Sinceridad.

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Saliendo de la práctica tomé el camino largo. Quería tener un poco de espacio personal, pues últimamente lo necesitaba bastante. 

Habían pasado varios meses desde que Mauro y yo tuvimos esa conversación en la escuela. Lo que más me dolía fue que cumpliera su parte... No volvió a dirigirme la palabra salvo en la clase que trabajamos juntos aunque, preferiría que ni allí me hablara, su tono era frío y me llamaba por mi nombre completo cada vez que necesitaba hacer alguna pregunta, y eso sólo cuando no le quedaba opción, siempre intentaba preguntarle al profesor. 

Sabía que era egoísta de mi parte querer que él siguiera ahí a pesar que yo misma lo alejé. Definitivamente la única manera de enterarte que tienes a alguien, es cuando se marcha de tu vida. 

Comencé a llorar sin querer, ¿cómo se podía querer tanto a alguien a pesar de los años... de los daños? ¿Cuándo llegamos a esto? Y la pregunta que más rondaba por mi mente: ¿Él también estaría pensando en mí?

No sabía como dejar de echarlo de menos, me daba miedo soltarlo y aceptar finalmente que me había quedado sin él por completo. 

Recorrí varias cuadras mientras admiraba el paisaje de hogares llenos de luz a los lados de la carretera,  imaginaba las vidas de los de dentro con sólo la fachada de sus casas. Seguí caminando hasta que me acerqué a la casa de Ferrán. El mismo se encontraba sentado en una hamaca en el corredor viendo algo en su celular. No habíamos hablado de lo ocurrido, de hecho casi no había pasado con nosotros esos días en la escuela, y en las tarde libres yo había estado con Yannick... El solo hecho de pensarlo me traía un sentimiento de culpa. 

Aunque fuese una mala idea, me acerqué a donde se encontraba mi amigo. Él se levantó de donde estaba y se sentó en la acera, acto seguido, me invitó a su lado. 

— ¿Cómo estás? — le pregunté. Por alguna razón, el ambiente estaba tenso entre nosotros, por primera vez en la historia de nuestra amistad.

Ferrán solamente asintió para indicarme que estaba bien. Ni una palabra...

— ¿Sigues enojado conmigo? — le susurré.

Mi amigo suspiró fuertemente y se cruzó de brazos sobre las rodillas.

— No, Mindy, no estoy enojado. — Esa respuesta no me tranquilizaba del todo. — Pero debo admitir que lo que vi el otro día no fue de mi agrado. No puedes seguir haciendo eso, y lo sabes. 

— No pasó nada, Ferrán. Sólo hablamos, creo que necesitábamos aclarar ciertas cosas. 

Sonrió sin enseñar los dientes y apoyó su cabeza en los brazos. 

— No puedes decir que "no pasó nada". Eso lo fue todo Aymara, ¿cuántos meses llevas con Yannick? Y nunca le has dicho siquiera que es importante para ti. y a ese chico casi le pusiste tu corazón en las manos.... Joder, qué tan cegada estás para negar lo innegable. 

Y eso fue todo lo que necesité para aclarar mi mente. Comencé a soltar pequeñas lagrimitas sin querer. El sentimiento de culpabilidad era demasiado, y Ferrán me había terminado de abrir los ojos por completo. 

Él tomó mi mano y miró en dirección a la calle. 

— No creo que él sea bueno para ti, nunca lo he creído, pero si alguna vez te apoyé es porque sé lo mucho que lo quieres. Yannick es todo lo contrario; bueno, romántico, educado y me cae bien, pero el punto al final no es a quién prefiramos los de tu alrededor, sino a quien tú quieres... Estás haciendo cosas que pueden perjudicar a muchas personas, Mindy. Debes tomar una decisión.

— Ya lo hice, tú me escuchaste. Y lo has visto también, ya no volverá. Ya salió de mi vida. 

— ¿Cuándo saldrá de tu corazón?  — Me quedé sin respuesta, y ante eso, Ferrán asintió. — Necesitas sacarlo de tu existencia por completo, o incorporarlo de la misma manera. En el amor no pueden haber intermedios, Mindy. Dices que ya decidiste, que lo sacaste de tu vida, pero necesitas dejarlo atrás.

Sabía que Ferrán tenía razón. Había logrado alejarlo de mí, pero eso innegablemente me había causado más daño. Necesitaba dejarlo atrás, pero...

— ¿Cómo se supone que voy a sacarlo de mí si está en toda mi existencia? — dije con un hilo de voz.

Recordé los juegos de nuestra niñez, y el primer beso, e incluso los siguientes. El día que lo conocí, que vi esos ojos perfectos por primera vez. Tantos años, tantas anécdotas; él era parte de mi historia, de mí. 

— Bien dice mi madre que se puede llegar a querer a una persona en 5 minutos, y olvidarla puede llegar a durar toda la vida. Pero no es imposible, y al menos debes tratar. 

— Debo de... 

— O bien, aún puedes arrepentirte. — Giré mi cabeza hacia él rápidamente —. Tienes que hacer, lo que tengas que hacer por tu felicidad, pero decidida. Él no me cae bien del todo, pero se que nadie merece ser la duda de una persona. No quiero que estés con alguien sólo por comodidad, evitando ser feliz. 

Entendí su referencia, tampoco me hacía feliz tener a Yannick en medio de todo, y por él había tomado mi decisión de alejarme de Mauro completamente. A pesar de no ser celoso, alguna vez me hizo un comentario dirigiéndose a éste, y entendí lo que debía de hacer. Al día siguiente había llegado a la escuela, tuve la conversación con el susodicho, y el resto es historia. 

Todos estos días había evitado hablar del tema, pero mi comportamiento me delataba. Yannick me consultó en un par de ocasiones si estaba bien, estaba preocupado, pero no podía decirle lo que había hecho, porque mi arrepentimiento era notorio. 

— Te prometo olvidarlo. Nadie tiene porqué cargar con mis juegos. 

— No me lo prometas a mí, hazlo por ti. 

— Lamento haberte decepcionado.  — Apoyé mi cabeza en su hombro mientras Ferrán hacía círculos en mi mano. 

— No puedes disculparte por estar enamorada. — Sonreí. — Aquí voy a estar siempre, Mindy. 

El corto camino de la casa de Ferrán hacia la mía, lloré. Me  había decidido a cumplir una promesa hacia mí misma, algo que había estado evitando hacer a pesar de todo. 

Debía olvidar al chico de los ojos color café.


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¡Hola a todos! Espero que se encuentren muy bien, con salud, con comidita en sus mesas y mucha fe. En tiempos de pandemia no hay nada mejor que olvidarse un poco de lo que sucede alrededor, y por eso estaré INTENTANDO actualizar todos los días, como dijo nuestro amado Ferrán; debo intentarlo ;) . Eso también dependerá de mi amiga, y que me de su visto bueno, pues he de recordarles que no actualizo si no plasmo sus sentimientos tal cual ella los vivió. 

Me encantaría que comentarán a su gusto, amo los comentarios :) prometo responderles, deseo interactuar más. 



NolmuqtaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora