Otro día mas era otro día más de trabajo para los Yorosuya que estaban trabajando en una zona de construcción menos Kanna quien se había tomado el día libre por órdenes de Gintoki así que había decidido asistir a la escuela y justamente se había encontrado con Seita que la acompañaba de regreso a casa –vaya que la maestra es muy mala, mira que dejarnos tanta tarea para el fin de semana- Kanna solo asentía en afirmación con su mirada de pez muerto.
–Sí, es mucha tarea- Seita solo la vio mientras tomaba una gran bocanada de aire armándose de valor
–te vez muy bonita con esa ropa, veo que decidiste copiarle a tu papá- sin entenderlo mucho Kanna solo se fijó en su vestimenta que consistía en la misma que el tonto de Gintoki pero a su medida aunque con el cierre hasta el cuello por orden del mismo permanentado que le había dicho que ella aún era muy joven para tener el pecho al descubierto.
–Gracias- se limitó a decir está haciendo una pose muy Guay al tocar su espada de madera que yacía en su cintura mientras Seita tuvo un pequeño derrame nasal por lo linda de su compañera.
–estaba pensando, si te gustaría... salir mañana... ya sabes... como amigos- con solo decir eso logro que los pasos de la albina se detuvieran en seco asustando al castaño que creyó haber echado a perder su oportunidad de salir con ella.
–Está bien- fue lo único que dijo la albina logrando que Seita recobrase su seguridad de golpe.
–te espero en el parque de aquí cerca, mañana a las 10 de la mañana, es una promesa- sin importarle mucho Kanna solo acepto en silencio notando como ya había llegado a su casa...
YOROSUYA
-y eso fue lo que paso- había dicho Kanna quien había relatado su historia no pudiendo notar la sonrisa fingida de su jefe que la había escuchado con toda la atención del mundo al tiempo que el pudin en sus manos se destrozaba por la fuerza que este hacía en sus puños. Todas las otras dragonas solo permanecían expectantes por la situación –bien por ti Kanna, asegúrate de pasarla en grande- enfatizo Lucoa queriendo molestar a su jefe en el acto.
–Sí, sería bueno demostrar que eres toda una señorita, después de todo es tu primera cita con un chico- esta vez fue Tohru que no había pensado muy bien las cosas al hablar.
–No sé qué decir, pensé que ella sería la última de nosotras en tener una cita- añadió Elma rascándose la cabeza, solo Gintoki permanecía en silencio poniendo nerviosa a Lucoa que ya sabía el motivo.
–con que así son las cosas... pero mañana tenemos mucho trabajo por lo que no creo que puedas ir ¿verdad?- soltó este con una sonrisa de oreja a oreja como lo más normal del mundo si no fuera porque sus parpados estaban hinchados de cólera y las venas en su rostro no ayudaban en nada, viéndolo venir Lucoa salto de su sitio ante todos.
–que yo sepa no tenemos ningún trabajo para mañana, además... nosotras 4 seriamos más que suficientes para arreglar un trabajo, así que puedes divertirte todo lo que quieras- Gintoki estaba por replicar pero vio como Tohru y Elma se la llevaron hacia el baño para prepararla para su cita dejando a Gintoki y Lucoa en el cuarto donde este mantenía su sonrisa hasta que vio como Kanna cerraba la puerta del baño.
–Crecen tan rápidos- susurro Lucoa para sí misma con una sonrisa maternal sin venir la embestida que Gintoki realizo dejándola arrinconada con la pared.
–Se puede saber ¿qué estás haciendo?- grito Gintoki poniendo sus brazos en la pared impidiendo que la rubia pueda escapar mientras la miraba desde abajo puesto que él era relativamente más alto que ella.
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La Sirvienta Dragón De Sakata Gintoki
Fiksi PenggemarLuego de vencer a Utsuro en aquella batalla por la supervivencia del planeta tierra. Gintoki jamas imagino que una simple mentira terminaría por destruir todo lo que alguna vez construyo con el alma de su espada... abandonado y olvidado como un perr...