Dentro de la inconciencia de Gintoki, tan pronto había quedado fuera de combate en el mundo real frente al Rey de la facción oscura, en aquel momento en que cerró los ojos, frente a él ya no se encontraba un viejo a punto de matarlo, en su lugar se encontraba Utsuro mirándolo de forma neutral pero... a su costado yacía otro sujeto con los mismos rasgos salvo que se le era difícil ver su rostro por toda la oscuridad en el lugar, queriendo abrir los ojos para ver claramente a aquel desconocido no pudo lograrlo pues el gran dolor en su estómago lo llevo devuelta a la realidad.
Tan pronto sintió aquel ardor en su vientre Gintoki pego un fuerte grito despertando de la inconciencia mientras respiraba agitadamente tratando de mantener la cordura por lo que había visto en su mente, mirando a todos lados se fijó que estaba dentro de su casa específicamente su habitación, la Yorosuya.
Su mirada se pozo en su cuerpo y vio que efectivamente estaba mal herido pero... aquella herida no estaba, el agujero en su estómago había desaparecido, en su lugar solo se hallaba vendas por todo su cuerpo ¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba Elma? ¿Por qué parecía que su casa estaba intacta si hace unos momentos había sido destruida? Y más importante ¿Por qué esa mujer estaba parada en la puerta observándolo como si se tratase de un simple pedazo de carne? –veo que ya despertaste-
Gintoki estaba por contestarle pero sintió un dolor agudo recorrerle toda la medula espinal, por más que intentase seguir sentado en la cama termino por desplomarse sobre su espalda mientras trataba de controlar su respiración –será mejor que no intentes levantarte todavía, tu cuerpo aún sigue lastimado- como si se tratase de una enfermera, Kouka se encargaba de cambiarle los paños de la frente para disminuirle la fiebre mientras empezaba a retirar los vendajes de este para ponerle una nueva muda.
Mas fue denegado bruscamente por la mano de Gintoki que le dirigía una mirada de desconfianza por aquella actitud tan rara en la Yato -¿Qué haces aquí? ¿Dónde están Lucoa y las demás?- queriendo ser razonable, el solo ver el rostro de confusión de la mujer mayor le hacía parecer que no sabía nada con respecto a lo que hablaba.
-¿Lucoa? ¿Otras? No estarás engañando a mi hija ¿cierto Gin San?- esta última termino con un poco de risas en sus labios, cosa que no le hizo gracia a Gintoki para nada, viendo que no tendría sentido hablar con aquella mujer, pese al dolor, Gintoki se paró de su Futon empezando a rebuscar la casa entera por el paradero de las dragonas, llegando a la cocina se topó con un rostro no muy deseable.
–que bien que al fin despiertas, estábamos preocupados por ti, mi esposa y yo te hemos estado cuidando todo este tiempo, al menos deberías darnos las gracias- pese a su actitud, Gintoki veía como Umibouzu parecía hablarle naturalmente casi como si fueran conocidos, no teniendo tiempo para botarlos a patadas de su casa, la principal tarea de Gintoki era encontrar a Tohru, si lo hacía podría encontrar a las demás.
Vistiendo rápidamente su típica ropa fue en busca de la única persona capaz de ayudarlo en ese momento... Fafnir. Bajando al primer piso donde se encontraba Otose, esta lo recibió con lo mismo de siempre, las rentas vencidas y demás pero... cuando le hablo sobre el dragón, sobre Fafnir ella negó todo, como si jamás lo hubiese conocido, lo mismo sucedió cuando le hablo si sabía algo sobre las dragonas después de aquella noche en año nuevo topándose con la misma respuesta, harto de ese juego, Gintoki solo corrió por las calles mirando como todo el mundo yacía haciendo sus propias cosas, por más que preguntase, todos le salían con la misma respuesta.
Ninguno conocía o había escuchado alguna vez sobre la Yorosuya, la que él había creado junto a Tohru. Así había pasado toda la mañana preguntando de un lugar a otro, ni los Shinsengumi o en Yoshiwara pudo encontrar pistas, la tarde ya hacia presencia y por más que quisiese seguir buscando, Gintoki ya no hallaba lugares donde preguntar ¿Por qué todos decían que no las conocían? Más de 5 años haciendo destrozos y ayudando a los demás solo para que digan que no las conocen.
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La Sirvienta Dragón De Sakata Gintoki
Hayran KurguLuego de vencer a Utsuro en aquella batalla por la supervivencia del planeta tierra. Gintoki jamas imagino que una simple mentira terminaría por destruir todo lo que alguna vez construyo con el alma de su espada... abandonado y olvidado como un perr...