3. Alter-Ego

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Estaba en una nube, suave y cálida, no sentía dolor alguno, todo era paz, al fin había recobrado la consciencia, ya había pasado todo, todo era un sueño...Notaba como esa calidez era cada vez mayor, cada vez más y más, incluso, quemaba, quemaba mucho, dolía... ¿Por qué dolía?

Abrí los ojos de repente, ese escenario sanguinario volvió a mi mente, los ojos de ese horrible ser del infierno se clavaban en mi como suaves cuchillos que rozaban mi piel. Volví a recordar todo en un instante, algo me empujó al suelo antes de que perdiera la consciencia.

Miré a un lado, mi brazo ardía, estaba siendo sujetado por alguien que se giró cuando notó mi presencia.

-Ahora es mi turno, Lonyx.

Y en ese momento me di cuenta. Era Sonny que al fin había logrado despertar después de tanto tiempo, no lo veía así después de más de un mes, verlo de nuevo me hizo sentir que ya no estaba sola, pero la situación no acompañaba.

Su semblante era casi aterrador, su respiración era agitada, pero tenía mucha más fuerza que aquella vez. Sentía como el calor de sus manos pasaba por mi cuerpo, se le notaba realmente enfadado, una actitud que nunca había visto antes. Sus quemaduras aún prevalecían y si seguía sujetándome así, yo también acabaría con esas feas heridas en el brazo.

Me solté de su agarre y el lugar de la herida comenzó a cubrirse de hielo que alivió algo el dolor, me levanté en un suspiro dispuesta a atacar. Sonny no parecía en absoluto confundido de lo extraño de la situación, parecía que sabía exactamente qué hacer, no dudaba, era como si hubiera hecho esto toda la vida, y esta fuera solo una prueba más a la que debía enfrentarse. Ya no era un despojo sin vida, si no que su semblante era seguro y firme. En cambio, yo solo podía dudar, no entendía que es lo que pasaba ni porque, pero solo podía dejarme llevar.

El demonio que avanzaba a pasos agigantados hacia nosotros, apartó de un manotazo a Sonny sin fuerza alguna, que acabó rodando por el suelo alejándolo varios metros de mi posición. En un abrir y cerrar de ojos se volvió a levantar, pero fue detenido por un grupo de demonios de menos nivel.

Mientras yo estaba cara a cara con el mismo infierno que blandía su delicada y brillante hacha lista para partirme en los pedazos que hiciera falta.

Antes de atacar, el monstruoso ser se inclinó de rodillas hacia mí y abrió sus fauces de las cuales apareció una pequeña y delicada pluma roja que, al tocar el suelo, se convirtió en piedra. Fue igual que aquella vez antes de llegar aquí. La recogí con precaución sin dejar de mirar a mi rival, el cual observaba cada uno de mis movimientos con sumo detalle.

De repente el ser comenzó a llenarse de raíces que crecían desde sus pies y subían por todo su cuerpo, la tensión del momento podía cortarse con una aguja. el esqueleto zombie comenzó a desestabilizarse, volteó su mirada nuevamente a mi levantando su arma dispuesta a matarme, pero de nuevo un fuego abrasador paso delante de mí fugazmente que acabó con la vida del monstruo.

Soul que se escondía detrás de mí se enredó en mi brazo como buscando mi pulso. Estaba muy nerviosa, no entendía nada.

Lux y Nieko terminaron de deshacerse de los otros demonios, si no hubiera sido por ella, no sé qué hubiera pasado.

Sonny corrió hacia mi posición, estaba tan cerca, que casi podía rozar el agua del mar con mis manos. En ese momento yo no era capaz de decir o mostrar alguna expresión en mi cara. Estaba mucho más pálida que de costumbre y casi no podía moverme. Al llegar a mí, sus cálidos brazos me inundaron en un abrazo. Soul, que seguía enredado a mí, le hizo una señal para que se apartara de mi lado y le indicó que esperara junto al resto. Después de todo ellos eran diferentes, desde que despertaron, sabían perfectamente que hacer, su memoria estaba completa, en cambio yo, aún dudaba, no me desenvolvía de la misma forma. Hacía escasos minutos que Sonny había recobrado la consciencia después de meses y la sensación era toda la contraria a una situación de sorpresa o asombro, estaba completamente compenetrado con el entorno, incluso se le veía mucho más seguro y confiado que al resto de lo que hacía. Mis recuerdos...estaban rotos.

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