Veintidós.

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— ¿Una competencia? —pronunció Soyeon mirando a Miyeon con el ceño fruncido—. ¿Por qué crees que lo haríamos bien? 

— ¡Porque son buenas trabajando juntas! —exclamó moviendo la hoja frente a ella con emoción—. Hay un premio. Podríamos competir las cuatro en dos equipos, y quienes pierdan deben hacer lo que las ganadoras pidan. 

— ¡Quiero ir con Miyeon! —chilló Yuqi poniéndose de pie y lanzándose sobre su amiga. 

— De ninguna manera, yo voy con Miyeon. 

— No, yo iré con Miyeon —objetó Minnie jalando el brazo de su mejor amiga. 

Y así fue como las tres comenzaron a discutir entre sí sobre quién estaría en el equipo de Miyeon. Varios minutos después llegaron a la conclusión de que debían resolverlo como las mujeres maduras que era. 

— Piedra, papel o tijeras —pronunció Minnie de pronto, y debido a lo inesperadas que fueron sus palabras en ese instante, logró ganar y ser compañera de su mejor amiga—. ¡Sí! ¡Miyeon unnieee! 

— ¡Nooooo! —chilló Yuqi dejándose caer en el sofá como si hubiese recibido la peor noticia de su vida. 

— Ya, no soy tan mala. 

— No, pero yo sí. Eso solo concluye en que perderemos. 

— No será tan malo, aún tienen oportunidad —Minnie levantó su puño con una sonrisa burlona mientras abrazaba a la mayor con fuerza. 

   

(...)

  

Soyeon y Yuqi eran mentes maestras, y definitivamente podían trabajar bien juntas. 

El único problema era que siempre estaban discutiendo sin razón. 

La mayor fingía que no le gustaba Yuqi solamente para provocar su enojo y no perdía oportunidad para molestarla de cualquier forma posible, y por supuesto que la china tampoco dejaba escapar sus oportunidades. 

Era una pelea constante y divertida a la que ya se habían acostumbrado, y que definitivamente jamás podrían, ni querían, detener. 

— No vamos a preparar bibimbap —repitió Soyeon por décima vez. 

— ¡Bulgogi!

— No.

— Jajangmyeon

— No. 

— ¡Japchae!

— ¡Puaj! 

— ¡Unnieeeee! 

Yuqi comenzó a dar pisotones en el suelo con un puchero y los brazos cruzados, luciendo como la adorable bebé que era. Soyeon no pudo evitar pensarlo.  

— ¿Qué? 

— ¿Qué vamos a hacer entonces? 

— Galbi —sonrió mientras continuaba echando los ingredientes al carrito de compras con una sonrisa divertida. 

— ¿Eh? Pero, pero- 

— Es sencillo y sé cómo cocinarlo. ¿Tú qué sabes cocinar? Exacto, nada. Haremos galbi. 

La menor bufó y continuó su camino al lado de la coreana con un puchero en sus labios. 

— Unnie, compra esto —murmuró luego de unos minutos la más alta pasándole a la mayor un jarrón lleno de galletas. 

— ¿Por qué?

— Tengo hambre. 

— ¿Y qué quieres que haga? 

𖥔 My First And Last ── soohua. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora