Who;;Nomin

||6||

Luego de la carta no sabía qué hacer con mi vida, ya había estado un mes sin él, pero ahora debería estar seis meses más sin él y sin saber que hacer para poder volver a recordarle o donde buscarle. Ahora había pasado un día y yo seguía sin saber qué hacer con su lejanía. Solo sentía como comenzaba a crecer un sentimiento de vacío en mi pecho y como sentía que mi corazón era estrujado y arrebatado, además de sentir como el aire dejaba de ingresar en mi pulmones. Me dolía, me dolía el pecho y me dolía por no tenerlo a mi lado, le estaba extrañando, una parte de mí le estaba extrañando y a la otra le dolía haberlo perdido.

Quería salir y buscar al chico que me entregó la carta y salió del departamento con dos bolsos llenos de cosas de Jaemin, pero lo único que hice fue correr de vuelta a nuestra habitación y buscar en el armario si quedaba un mísero objeto que me recuerde que él aún estaba allí (había pasado un día y yo recién me dignaba a buscar si había algo de él), a mi lado, y había algo. Dentro del armario había una sudadera Adidas con su olor impregnado en ella, lo único que hice fue tomarla con mis temblorosas manos y la acerque a mi nariz. Inhalando en el embriagador aroma que estaba en ella. Sentí como las lágrimas corrieron por mi mejilla y luego cómo estás mojaban la sudadera del chico de cabellos rosados.

«¿En donde estas? ¿Qué estarás haciendo? ¿Estarás viajando por el mundo, yendo a lugares lujosos solo para olvidarte de cada una de las penas que pasaste a mi lado?».

Me pregunté mientras seguía con la sudadera en mi rostro, pero debía dejarla, debía ir a terapia y luego al médico a mi chequeo mensual o más bien a mi último chequeo. Le di una última inhalada a la sudadera, pero no quería que fuera la última, ya se había vuelto algo vital para mi. Pero la solté, caminé al baño y lavé mi rostro, y me aplique un poco de perfume, para luego colocar la mejor sonrisa y mejor rostro que podía poner en esos momentos.

Al salir del edificio lo único que sentí fue el frío viento chocar contra mi rostro y luego como múltiples parejas comenzaron a pasar delante mía, haciéndome sentir más mierda de lo que ya estaba, pero lo ignore, caminé hacia la clínica y concentrándome en sólo mirar la acera y en los semáforos. Me detuve en una esquina y mire al frente, observando cómo un coche casi atropella a un joven, quien iba apresurado y con lágrimas en sus ojos, perdido en su propio mundo.

-Oye -le detuve, poniendo mi mano en su hombro y girándolo para que me mire-. ¿Estás bien? -Le pregunté y él solo asintió para luego volver a romper en llanto y bajar la mirada.

-No es nada... Solo mi novio rompió conmigo -me respondió aún con la cabeza abajo. Omití decirle las típicas palabras de que todo iba a estar bien o que quizás fue un simple error y realmente no era lo que quería decir.

-Deberías tener cuidado al cruzar -le dije con una sonrisa amable en mi rostro-. Yo por algo así perdí a la persona que más amo -Le dije y él solo levantó su cabeza para mirarme a los ojos y murmurar un "lo siento" pero solo le di una sonrisa-. Soy Lee Jeno... ¿Te gustaría acompañarme al médico? Ya sabes, para que distraigas y tengas apoyó en estos momentos -hable nervioso, pero el chico solo abrió sus ojos y me abrazo fuertemente. Como si me conociera de hace tiempo, pero sabía que en el fondo estaba agradecido.

-Soy Lucas -se presentó, para luego separarse de mí y darme una triste sonrisa.

Ambos comenzamos a caminar luego de ese momento, ambos íbamos en silencio, pero no porque no teníamos un tema de conversación, sino, porque ambos éramos dos personas con el corazón roto. Eramos dos personas extrañando a la persona que más amábamos o creíamos amar -en mi caso-.

-¿A quién perdiste? -me pregunto Lucas aún mirando al frente.

-A la persona que más amé -le respondí-. Según lo que me dijeron los médicos y mi padre. Yo crucé la calle sin mirar a ambos lados, cegado por mi pensamientos y mi mente. Y desde allí tengo amnesia y aleje a la persona que siempre estuvo para mí en ese momento, porque no podía soportar la idea de que, yo ya no era el chico de que se había enamorado.