Comienzo a caminar, estoy en un bosque que no se donde es y por qué estoy aquí pero no me detengo que sigo caminando. Al ver los alrededores me siento con mucha paz, al llegar cerca de un río veo mi reflejo el cual es la misma apariencia de un niño pequeño desde que me encoji, con una camisa roja y un pañal. Cruzó el río por un camino de piedras hasta el otro lado y me doy cuenta que camino perfectamente a pesar de la edad de mi cuerpo, casi siempre pierdo el equilibrio y por eso me apoyo de algo para no caer.
Luego de caminar llego hasta un gran árbol que está apartado del resto por un campo de distintas flores que lo rodean. Al sentarme entre las raíces, siento el viento en mi cara y la luz del sol hace que resalten mis ojos rojos como rubíes. Un rato después de estar ahí empiezo a escuchar voces que poco a poco se vuelven más claras y luego... Despierto.
Poco a poco me voy despejando y escucho voces susurrando hasta ver que son mis padres y Eric.
Al verme despierto se acercan a mi. Eric me abrazo y mi padre se sentó junto a mi en la cama.
— Feliz cumpleaños hermanito.
— Feliz cumpleaños Alan.
Ya a pasado un año desde que volví a tener dos años, al final mi padre se volvió a casar y quien más podrías ser que la madre de Eric, que ahora es mi madrastra pero aún tardó en acostumbrarme a esto, y tal como prometí le di todos mis dulces a Eric y ahora ya nunca volveré a apostar eso nunca más pero hoy al ser mi cumpleaños lo dejara pasar esta vez por el pastel.
Ahora Eric y yo vivimos en el mismo techo y tengo que admitir que es el mejor amigo que puedo tener, nos pasamos todo el día jugamos y nos divertimos juntos, pero algunos veces es porque me obliga.
— ¿Y que vamos a hacer hoy?
Pregunta Eric entusiasmado, más que nada por comer pastel.
— Tenemos pensado salir.
— ¿A dónde?
— Es un secreto, por ahora ve a desayunar Eric. Primero cambió a Alan y luego vamos.
— No es justo, quiero saber.
Dice Eric con los brazos cruzados, y yo sonrojado por las palabras dé mi papá.
Aún no me acostumbro a que hablen dé eso dé forma tan normal respecto a mis pañales, pero me alegro en decir que ya poco a poco los voy dejando.
Cuando mi papá al fin hizo que Eric se fuera, empezó a quitar las cintas de mi pañal, para luego quitarlo, limpiar las partes húmedas y luego todo lo demás para ponerme uno nuevo.
— Listo campeón, ahora a desayunar.
— Papá, puedo saber a dónde vamos?
— Tu también? Creí que te gustaría más la sorpresa.
— No, quiero saber.
— Pues te vas a quedar con las ganas, hasta cuando salgamos.
El me tomo en brazos y me llevo al comedor donde vi a Eric y su mamá comiendo unos huevos revueltos.
Me dejó en otra silla donde me esperaba otro plato con huevo revuelto y... Un vaso entrenador. He dejado el biberón pero, aún piensan que soy muy pequeño para usar un vaso normal.
Luego de un rato terminé de comer y nuestro padres nos mandaron al baño para que nos bañemos Eric y yo.
Primero fue Eric que siempre tarda mucho en bañarse, a veces pienso que se convierte en sirena como para querer estar mucho tiempo en el agua. Mientras espero, fui a mi cuarto para elegir que ropa usar para el día, y entonces escuche a mi papá hablar sobre al lugar que vamos a ir.
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No otra vez
Historia CortaTrata sobre un cambio en la vida de chico de 17 años. Ahora el tomará la decision de si volver a ser como era antes o adaptarse a su nueva realidad.