Cuatro.

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— Unnie —la voz de Shuhua rompió el silencio en la habitación de Soyeon, con quien se encontraba esperando para su salida mensual. 

Era el último fin de semana del mes, y como era costumbre para ellas, iban a salir a tomar y comer algo esa tarde. Usualmente, Shuhua iba temprano a la casa de Soyeon para que ella la llevara a una cafetería cerca del centro de la ciudad, donde se encontrarían todas.

Soyeon vivía en la casa de al lado a la suya, por lo que solía pasar mucho tiempo ahí. 

Dos casas arriba estaba la residencia de las Cho, a su lado la casa de la familia de Minnie, y frente a ella estaba la de la familia de Yuqi. Mientras que tres casas hacia abajo de la de Shuhua, vivía la familia de Soojin. 

Todas las familias de los alrededores se conocían, y el barrio había sido uno de los más seguros de la ciudad. Todos se protegían y velaban por la seguridad los unos de los otros.

Duró mucho tiempo así, hasta que sucedió la más horrible tragedia, que a día de hoy, todos tienen presente y toman como referencia para estar asustados y protegerse aún más de lo que deberían.

Una cálida noche de verano hacía ya diez años, cuando todos los estudiantes estaban de vacaciones y las familias viajaban o hacían cenas y fiestas, la hija menor de los Park salió a caminar, como solía hacerlo todos los días. Ella salía de casa, usaba sus auriculares y daba toda la vuelta a su urbanización. Saludaba a los vecinos que miraban el atardecer, pasaba a pedir un poco de agua a la casa de su mejor amigo, y regresaba a casa sana y salva. 

Los vecinos habían estado tan acostumbrados a la simple rutina, que cuando la joven atrapaba un resfriado y no hacía su caminata, siempre preguntaban a sus familiares si todo estaba bien. 

Hubiese sido una noche como cualquier otra de ellas, de no haber sido por el disparo de hasta ahora origen desconocido que desencadenó un interminable temor para todos. 

La joven muchacha que había teñido hacía apenas dos días su cabello de color azul apareció en uno de los cruces, asesinada por el impacto de una bala, y al parecer luego de ello, violada también. Su música aún estaba en reproducción cuando la policía apareció en la escena del crimen. 

Y a día de hoy, nadie había obtenido justicia al respecto.

Nunca se pudo averiguar quién la había asesinado, y mucho menos violado. No se sabían las causas, no habían sospechosos que pudiesen ser inculpados, nada.

Definitivamente no la habían intentado asaltar y habían asesinado debido a que había puesto resistencia, porque no llevaba nada además de su antiguo celular y sus auriculares de un dólar. 

Mina no había hecho nada más que seguir su rutina, como lo había hecho toda su vida. 

Tampoco había sospechosos. Quienes vivían más cerca a la escena del crimen era la familia de su mejor amigo, y ellos aseguraban que habían estado preguntando entre ellos sobre la muchacha, debido a que no había aparecido a pedir su vaso con agua como acostumbraba. Segundos después un disparo fue escuchado. 

Alertaron a la policía local, y en menos de cinco minutos ellos estaban ahí. 

Hoy en día todos los vecinos estaban más asustados que nunca, y eran muy pocos los que permitían a los más jóvenes de su familia salir tarde si no iban acompañados. 

Entre ellos, prometían cuidarse, pero de todas maneras, ¿podrían confiar ciegamente en todos sin tener idea de quién había provocado esa terrible tragedia? 

Sólo quiénes se conocían de hace años podían creer entre sí en esos momentos. 

Por el día, seguían siendo amables y parecía un lugar tranquilo. Sin embargo, más allá de las diez de la noche, todo el mundo tiene miedo. Todos estaban asustados.

𖥔 My First And Last ── soohua. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora