capitulo veintisiete

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Anónimo no es algo nuevo

Los zapatos con tacón de Victoria sonaban a través de los pasillos con una constancia que resultaba molesta, para todos. El director Brave caminaba junto a ella y los otros dos chicos fastidiosos, Jacob y Henry.

Hace algunos minutos, cuando Victoria, Cristina y Heather se disponían a entrar a los camerinos para cambiar su atuendo e ir a clase de gimnasia, el director Brave la detuvo y le pidió que lo acompañara a su oficina.

-se han enterado- le había susurrado Cristina al oído, antes de abrir las sucias puertas de los camerinos e irse con Heather.

Victoria lo sabía, el día anterior, alguien había realizado una broma pesada a Claire y había nombrado a Victoria como la autora de ello. Ella había aceptado todo el crédito, pues a ella no le molestaba decirle a todo el mundo lo que Claire Martin-slash mega perra, slash la peor amiga- había hecho. Pero, también fue muy extraño cuando recibió un mensaje de texto del noticiero de Rich High con algunas fotos de Claire y Noa. Parecía que alguien más los había visto y había regado cual era la razón de la burla del lunes.

-Eres una persona de admirar- la había felicitado Cristina cuando estaban sentadas en medio de la multitud del centro comercial, observando sus teléfonos. Victoria había asentido.

Giraron a la izquierda y entraron por la puerta de madera de la majestuosa oficina. Fiona, la hija del director, estaba adentro, ella escaneó a Victoria con su mirada, como si sus jeans fueran demasiado ajustados (porque, aunque Rich High era un instituto privado que permitía la libertad de expresión, era necesario tener ciertos tipos de vestimenta. Para no lucir como una prostituta).

Jacob y Henry se quedaron boquiabiertos y empezaron a parpadear más de la cuenta. Era algo normal, Fiona tenía el cabello rubio más pálido y liso del mundo, el rostro en forma de corazón más brillante y, además, poseía un cuerpo envidiable, sin manchas o pecas.

Fiona Brave lucia como una súper modelo, ella era demasiado para esos chicos.

Victoria soltó una risita que le hizo cosquillas en la garganta, recordó lo acontecido esa mañana con Heather, Ryan, Jacob y Henry. Esos dos eran unos completos imbéciles.

Fiona sonrió satisfecha y salió de la oficina con un pasó ligero. El director Brave los observaba sentado con los brazos sobre su estómago, aclaró su garganta y los tres se sentaron.

Victoria soltó todo el aire de sus pulmones, sabía que era lo que se venía, necesitaba explicarle a todos que ella no era la culpable de la broma. Ella estrechó una mano contra la otra, aún seguía siendo la victima de lo que Claire había hecho.

-chicos. ¿Qué no están grandecitos ya? - comenzó a sermonearlos el Sr. Brave.

Henry agachó su cabeza y Jacob penetró con su mirada la del director Brave.

-quiero que entiendan lo que les quiero decir, pero primero,- él se puso de pie y empezó a buscar algo en el reguero de hojas que tenía sobre su escritorio. - ¿saben ustedes por qué están aquí?

-No-Jacob dijo con su voz gruesa.

Victoria lo miró extrañada. Él seguía con sus ojos rayados puestos en el director y su cuerpo en una posición relajada; las manos sobre los reposabrazos y sus pies cruzados. Luego miró a Henry, quien tenía su piel oscura llena de gotas de sudor.

Era una amistad extraña.

-Ustedes son victimarios- los acusó el director poniendo una de las hojas rosada del día anterior. -¿ahora saben de lo que hablo?

Todos estaban en silencio. Pasaron tres segundos, Jacob sacudió su cabeza negándolo todo.

Victoria había presenciado el acto violento de esa mañana, había visto como Ryan se veía casi muerto y como a ellos no les importó. Se preguntaba qué era lo que impulsaba a Jacob a mentir, él tenía todo en su contra, existían testigos.

secret's keepers (guardianes de secretos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora