secret's keepers (guardianes de secretos)

capitulo veintitres

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Victoria despertó el lunes a las 5:30am, tenía problemas para dormir. Caminó descalza hasta el baño cerca de su cuarto, se dio una mirada en el limpio espejo, suspiró y luego entró en la ducha.

Al salir de la ducha no pudo evitar ver el reflejo de su desnudo cuerpo luego parpadeó y vio a Ricardo tras ella besándole el cuello, parpadeó rápidamente de nuevo: ahora era Noa, parpadeó por tercera vez: Victoria tenía el rostro de Claire.

Toc-toc

Victoria salió de su alucinación matutina— Ya salgo, un minuto— dijo mientras secaba y cubría su cuerpo, con sus manos temblando.

Dio media vuelta y abrió la puerta, Ricardo sonrió gentilmente, Victoria siguió su camino.

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Se contoneó por el largo pasillo mientras acomodaba su amarilla blusa de tirantes y sacudía su mojado cabello. No pudo evitar recordar el último beso que Noa le dio, ese que le quemó los labios, ese que la hizo volar. Una lágrima se escapó y se deslizó por su mejilla y cayó en la alfombra roja.

Ricardo se estaba besando con Caroline  junto a las escaleras, Victoria se detuvo y pensó un poco en su último beso con Ricardo. Ella deseaba no sentir nada al recordar ese beso, pero era inevitable sentir envidia de su madre.

Separaron sus labios.

—Victoria… ¿quieres que te lleve al colegio?—su madre se ofreció tratando de lucir estable

—Sí, claro— Victoria asintió y luego caminó tras su madre dejando a Ricardo atrás.

La puerta principal se abrió, haciendo que la brisa entrara a la casa y sacudiera su cabello. Victoria cerró sus ojos un momento, caminó hasta la camioneta y se subió saltando.

Su madre dejó su bata del hospital y su bolso kate spade en la parte trasera, abrió la puerta del conductor y se subió rápidamente.

Victoria apoyó su codo en la puerta y observó el cielo azul que cubría a todo Freswood.

Desearía no tener que ir a estudiar, pensó. Ella no quería tener que sentarse sola a tomar el almuerzo, no quería ver el rostro de Claire ni el de Noa, tampoco el de Ryan o el de Heather. No quería que la vieran con lastima.

Su madre encendió la radio en el noticiero de Freshwood, una voz masculina hablaba rápidamente sobre cosas que a Victoria realmente no le interesaban.

Ella estaba muy cansada con todo esto que aparecía en su mente, las cosas de Jordan, Noa, Corbin, Ryan, Claire, Ricardo y su Madre.

Tal vez el destino me está castigando, pensó Victoria. Ella se sacudió ante la idea de que quizás todo esto era parte del karma, ella había engañado su madre y ahora alguien lo sabía todo y trataba de arruinar su vida.

Su madre se detuvo en Rich High. Victoria se bajó del auto y sintió que su estómago se revolvía. Todos los chicos perfectos de Freshwood estaban observándola, expectantes.

—Adiós, cariño— la madre de Victoria se despedía asomando su rostro por la ventana.

Victoria levantó su mano derecha y la sacudió dos veces. Y ahora, a empezar de nuevo, dio unos pasos ligeros con sus altos tacones y avanzó hasta su clase de literatura, su única clase AP.

Tomó uno de los puestos más cercanos al tablero y empezó a sacar sus libros, cuadernos, esferos… ¿Calculadora? La volvió a meter en su bolso. El señor Fischer, el típico profesor atractivo que todas las estudiantes aman (ojos cafés claro, rostro angular, labios sensuales y un cabello oscuro ligeramente desordenado), entró.