Brillo Eterno

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Me encontraba en mi habitación con las lágrimas recorriendo mi rostro. Pocas veces me he sentido así, pero no tenía otra manera de lidiar con el dolor. 

— Mi amor, debes de sobreponerte. A él no le habría gustado verte así. — mi padre había venido cada 5 minutos a mi habitación a vigilar que estuviera bien. Intentaba sonreír cada vez que llegaba pero al mirarlo fijamente no podía parar de llorar. 

El viejo Nano fue el padrastro de mí mamá. Mi abuelo predilecto, quien fue parte de mi vida desde mi concepción. ¿Cómo le explicaba a mí corazón que ya no volvería? El viejo Nano había muerto, y mientras intentaba entender que ya nunca más iba a ver su sonrisa con ojos achinados , recordaba nuestras tardes de juegos,  o las horas que él pasaba viendo televisión y yo me acurrucaba en sus regazos sólo para impregnarme de su esencia. 

Los abrazos de mi abuelo eran una cura para el alma. No importaba qué golpe hubiese recibido, cuando me raspaba jugando acudía a él antes que a mis padres y con un besito eliminaba todo mi dolor.

 Hace una semana aproximadamente, una neumonía me lo arrebató; desde ese día le pregunto todas las noches al cielo, ¿cómo he de seguir sin mi Nano?

Mi padre seguía acariciando mi cabello. No he podido ir a ensayar en toda la semana por el simple hecho de que no quiero repetir esas palabras; me negaba rotundamente a confesar que mi abuelo había muerto.

 Decidí tomar una ducha mientras mi papá se ofrecía a prepararme algo liviano para que cenara. 

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Iba a de regreso a mi casa. Estaba oscureciendo cuando salí del cementerio. Me juré que después de hoy no volvería a ese lugar, no tengo la fuerza de ver una simple lápida como recuerdo de alguien tan importante para mí. Un pedazo de cemento no significaba nada en comparación a lo que había sido mi abuelo en vida.

"Las estrellas han escuchado miles de historias, mi pequeña princesa. Si algún día quieres confiar un secreto, ve en la noche a un lugar silencioso y coméntales a ellas todo lo que quieras. 

 ¿Cómo me van a escuchar si están tan lejos?  el viejo Nano se reía cada vez que le hacía una pregunta similar, pero a tan corta edad no comprendía la profundidad de sus palabras. 

 Tienes razón, vamos a elegir una que esté cerca... ¿Ves aquella, la que está junto a la luna? - Asentí  Ella nunca desaparece, siempre brilla incluso cuando el cielo se nubla. Ella será tu confidente. Y cada vez que hables con ella, yo te escucharé en donde sea que esté también.

Observé impresionada a mi nueva amiga.  ¿Cuál es tú estrella, Nano?

 La tengo aquí junto a mí. "

Desde que tengo memoria, en cualquier lugar en el que me encuentre busco mi estrella. Quiero creer que ahora brilla más porque Nano se hospedó en ella. 

Iba mirando al cielo, concentrada en esa pequeña motita de luz, cuando de repente un grupo de chicos reían fuertemente en una de las banquetas del parque, el cual se encontraba a unas cuadras del cementerio. Intenté pasar lo más rápido que pude, aunque por la falta de sueño y comida mi rendimiento no estaba siendo el mejor últimamente. 

Una risa armoniosa que provenía del parque hizo a mi corazón vibrar. De repente unos ojos vinieron a mi mente con ese sonido, pero intenté simplemente no pensar en ello; esa había sido mi meta en las últimas semanas... Sin éxito alguno, lamentablemente. 

NolmuqtaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora