Capitulo 1: Un Buen Día

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Siento que acabó de despertar, pero no puedo abrir los ojos como si algo me los tapara ¿o estoy muerto? ¿Esto es lo que hay después de la vida? No, esta muy silencioso. Además que yo fui una buena persona, y debería ir al cielo, o eso es lo que pienso pero... ¿quien soy? No lo recuerdo...

— Alan — una voz se escucho desde la distancia.

— ¿Alan? — ¿Ese es mi nombre? ¿Quién me esta llamando?

— Alan, por favor. No vayas a la luz.

— ¿La luz? — No entiendo a qué se refiere ¿Ahí es a donde debería ir? Pero me está diciendo que no vaya, me da curiosidad a donde me llevará la luz pero esta demasiado oscuro y no se donde podría encontrarla, además tengo más intéres en saber quien soy.

— Alan, despierta. Te lo ruego

— ¿Despertar? — Puede que todo me lo este inventando y simplemente estoy dormido y cuando despierte veré una hermosa habitación dentro de un castillo y un dragón de mascota, si, uno rojo con grandes alas y que escupa fuego.

— ¿Ahora que voy a hacer con este pastel de chocolate?

— ¿Chocolate? — ¿Pastel? ¿Es mío? Si algo se, es que cuando alguien te ofrece pastel es por algo bueno sucede. decididó, voy a encontrar al quién me está hablando para sabore... — digo, preguntar que se está celebrando.

Abró mis ojos poco a poco pero lo veo todo borroso y parpadeó para mejorar mi vista. — ¿Que sucedió? — Siento que algo me atrapó dejandome inmovíl.

— Hijo, gracias a Dios que despertaste, me tenías muy preocupado. Te desmayaste apenas apagaste las velas.

— ¿Velas? — Miro sobre una mesa un pastel de cumpleaños y los recuerdos de lo que sucedió vinieron de nuevo hacia mí. Hoy es mi cumpleaños número 17, mi mejor amiga Jessica me mandó un feliz cumpleaños y diciendo que más tarde vendrá para celebrar. Cuando baje a la cocina mi padre me espero con un pastel de cumpleaños. Claro, aun no le digo que Jessica vendrá.

— Adelante hijo, pide un deseo.

— Mejor luego, Jessica me envió un mensaje diciendo que vendrá — No le importo mi comentario y con las velas sobre el pastel, las encendió.

— Luego compro más velas, ahora mismo es un momento especial padre e hijo.

Mi padre preparó el temporizador de la cámara para tomar la foto él y yo con las velas encendidas. Y click, se tomó la foto.

— Pide un deseo, Alan.

— Si, no creo que vaya a funcionar — y aun así lo hice, lo que pedí fue que quiero llenar el vacío que hay dentro de mi, es algo que no le he contado a nadie. Estoy empezando la universidad, pero no estoy seguro si al terminarla y graduarme llegare a hacer feliz. Estoy completamente perdido sobre que hacer con mi vida y eso deja vacío.

Al apagar las velas, unos pocos minutos después me sentí con un gran dolor de cabeza y me senté en el sofá de la sala y de pronto, perdí la conciencia. Y al despertar me... Encogí?

— ¿Q-que fue lo que me pasó? — Me tape la boca al no reconocer esa voz chillona, cuando mire manos se han vuelto más pequeñas y lo único que me tapaba era mi camisa, que ahora muy grande.

— Alan, ¿estas bien?

Claro, como si estar bien es que me haya vuelto más pequeño.

— Si, pero... ¿Que pasó? Yo solo apague las velas y pedí...

Ahora fue mi padre quien tapó mi boca. Yo me quedé extrañado por su repentino movimiento.

— Es mejor que no digas lo que pediste, o no se podrá cumplir tu deseo.

No otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora