2013
Curiosamente el resto de mis días fueron dentro de lo que cabían "normales".
Todo el pueblo sabía que el chico de los ojos café había regresado.
— ¡Y se puso bien guapo! — mi madre se encontraba cocinando algo, a la vez que mi padre y yo desayunábamos.
Papá dejó su celular de lado mientras la veía por encima de sus lentes - Eso suena a pedofilia mujer.
— Ay, no exageres. ¿A qué sí está mono, Mindy?
— Ni siquiera sé de quién están hablando — debía hacerme la desinteresada, pues con Saskia molestándome con eso a cada momento era más que suficiente, mi madre no podía sumarse a la lista.
Mi padre me observó atento — ¿ese no es el niño que te besó en la escuela? ¿el que Saskia dice que es el amor de tu vida?
— ¡Ese mismo! — mi madre se movía enérgicamente por la cocina, consumida en una alegría que nadie comprendía.
— ¿Al que llegaste a acusar con nosotros porque tú le gustabas?
— Sí, ¿lo recuerdas?
— ¿El que fue tu novio y venía a visitarte a cada momento?
Suficiente con este par. — En primer lugar, ¡nunca fue mi novio! Y segundo, no me venía a ver a mí, éramos amigos, y siempre venía con todos los del grupo. Él nada más era compañero de Gonzalo, y yo le conocí y nos llevábamos bien. — Recogí mi plato con el desayuno a la mitad.
— Y te gustaba, importante destacarlo. — mi mamá estaba con el síndrome Saskístico.
— ¡No me gustaba! O bueno, sí, pero hace mucho. Ya ni lo recordaba.
— Entonces eran sólo amigos... ¿Por qué no lo invitan ahora en la tarde que vienen los chicos?, será bonito que se reencuentren. — Mamá estaba ensañada con el tema.
— Dile a Gonzalo, yo ni siquiera voy a estar, tengo ensayo.
— ¿Otra vez? Mindy, pero si ayer estuviste todo el día en esas.
Miré a mi padre seria, él sabía que para mí jamás sería suficiente, pero tenía razón, estas últimas semanas no había estado en casa.
— La perfección pide tiempo y trabajo duro — respondí. — Verás que algún día valdrá la pena.
Salí a preparar todo para el día que me correspondía.
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Entrando a casa escuché un bullicio en la sala. Era tarde, y me extrañó ver las luces encendidas, sobre todo porque no había ni rastro de mis padres.
— ¡Mindy, al fin llegaste! A duras penas te guardé unas rebanadas de pizza, las tuve que poner bajo llave, los chicos no querían dejarme alimentarte.
Terminé de acomodar mis mochilas en el mueble de la entrada. Me dirigí a la sala con una sonrisa, había olvidado que los muchachos llegaban hoy. Jaime y Enzo eran nuestros amigos desde la escuela, aunque eran más cercanos a mi hermano que a mí, ellos me veían como a una hermana pequeña. Me crié junto a ellos ya que todo el tiempo venían a jugar a casa.
— ¿En dónde está la artista de nuestro quinteto? — Enzo fue el primero en abalanzarse sobre mí haciendo que perdiera un poco el equilibrio. Era el más efusivo de todos, siempre estaba alegre, gritando y riendo a carcajadas por todo.
— Ya nos estabas haciendo falta, tenías semanas desaparecida. ¿cuál galán te tiene tan atrapada? — miré a Jaime intentando estar seria — digo, es que ni en la secu te volvimos a ver.
— Eso es porque no vamos a la misma escuela, subnormal.
Enzo soltó una carcajada — Ya no es tan chistoso, la última vez nos empezó a explicar todo lo que hacía como razones del porqué no nos veíamos, ya no recordaba que se había ido de nuestra escuela. — Se escuchó una carcajada de más, y un rostro al que no había puesto atención hizo aparición junto a mi hermano.
— Entonces sigues siendo medio despistada, ¿eh?
Observé la sonrisa de Mauro asomarse poco a poco mientras me miraba con atención. Bajé el rostro un poco apenada.
— Voy a ducharme, estoy un poco cansada.
— Pero si apenas son las 9:00p.m, ¿te duermes con las gallinas o qué? Hoy era noche de reunión — Enzo se volvió a sentar en uno de los sillones — ve a bañarte porque apestas, y luego vienes a nuestro lugar especial, te estaremos esperando, chequeta — me guiñó un ojo en modo coqueto.
Gonzalo me miró extrañado. Me marché hacia mi habitación y procedí a ducharme para relajar todos los músculos en tensión debido a los ensayos y el estrés. Luego, me puse mi pijama y bajé; sí estaba muriendo de hambre.
Me senté con los chicos en la sala mientras devoraba mis rebanadas de pizza. Mauro estaba hablando con los chicos en ese momento.
— ... Entonces como no habían más posibilidades hablé con un tío y me comentó que él tenía espacio en su taller por un tiempo, a lo que entendí uno de sus muchachos se había ido de vacaciones, así que, me fui. Me costó acostumbrarme, era un poco solitario , pero con el tiempo comencé a conocer personas, y en sí, el lugar es bonito.
— ¿Y por qué volviste? - todos volteamos hacia Jaime — Quiero decir que, sí te extrañábamos, ¡te fuiste sin dejarnos pistas!, pero si estabas bien por allá, ¿qué te hizo volver?
— No quería dejar más tiempo sola a mi madre. Una tía me comentó la semana pasada que se sentía bastante mal aunque a mí no me lo decía cuando hablábamos, claramente.
— ¿Tú hermana no vivía con ella?
— No, ella se fue con mi padre.
En esta última frase logré escuchar un poco de dolor, aunque el rostro de Mauro no descifraba nada.
Mi hermano le palmeó la espalda acompañando el gesto de una sonrisa. -Nos alegra que hayas vuelto. Podrás terminar la secu con nosotros.
Él negó con la cabeza - Conseguí un empleo en el taller que está por el supermercado. No puedo volver a estudiar, necesito el trabajo.
Un silencio absoluto reinó en el salón, al parecer ninguno sabía qué decir.
— Igual es bueno tenerte aquí, ahora sentimos que el grupo está completo. Nos hiciste falta — ¿esa voz tan segura era la mía?
Mauro me observó detenidamente con una sonrisa preciosa, pero más que su rostro, fueron sus ojos los que me gritaban miles de cosas.
— Me alegra haber vuelto también.
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Pronto estaré publicando más :) ¡Gracias a los que le están dando una oportunidad a esta historia! No creo que logren comprender mi emoción.
De aquí en adelante, cada capítulo tendrá una canción, o imagen que represente a nuestra protagonista (la dueña de nuestra historia), según sus gustos y sentimientos. ¡Un abrazo!
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Nolmuqta
Teen FictionDicen que en la vida vamos a tener 2 amores, uno va a rompernos en mil pedazos, y el otro vendrá a poner todo en su lugar. ¿Qué pasa cuando ambos se encontraron en la misma persona? El hilo rojo te ata al amor de tu vida, pero eso no significa que e...