia vida. Y claro que estaba sudando de puro pánico al pensar en eso, era más que obvio que quería vivir, pero él sabía que no podría hacerlo si le daba la espalda a la persona que más le importaba ahora. Quería ser valiente de verdad, y no como presumía ser ante los demás. Quería ser el héroe del día, y no por orgullo o algo similar, sino porque Mildré lo había sido siempre para él, y ahora era su deber corresponder el favor.
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Booze n' Buzz: Cerveza de Abeja | YA DISPONIBLE EN FÍSICO
JugendliteraturAbrumado completamente por sus problemas y cansado de todos los abusos a su persona, Mildré Baggot, un joven universitario cuyo único talento aparente es ser inmune al alcohol, decide suicidarse antes de que terminen las vacaciones de verano. Sin em...