Capitulo 7: Amor

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Empecé a escuchar algunas voces, poco a poco fui abriendo los ojos y lo primero que vi fue un celular. De pronto un flash hizo que volviera a cerrar los ojos, pensé que quedaría ciego pero los vuelvo a abrir y por suerte aún puedo ver. Quise ver quien es el dueño del celular, lo apartó y vi que es una mujer de 40 y tantos. Esta al lado mio mientras sonríe y cuando nuestras miradas sé cruzaron vio que me desperté.

— Lo siento pequeño ¿te desperté?

No me respondí, aún seguía medio dormido y no tengo ánimos de hacer nada en estos momentos.

— ¿Le está tomando unas fotos?

— Si, se ve adorable Eric abrazándo a otro niño. Podrían parecer hermanos.

Mire a la profesora quien es con la que está hablando la señora y por lo que escuche voltie a ver atrás. Efectivamente, Eric me está abrazándo mientras duerme y yo me aparte de él y me levante.

— Ah... Aún quería tomar algunas fotos. Pero dime, ¿como te llamas pequeño?

— Me llamo Alan.

— Alan, ¿Eres amigo de Eric?

Le sería incómodo si le digo que no, pero si ella es su madre quiere decir que ella sabe que no es un niño en verdad, además de que es algo mayor para estar cuidando niños.

— No.

— Pero si estabas dormido junto a él.

— Señora Gloria, este es apenas se su segundo día, más adelante se conocerán mejor.

— Si ustedes lo dice maestra.

La señora fue hacia Eric y lo movió un poco.

— Despierta pequeño dormilón, es hora de irnos.

— 5 minutos más...

— Vamos levántate, y despide te de tu amigo.

Le hizo caso a su mamá, pero con los ojos medio cerrados se acercó a mí y me dio un abrazo para despedirse de mi, y después tomó la mano de su mamá.

— Adiós, Alan...

Los dos salieron de la habitación y luego se fueron ¿acaso no me escucho que no soy su amigo?

— Vez, el te concidera su amigo.

Mire a la profesora quien me lo dijo y me esta mirando pero no le dije nada. Yo no voy a ser su amigo y mucho menos sabiendo que es un adulto que le gusta ser un niño, debería madurar y conseguirse un pasatiempo.

Pasaron unos minutos, la mayoría de los niños ya se fueron y luego apareció mi papá, me tendió los brazos pensando que yo correría hacia el y le daría un abrazo pero no fue así, solo me acerque a él caminando y le toque la rodilla.

— Vamos.

Suspiro por que no fue lo que esperaba y luego se levantó.

— ¿Como estuvo tu día?

— Bien, no mucho que contar.

Los dos nos subimos al auto, mi padre me miró por el espejo retrovisor.

— Sabes, cada vez que te veo me entra nostalgia. Antes eras muy pegado a mi y... A mamá, eras muy asustadizo.

— Eso fue antes, ahora soy diferente.

No me gusta cuando mencionan a Mamá, casi no la recuerdo y mi Padre siempre dice que fue la mejor mujer que pudo haber conocido.

— Siempre te voy a querer, no importa como te veas o cuantos años tengas, siempre te voy a querer.

No otra vezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora