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3 meses.

Ya había pasado otro mes y con él, nuevos recuerdos llenando mi mente, recuerdos que me gustaban guardar y apreciar en lo más profundo de mi ser. Mis amigos seguían estando allí para mí, me llevaban semana por medio a una cabaña cerca del mar y salíamos a andar en bicicleta, recorrer cada uno de los bellos lugares que ese pueblo nos guardaba. Pero la parte que más me gustaba de ese viaje era cuando todos se iban a dormir y yo a las tres de la mañana, salía de la cabaña y caminaba hasta la orilla del mar, dejando que la fría agua acariciara la punta de mis dedos y los mojará, mientras que yo me dedicaba a mirar la luna, tan bella y lejana, como siempre estaba. La miraba con una sonrisa en mis labios, como si ella fuera un método a de comunicación entre yo y alguien más, y eso solo hacía que mi pecho se llenará de una sensación cálida y acogedora.

Ahora estábamos en un vehículo volviendo a ir a ese pueblo tan bello y alejado de todo. Algunos de sus habitantes decían que me parecía a uno de los chicos del monumento en la montaña más alta, otros lo negaban y decían que yo era más atractivo, pero nunca entendía de qué hablaban. Ahora, solo podía ver la ventana, como el sol se ocultaba detrás de la montaña y la luna aparecía desde el otro extremo. Escuchaba las voces y risas de mis amigos, pero yo estaba muy dentro de mí como para poder fijarme en alguien más, solo quería estar sumido en mi mundo y que nadie me sacará de él. Pero lo tuvieron que hacer, después de todo teníamos que hacer una parada antes de llegar.

-Jeno y Hyuck, vayan a comprar cosas para comer, ya saben, bizcochos, galletas, dulces, cafés, bebidas, jugos. Lo que sea de su agrado -dijo Lucas entregándome su tarjeta de crédito-, mientras que yo y Mark, vamos a hablar y que me de consejos de cómo volver conquistar a mi ex novio.

Rió ante lo último y Mark solo le golpeó levemente su rostro, para luego darnos una sonrisa y sentir como DongHyuck luego me tomaba de la muñeca y me arrastraba lejos del auto.

Cuando llegamos a la tienda una chica de cabello negro y hasta los hombros nos dio la bienvenida y nosotros solo le hicimos una reverencia, para comenzar a recorrer los pasillos, buscando cada una de las cosas que nos habían encargado o que nosotros quisiéramos comprar.

-¿A donde iremos en realidad? -Le pregunté a Hyuck mientras tomaba un paquete de galletas y las guardaba en la canasta.

-Primero iremos a un lugar que me recomendaron y que usualmente tú conocías antes. Luego iremos al pueblo -me contestó sin más y yo solo hice una mueca con mis labios y volví a hablar:

-¿Por qué no solo vamos directamente al pueblo? No creo que sea necesario tener que ir a ese lugar -le dije mientras tomaba unas galletas cualquiera y las echaba a la canasta.

-Si es necesario. -Habló molesto Hyuck y dejó la canasta en el suelo para luego acorralarme en el pasillo, mirándome con odio y sus ojos llenos de lágrimas retenidas-. A él le hubiera hecho ilusión ir hoy, a él le hubiera gustado revivir su último aniversario otra vez, le hubiera gustado que jamás haya tenido que pasar lo que pasó. Pero no se puede, no podemos volver atrás y remediar todo.

-Si a él tanto le hubiera gustado estar aquí ¿porque no está? ¿Por qué no nos acompañó en vez de huir? -Pregunte molesto y con un sentimiento de culpabilidad.

-¡Por qué él no te quiere ver la maldita cara hasta que puedas recordar gran parte de tu mísera vida a su lado! ¡Por qué está harto de llorar y amar a alguien que no le recuerda!¡Entiende que no eres el chico del que se enamoró!

Aquello fue lo último que puede escuchar, le empuje lejos de mi con las lágrimas saliendo de mis ojos y lleno de enojo y tristeza -una extraña mezcla de ambas emociones que te derrumban en un instante-. Le escuché por última vez y como dijo:"Solo espero que te supere de una vez, que sepa que no eres el indicado para él".