Un nuevo dia en el colegio había comenzado.
Miroku, desde el primer momento, había puesto sus ojos en Kouga y aunque esperaría hasta la hora del almuerzo para charlar con él, no perdió la oportunidad para acercarse a él. Lo tomo del hombro con fuerzas y lo giro. Su rostro de pocos amigos no podia disimularse pero el solo hecho de que ese maldito imbécil jugara con los sentimientos de su preciada amiga, no lo dejaba pensar con claridad.
-¿Qué quieres? – Gruño por lo bajo el pelinegro, mientras alejaba su mano de su hombro.
- A la hora del almuerzo tu y yo tenemos que hablar.
- ¿Sobre que? No tengo nada que hablar con un traidor como tu.
- Llamame como quieras, pero hablaremos igual – Miroku pego la vuelta para alejarse de él, pero antes de poder hacerlo, Kouga comenzó a reir.
- Ya se, quieres hablar sobre tu amiguita, ¿No? Te lo dire en este momento, Ayame no supo cuidarse – El cuerpo del pelinegro se tenso al oir eso y detuvo su marcha para escucharlo claramente – Y dudo que ese bastarde sea mio. Bajo esa fachada de niña buena es una maldita put... - Su comentario no alcanzo a salir de sus labios ya que Miroku tenia a Kouga contra la pared, ahorcándolo con rabia. El pelinegro se sorprendio de ver asi de desquiciado a su amigo, el cual nunca perdia su sonrisa bajo ningún termino.
- Escuchame una cosa, maldito desgraciado, no te atrevas a hablar asi de Ayame nuevamente porque juro que te arrancare la maldita lengua, ¿Me has entendido? – Lo miro fijamente unos segundos mas y luego lo solto, alejándose de allí. No confiaba en su control y golpearlo era lo que menos queria. Era un imbécil, pero no haría que lo expulsen del colegio por su culpa, menos aun cuando Ayame volveria a clases, luego de que sus padres, bajo la insistencia de ella, habían hablado con el director para que la admitieran a pesar de su "condición".
- Miroku – Inuyasha se acerco a él luego de haber visto toda la escena - ¿Te encuentras bien? – Lo conocía muy poco, pero sabia que su amigo no se con rapidez, como lo hacia él. Y si había agarrado asi a Kouga, tenia sus buenas razones.
- Si, me encuentro bien. Solo... Solo fue la ira del momento.
- Esta bien. Sabes que cuentas conmigo, ¿No? – Miroku lo miro sonriendo, apoyando su mano en su hombro. Era verdad, tenia un amigo en el cual podia confiar.
- Lo se, amigo. A veces olvido que no tengo que hacer todo solo, pero se que estas. Lo de recién... Ese estúpido se atrevio a insultar a Ayame y me encegueci. Ya esta sufriendo demasiado como para que, encima, ese imbécil la siga lastimando.
- Tienes toda la razón, amigo. Solo no termines como yo la ultima vez – Bromeo, haciéndolo reir sinceramente.
- ¡Inu! ¡Miroku! – Al oir esa voz conocida, ambos se giraron encontrándose con sus respectivas novias y Ayame, la cual venia algo cohibida por volver al colegio.
- ¿Cómo se encuentran? – Luego de un leve saludo por parte de todas, comenzaron a caminar hacia el salón de clases.
- ¿Qué se siente volver al colegio? – Pregunto el peliplata que aun veía muy nerviosa a la pobre jovencita. La peliroja lo miro, sonriendo con mas nervios, como si eso fuera posible.
- Yo... No lo se. Estoy feliz porque mi padre beso mi frente antes de irse, pensó que yo estaba dormida pero no era asi. Poco a poco empiezan a asumir lo inevitable.
- Es una muy buena noticia, Yaya – Intervino Sango – Vas a ver que cuando menos te des cuenta, tus padres compraran todo lo que Bolito necesita.
- Si, lo se. Parece magia, pero cuando pude hablar con ustedes, parece que todo mejoro.
- Es que atraemos la buena suerte – Bromeo Miroku, mientras caminaba como si nada ocurriera. Pero al contrario de todos, Ayame no podia dejar de mirar hacia todos lados. Veia las miradas, escuchaba los murmullos, sentía las burlas y las risas. Sabia que hablaban de ella. Sabia que conocían su historia.
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NO ME DEJES SIN TI
RomanceCon tan solo dieciocho años, había logrado presenciar tantos momentos trágicos en su vida, que cualquiera que lo escuchara, pensaría que mentía, o que le estaba relatando el guion de una película. Pero, cuando lo obligaron a ir a vivir con su abuel...