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4 meses...

Era difícil creer todo, creer que todo cada vez era tan cercano pero a la vez tan lejano. Como esos recuerdos eran tan vívidos, pero a la vez tan lejanos. Tan parte de mi vida, pero a la vez tan lejana. Recordaba quienes eran mis amigos y quienes estaban allí para mi día a día. Recordaba cómo habían pasado cada uno de los momentos a mi vida a su lado, como siempre estaba allí para mí y yo para el. Cómo nos complementábamos, pero a la vez nos distanciábamos. Como éramos tan distintos, pero a la vez tan iguales. Y, en simple palabras éramos perfectos, éramos una pareja normal y corriente, pero aún no comprendía que nos había llevado a que yo me lanzara a las ruedas de un vehículo para acabar con vida.

-¿Cuándo piensas arreglar las cosas con Donghyuck? -Me preguntó Lucas sentándose a mi lado y leyendo lo que llevaba escrito en mi computadora.

-No tengo pensado hacerlo, puede que me haya dicho la verdad, puede que haber huido de allí como un cobarde y no decirles, estuvo mal. Pero ya estoy harto de quedar yo siempre como el malo, como si yo no sufriera de todo esto -respondí y él solo asintió para luego hacer una mueca con sus labios.

-Pero no es bueno que dejen las cosas así, no puedes solo ignorarlo y ya. Es el novio de tu mejor amigo, el mejor amigo de... De Jaemin -Le dijo, girándose y mirándome a los ojos, sintiendo la incomodidad de nombrar a Jaemin.

-Veré que hago.

-Quiero estar allí para ti Jeno, quiero ser en quien confíes cuando no tengas a nadie, pero sólo ábrete a mí. No quiero que explotes y vuelvas a poner tu vida en riesgo -Me hablo con tristeza y yo solo negué.

-Solo estoy enfermo y cansado de todo. Le necesito, pero debo tenerle lejos.

Fue lo único que respondí, poniéndome de pie y tomar mi teléfono, llaves y billetera, saliendo de allí sin avisar, alejándome de las personas como lo solía hacer toda mi vida. Solo abrí la puerta del departamento y mire hacia atrás, inseguro y temeroso de lo que iba a hacer, pero lo hice, volví a mirar al frente y di el primer día paso, saliendo de esas cuatro paredes, saliendo de mi comodidad e irme a un lugar que no conozca, a un lugar donde nadie pueda encontrarme.

Caminé y luego tomé el tren para ir a Busan, mirando por la ventana, pensando en él y en todas las cosas que estaba dejando atrás, en las cosas que iba a dejar atrás por dos meses más. Después de todo necesitaba despejarme, necesitaba despejar mi mente y alejándome era la única forma de hacerlo. Necesitaba recuperarme de una vez, dejar de sentirme tan enfermo y cansado, dejar de pensar en negativo y enfrentar todo de una vez.

Sentí mi teléfono vibrar, y lo saqué viendo que era mi madre quien llamaba, que cuando apenas le contesté comenzó a gritarme:

-¡¿Jeno a dónde te vas?! ¡¿Dónde estás?! -me preguntó histérica y yo solo pude suspirar y volver a mirar por la ventana de tren, disfrutando de las vistas.

-Estoy yendo lejos de todos, descansando y buscando quien soy en mi vida. Quien quiero hacer y que quiero hacer. Sanar de una vez del infierno en que tú me induces día a día -respondí sin más y volví a escucharla histérica detrás de la línea.

-¡¿No entiendes que te puede pasar algo, o si haces algo contra tu vida?! Jeno no podría vivir con otro hijo muerto -dijo al final más calmada, para luego escucharla suspirar fuertemente y colgar la llamada.

Aleje el teléfono de mi oreja y me dispuse a ver mi galería de fotos, que tenía fotos de cada uno de los lugares que había ido estos meses, de las personas que habían estado conmigo estos meses. Hasta que me encontré un foto de los dos rodeados de los hombros y sonriendo y otra de solo mirándonos a los ojos serios. Sonreí con melancolía y deje nuevamente mi teléfono en mi bolsillo, apoyando mi cabeza contra la ventana y cerrando mis ojos, durmiendo para hacer de ese viaje más rápido.

Who;;NominDonde viven las historias. Descúbrelo ahora