Un nuevo día al que vuelvo a la guardería, esta vez vine más temprano que ayer y la profesora fue la última en llegar y nos saludo a todos.
— Buenos días niños, parece que se levantaron tamprano hoy.
Y todos le respondimos a la profesora. Escuche que alguien me esta tocando el hombro y veo quien es.
— Hola Alan.
— Hola... Eric, ¿verdad?
— Así es, ¿Que haces?
— Nada.
— ¿Y que vas a hacer cuando salgamos?
— Nada.
Solo le respondo que no tengo nada interesante que hacer de forma cortante, no tengo interés en estar jugando con niños.
— ¿Quieres jugar conmigo?
— No.
— ¿Porque no? Vamos, no seas malo.
— No, gracias.
— ¿Acaso crees que ya eres grande para jugar, bebito?
No le dije nada más y él se levantó para irse pero lo tomé de la muñeca para detenerlo.
— Espera, si quiero jugar contigo.
¿debería salir y jugar con él para que no sospeche? Es la una duda que tengo en mi cabeza, pienso que los adultos solo me ven como un niño muy tímido, pero no estoy seguro de cómo me ven los demás niños. Lo mejor es solo seguir la corriente.
— ¡Bien! Juguemos en el patio, conozco muchos juegos divertidos.
Se fue a otra mesa con una gran sonrisa, al parecer le gusta que jueguen con él.
La siguiente hora fue aburrida, la profesora está enseñando a los niños a aprender el abecedario hasta la hora del recreo.
Salimos y vi a Eric irse a una esquina donde no está a la vista de la profesora, me hizo señas para que lo siguiera. Cuando llegue Eric sentado en un bloque de concreto, parece que aquí dejaron los materiales con los que construyeron hasta guardería ya que también hay dos bolsas de cemento y otras cosas.
— ¿Que vamos a jugar?
— Juguemos al escondite.
— Bien, pero ¿quien cuenta primero?
— Yo se como. Pon tu pie junto al mío.
Puso su pie derecho al frente y yo hice lo mismo.
— Zapatito cochinito dime cuantos años tienes tu.
Al terminar de cantar su dedo señaló a mi pie.
— ¿Cuántos años tienes?
— Tengo dieci- Digo, dos años.
Eric me quedo viendo, ahora va a empezar a tener dudas y me va a querer preguntar. Lo último que quiero es llamar la atención.
— Uno y dos. Ahora ve a esconderte y yo contaré hasta diez.
Creo que no le importo lo que dije, por suerte.
Salí corriendo a esconderme mientras Eric empezó a contar, no sabía en donde esconderme y lo único que se me ocurrió fue... Esconderme detrás de la profesora Ana. Al verme escondiendo me detrás de ella se quedó mirandome.
— ¿Que pasa Alan?
— Estoy jugando con Eric y me está buscando.
Ella sonrió y me ayudó a esconderme, pero fue inútil porque Eric me encontró a los pocos segundos.
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No otra vez
Short StoryTrata sobre un cambio en la vida de chico de 17 años. Ahora el tomará la decision de si volver a ser como era antes o adaptarse a su nueva realidad.