Hoy es otro día en la guardería, pero además de que estuve jugando con Eric, él invitó a otro niño para jugar con nosotros, específicamente a Iván y tengo que admitir que me divierto mucho cuando juego, hasta me dan ganas de contarle a mi padre sobre mi día pero me da algo de pena cuando lo pienso, tal vez otro día o nunca.
Aunque mi mente de adolescente le duela admitirlo, me está gustado ir a la guardería y jugar con Eric, me hace muy feliz.
Cuando era la hora de que los padres vayan a recoger a sus hijos me quede esperando a mi padre que normalmente siempre llega en el momento pero esta vez se está tardando. "Tal vez hay mucho tránsito" pensé, Eric esta junto a mi también esperando a su mamá hablándome de cosas de dinosaurios mientras sostiene dos de plástico que trajo para jugar.
Paso un tiempo y llegó la mamá de Eric y el fue corriendo hacia ella mientras hablaba con la profesora y luego ella me llamó para que viniera.
— Alan, tu papá nos llamó diciendo que te vayas con la señora Gloria que él está ocupado con su trabajo y el no puede venir.
— Eh, pero no seré una molestia?
Dije mirando a la mamá de Eric.
— No para nada, de todos modos Eric me pregunto una vez si podías venir a nuestra casa, además tu padre me dejó las cosas que necesitas cuando sales por lo que no hay problema.
— ¡Yey! Te voy a mostrar todos los juguetes que tengo Alan.
Dijo Eric emocionado por la idea mientras su mamá me da una sonrisa de "todo esta bien". Pero algo muy dentro de mí tiene la idea de que algo está pasando, porque hace un día que mi nuestros padres se conocen y ahora tienen confianza entre ellos. Tendré que preguntarle sobre todo esto cuando venga a recogerme.
Los tres nos fuimos al estacionamiento de la escuela, y me sorprendí al ver que la mamá de Eric conduce una minivan ya que mi padre nunca a conducido en otro auto además del que tiene. Cuando abrió la puerta del asiento trasero note no uno sino dos asientos para niños, puede que una que es de Eric pero ¿¡Dos!?
La madre de Eric vio que me quede viendo los asientos mientras subía a Eric a uno de ellos.
— Si Alan, tu papi me contó que nunca te gusta sentarte en estos asientos pero conmigo lo vas a hacer.
Espera, ¿Papi? Oh jo jo estoy seguro que mi padre le dijo muchas cosas a ella, y aunque lo del asiento tal vez sea verdad, no me voy a sentar ahí.
— No me gusta, usaré el cinturón, por favor seré bueno.
— No, ya me escuchaste.
Me atrapó con sus grandes manos y en contra de mi voluntad me sentó ahí, y luego ella se subió al asiento del conductor, encendió el motor y empezó a conducir para luego mover el espejo retrovisor para mirarnos, y ahí fue cuando me mire, un niño pequeño en un asiento para bebés y con un pañal asomándose, lo que hizo que me sonrojada, no por usar pañales que me estoy acostumbrando, sino por de que me veo aún más infantil de lo usual.
— No te enojes, ya vamos a llegar a mi casa.
Voltie a ver a Eric que al parecer confundió mi vergüenza por enojo, pero mire hacia otro lado para que no me viera.
— A los niños buenos se les da helado.
Al escuchar a la madre de Eric ambos la miramos por el espejo retrovisor y ella nos devolvió la mirada.
— Yo siempre soy un niño bueno mamá.
— Yo se que lo eres cariño, pero algo me dice que uno de ustedes no es un niño bueno.
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No otra vez
Short StoryTrata sobre un cambio en la vida de chico de 17 años. Ahora el tomará la decision de si volver a ser como era antes o adaptarse a su nueva realidad.